A punto de cumplir un mes del lanzamiento del Star One D2, Embratel se prepara para ampliar sus servicios satelitales en la región. Para que los negocios se expandan no sólo se necesitarán más satélites o capacidades de los diversos actores de la industria sino condiciones sostenibles que permitan desarrollar los mercados y responder al crecimiento que, se espera, se produzca una vez que se vaya saliendo de la pandemia.
José Formoso, CEO de Embratel, respondió las preguntas de TeleSemana en relación no sólo a las oportunidades de esta industria -en un momento de la historia en donde el espacio volvió a ser de interés para los países- sino también a los desafíos que se presentan en servicios orientados hacia usuarios finales, como sucede con la TV satelital, al igual que lo que podría significar 5G a futuro en relación con esta tecnología. Con el acompañamiento de Lincoln de Oliveira, director de Embratel, Formoso fue deshilvanando los distintos temas, desde la importancia del satélite en regiones como América latina hasta la reducción de la brecha digital pasando por el aporte que se espera de las constelaciones de vehículos de pequeño porte de cara al futuro en términos de conectividad y, por supuesto, los viajes espaciales.
¿Lanzado el Star One D2, qué nuevos negocios podría desarrollar Embratel en la región?
La llegada de Star One D2 beneficiará cuatro segmentos principales: distribución de TV en general, backhaul móvil, agroindustria, y expansión de la oferta de capacidad a América Latina. En distribución de TV, tenemos una excelente oportunidad con la decisión de Anatel (Agencia Nacional de Telecomunicaciones en Brasil) de migrar 20 millones de antenas parabólicas, de la Banda C a la Banda Ku, ya que Embratel tiene la mejor solución para este cambio, no solo en términos de satélite, sino también en telepuertos con subidas de señales de excelente calidad. En el área de backhaul, Star One D2 permitirá ampliar la cobertura y la capacidad en la región norte de Brasil, entre otros. En agronegocios, la banda Ka de Star One D2 permitirá una mayor conectividad, con mejoras en los procesos de automatización de cosecha y control logístico. Finalmente, las redes de datos de las empresas también se beneficiarán de su mayor capilaridad en toda América Latina, desde México hasta Argentina.
¿Cómo se encuentra hoy la industria satelital en la región? ¿Cuáles son los principales desafíos?
En el caso de Embratel, parte del Grupo América Móvil, nos ha ido bien. Hemos recibido instrucciones continuas para el uso de la capacidad satelital para satisfacer las demandas del grupo. Además, actualmente estamos incorporando a nuestra flota capacidades contratadas por las distintas empresas del grupo, con servicios adicionales. Sin embargo, el principal desafío para la región es mantenerse en condiciones sostenibles ante la presencia de restricciones económicas y, al mismo tiempo, estar preparados para reaccionar ante el retorno al crecimiento tan pronto como la economía regional vuelva a mejores niveles.
¿Qué expectativa genera a la industria satelital el advenimiento de 5G?
El 5G trae una gran oportunidad de crecimiento principalmente en las áreas donde los servicios de fibra no están disponibles o no tienen la confiabilidad necesaria. Además, el ecosistema 5G será un habilitador importante de innovaciones y transformaciones del mercado. La subasta de frecuencias en Brasil traerá algunas obligaciones importantes como la expansión de los servicios móviles en carreteras y para ciudades no incluidas en el despliegue del 4G, que seguro serán importantes oportunidades para el uso del satélite. Esperamos que eso se repita en algún grado en otros países de la región.
¿Cómo impacta en la industria la irrupción de constelaciones de satélites de menor tamaño?
Si las constelaciones cumplen su promesa de brindar grandes capacidades a bajo costo, podrán ser una interesante solución para servicios de backhaul y banda ancha. Para eso, aún necesitan superar el importante desafío de tener antenas electromagnéticamente eficientes a bajo costo para el mercado de banda ancha y de garantizar el lanzamiento de muchos miles de satélites. Algunas aplicaciones como broadcast de video aún son más apropiadas a los satélites GEO. Me parece que las dos ofertas de constelaciones y de GEO’s encontrarán una forma de complementariedad que será muy benéfica para el mercado satelital, permitiendo su crecimiento.
