La emergencia sanitaria cambió el eje de los debates en Latinoamérica, con reguladores y empresas que debieron cambiar sus prioridades para atender las nuevas urgencias. El covid-19, que ya fue puesto como argumento para los cambios de cronograma en la próxima subasta en Brasil, es ahora también esgrimido por la industria mexicana para pedir más tiempo en la consulta de la licitación IFT-10.
El primero de septiembre y por tres semanas Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) presentó para comentarios las bases de la licitación de 41 bloques de espectro en las bandas 800 MHz, AWS, PCS y 2,5 GHz. Servirán para servicios móviles de banda ancha y telefonía en bloques regionales y nacionales según el caso. El tiempo pasó y los interesados participaron pero para pedir que se amplíen los plazos.
“Esta cámara hace una solicitud para que IFT valore y acuerde la ampliación del plazo de consulta pública por lo menos 20 días hábiles. El período adicional es clave para que los operadores afiliados puedan llevar a cabo una valoración más profunda del caso de negocio y su impacto financiero”, pidió la Cámara Nacional de la Industria Electrónica de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti).
“Ante la situación que se vive por la emergencia, resulta fundamental un análisis de proceso que se llevaría a cabo para participar, considerando las variables de tipo macroeconómica que inciden en las decisiones de los agentes”, sugirió Maryleana Méndez, secretaria de Asiet. En igual sentido se pronunció GSMA, que pidió la extensión por “al menos 15 días”, señaló el portal local El Economista.
La licitación, en el mejor caso, iniciará en noviembre y se espera su conclusión para mediados del año próximo. Sin embargo a este pedido de ampliación se agregan otros puntos aún por debatir, entre ellos las obligaciones de cobertura, costos y, más aún, los pagos anuales de derecho por uso de bandas. Cuando suceda, México estará listo para pensar en la siguiente subasta, que involucrará espectro compatible con 5G.
