Una mezcla de problemas propios y las dificultades habituales que tienen las estatales para sobrevivir en el sector de las telecomunicaciones llevaron a la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) a contratar a Ernst & Young para evaluar su concesión a un privado y armar un plan de supervivencia para la ecuatoriana. Por el covid-19, las autoridades locales ahora indicaron que se tomarán tiempo extra para analizar su futuro.
Según las distintas versiones barajadas, el gobierno no había optado directamente por la venta porque el camino estaría repleto de obstáculos, pues el marco legal local establece que las telecomunicaciones son un mercado estratégico para el país y que el Estado debe crear empresas para la provisión de servicios de este tipo. Así fue como se buscó un tercero que evalúe opciones y entre una decena de precalificados se optó por la firma de Reino Unido.
El contexto internacional generó que no se pueda avanzar en los tiempos previstos. “Se tomó la decisión de esperar para saber cómo reaccionan los mercados y sobre eso continuar”, dijo la compañía al medio local El Universo. Para los últimos días de 2020 estaba prevista que se define la fase dos del proyecto: presentar propuestas a eventuales interesados en invertir y hacerse cargo de la compañía.
En el camino, lo que sí decidió la CNT es que perseguirá lo que otros operadores en la región: se desprenderá de activos no estratégicos para su operación. En concreto, prepara la venta de parte o todas sus torres con el objetivo de reducir costos y avanzar sobre otras metas, como el despliegue de fibra óptica. Seguirá los pasos que ya hicieron otros privados, como Movistar, AT&T o Entel Chile.
En la fase uno el estudio realizado por Ernst & Young determinó la necesidad de que la empresa genere alianzas con socios estratégicos, reduzca el presupuesto y transforme su servicio DTH, entre otros. La estatal CNT participa de todos los servicios tradicionales en Ecuador: cuenta con el 83 por ciento del share en telefonía fija, el 18 por ciento en telefonía móvil, el 39 por ciento en Internet y el 27 por ciento en TV paga.