¿Cree que tendrán algún tipo de impacto en la industria los vuelos espaciales que proponen actores del mercado como Jeff Bezos o Richard Branson?
Un posible impacto de estas iniciativas podría ser la democratización del espacio. No es que esto signifique solamente que cualquier persona interesada pueda volar fácilmente al espacio, dado que el precio será bastante alto. Pero sí que los lanzamientos de nuevos satélites y constelaciones sean más accesibles. Ya tenemos observada esa reducción de precios con la entrada de otros lanzadores y acreditamos que se pueda acelerar con los vuelos espaciales.
¿Qué zonas de América latina, carentes de conectividad, podrían ser alcanzadas por los servicios de Embratel?
Embratel ya llega a casi el 100 por ciento de toda Latinoamérica, pero con Star One D2 podrá ampliar su presencia con más opciones y más capacidad en las regiones que ya ha alcanzado. El Star One D2, por ejemplo, tiene nueva cobertura en banda Ku sobre México y Florida, Estados Unidos. Hemos ampliado nuestra cobertura en Ku en el oeste de Sudamérica para incluir Galápagos e Isla de Pascua. Centroamérica, ya atendida, también tendrá un aumento de capacidad.
¿Si la TV por suscripción avanza más hacia la fibra óptica que hacia el satélite, qué sucederá con esa capacidad remanente en transmisión de contenidos? ¿Cómo ve esa evolución?
Sin duda, la fibra óptica avanzará geográficamente en cada país durante los próximos años. Sin embargo, difícilmente podrá cubrir el 100 por ciento de todos los países, especialmente la última milla. Con esto, entendemos que el satélite siempre será necesario para que haya una cobertura del 100 por ciento en todo un territorio. Esto indica que el uso de satélites de comunicaciones seguirá siendo una necesidad generalizada. No se puede pensar en el 100 por ciento de un vasto territorio como el de América Latina, sin pensar en los satélites. También puede haber un cambio en los modelos y arquitecturas comerciales actuales de televisión de pago, por ejemplo, con el uso generalizado de OTT. En este caso, se continuaría utilizando el satélite y los contenidos de TV comenzarían a distribuirse a través de banda ancha satelital, ya sea directamente a los suscriptores o mediante modelos combinados con CDN’s (Content Delivery Network terrestres).
¿La tecnología satelital puede ayudar en la reducción de la brecha digital? ¿Es posible alcanzar a poblaciones remotas, de menores recursos?
Ciertamente, la tecnología satelital es uno de los pilares para reducir la brecha digital, especialmente en el caso de poblaciones en áreas remotas. Una de las posibles soluciones es la colocación de estaciones VSAT de banda ancha en escuelas, que es lo que ha sucedido en Brasil, por ejemplo. Otra solución es utilizar estaciones Wi-Fi-comunitarias también interconectadas a VSAT de banda ancha.
¿Cuántos satélites de telecomunicaciones le faltan a América latina para resolver problemas de conectividad en poblaciones y en industrias? ¿Es posible pensar en una saturación del mercado en la región?
No podemos predecir cuántos satélites faltan, porque las capacidades de los satélites son diferentes, así como también operan en constelaciones en órbitas bajas o medias, o si son geoestacionarios. Sobre la saturación, Embratel cree que cuanto más ancho de banda se ponga disponible para esa utilización, más demanda es generada. Podemos observar lo mismo en las soluciones terrestres que tienen un factor de crecimiento de ancho de banda colosal. Lo que puede ocurrir son saturaciones puntuales en alguna banda en determinados mercados lo que dependerá de cómo evolucionan aplicaciones como DTH, broadcast, entre otros.
