¿Hasta dónde debe llegar el edge? Según un estudio, con los centros de datos regionales es suficiente

El edge computing o ese paradigma de computación distribuida y ubicada lo más cerca posible de los usuarios para mejorar las velocidades y las capacidades, hoy propicia todo tipo de apuestas e inversiones porque, en buena medida, es el horizonte y una verdad de época pero ¿incuestionable? Pareciera que no tanto: la consultora de medios y comunicaciones MoffettNathanson presentó un informe que levanta una voz en clave disruptiva.

“La mayoría de las necesidades de informática de borde probablemente se puedan satisfacer con implementaciones en ubicaciones como centros de datos tradicionales en lugar de implementaciones en la base de las torres”, sostiene el trabajo titulado “U.S. Towers: Revisando los impulsores clave del crecimiento y la reevaluación de valoraciones”, y abre un debate que parecía no tener lugar.

¿Es este informe un error estratégico o una alerta temprana? ¿Hasta dónde debe llegar el edge computing: hasta el terminal del usuario o el pie de una torre, hasta infraestructuras intermedias —como pueden ser las llamadas oficinas centrales de una red— o es cierto que alcanza con echar mano a la infraestructura ya disponible? Resta definir, además, si se trata de una sentencia con miras al futuro o, estrictamente, un balance del presente.

¿Y la latencia? “Una implementación puede estar a muchas millas de un usuario final y aún lograr una latencia extremadamente baja”, dice el reporte y agrega otras ventajas adicionales de trabajar sobre la base de los centros de datos tradicionales como la densidad de la red, la disponibilidad de la nube, la seguridad y la redundancia, entre otras.

“Los centros de datos tradicionales casi siempre atraen a muchos más proveedores de servicios de red que una torre”, señala y compara que éstas pueden albergar hasta tres redes, mientras que un centro de datos docenas.

A su vez, la posibilidad de ampliar la conectividad, robustecer la seguridad y alcanzar un esquema de administración simplificada son otros beneficios que señala y en los que un centro de datos se impondría por sobre el despliegue de torres.

“Los beneficios de la computación de borde, generalmente, no son incorporados en los modelos de torre hoy, por lo que esto no conduciría a un déficit versus expectativas. Y es una opción gratuita, por lo que, en caso de que nos equivoquemos, podría generar algo de ventaja sin modelar”, sincera y advierte que “es probable que las necesidades se puedan satisfacer con implementaciones regionales en ubicaciones como centros de datos tradicionales, en lugar de despliegues en la base de una torre celular”.

¿Cuál es el argumento? Se basan en un cálculo realizado sobre la velocidad de la luz: unas 125 millas por milisegundo a través de fibra y aun considerando que la fibra no se coloca en línea recta, sino atravesando diversos equipos de red, la performance en términos de latencia es competitiva.

“Estas dinámicas sugieren que la mayoría de las necesidades de implementación perimetral puedan satisfacerse con implementaciones regionales en centros de datos tradicionales en lugar de implementaciones en la base de torres de telefonía móvil u otras ubicaciones”, dice este análisis que sirve para detenerse y pensar, si fueron o no, cantos de sirena aquellos que edge propició.

Como sea, nunca viene mal repasar si los recursos disponibles son suficientes y, entonces, desechar o confirmar una inversión.

Noelia Tellez Tejada se desempeña como Editora Adjunta en TeleSemana.com. Periodista y analista, acredita más de 20 años de labor ininterrumpida en medios gráficos, digitales y radiales. Está especializada en tecnología, negocios y telecomunicaciones. Su correo es [email protected]

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