El gobierno de Brasil quiere flexibilizar la regulación del sector de telecomunicaciones para facilitar la participación de empresas e inversores extranjeros en este mercado. El decreto 2.617/1998, que establece que las concesiones, permisos y autorizaciones para la explotación de servicios de telecomunicaciones de interés colectivo podrán ser otorgadas sólo a empresas constituidas sobre leyes brasileñas, está en el escritorio del presidente Jair Bolsonaro para su revisión.
Si bien en la práctica ya no existe ningún límite a la participación de compañías extranjeras, la revisión de este decreto, que se delineó cuando fue privatizada Telebrás, comenzó el año pasado. Desde entonces, las áreas técnicas y jurídicas del gobierno dieron el visto bueno para ese cambio. Sin embargo, en el Palacio del Planalto todavía hay recelos sobre el tema, sobre todo por las cuestiones geopolíticas vinculadas con el mercado de las telecomunicaciones; básicamente, por el riesgo que podría representar el ingreso de capitales chinos, según el portal Teletime.
Sin embargo, especialistas consultados por ese medio señalaron que los argumentos no se sustentan porque en la actualidad los capitales de cualquier nacionalidad pueden invertir en el sector de las telecomunicaciones. A esto añadieron que la Ley General de Telecomunicaciones N° 9.472/1997 da poderes al presidente de la República para establecer condiciones a los capitales extranjeros en cualquier momento.
Anatel se mostró a favor del cambio en la legislación. La Superintendencia de Planeamiento Regulatorio y la Procuración habían analizado el tema en 2020, y sus consideraciones fueron tomadas por el regulador para exponer su posición sobre el tema.
Ya en ese entonces, la agencia advirtió que la regulación era anacrónica e incompatible con los patrones de gobernanza que hoy rigen en las empresas abiertas, además de generar una burocracia exagerada.