El cómputo cuántico o esa próxima frontera que promete ofrecer aplicaciones comerciales en tres años

El plazo de tres años sorprende, pero no parece descabellado porque aún cuando todas las predicciones indicaban al menos una década, son muchos los actores que invierten para que la computación cuántica inaugure, más pronto que tarde, ese nuevo paradigma de procesamiento de datos y de relacionamiento algorítmico casi imposible de dimensionar. Hoy, una previsión de mercado indica que hacia 2023 movería 13.300 millones de dólares, sobre todo, por enfocarse en la industria de las telecomunicaciones, la seguridad y el desarrollo de productos para las industrias verticales; y a esta sentencia establecida en el paper titulado Quantum technology market, realizado por Research and Markets, se le suman otras voces e iniciativas (Telefónica, Amazon, Microsoft, IBM y Google) que sólo confirman ese único rumbo que advierte la brújula.

Al dato ya señalado, Quantum technology market sumó en su trabajo que ese mismo mercado concentraba 9.210 millones de dólares en 2021 y que hacia 2026 habrá crecido un 29,7 por ciento al totalizar los 31.600 millones de dólares, como resultado de una investigación que evaluó a aquellas empresas que centraron sus trabajos en el desarrollo de la tecnología cuántica y observó su impacto en otras tecnologías, como la Inteligencia Artificial (IA), el edge computing, blockchain, Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) y big data analytics.

“Predigo que tendremos aplicaciones comerciales en unos tres años y un uso generalizado en unos ocho años” dijo Mark Jackson, especialista de la Universidad de Columbia en diálogo con el portal mexicano Expansión y redobló la apuesta: “En este momento, es probable que estés utilizando una computadora cuántica sin siquiera darte cuenta: herramientas financieras optimizadas cuánticamente, búsquedas de mapas o rutas de envío, incluso es posible que ya hayas consumido medicamentos que se diseñaron por primera vez en una computadora cuántica”.

A los ojos de este especialista, la gran tendencia del caso fue el código abierto, es decir, que “pone las herramientas a disposición de todos” dijo, y admitió su alegría porque Cambridge Quantum, la empresa que lidera, haya creado dos productos bajo esa consigna: un kit de desarrollo de software cuántico, TKET, y otro kit pero de herramientas de procesamiento de lenguaje natural cuántico Lambeq.

“Mi esperanza es que veamos que la primera ‘aplicación cuántica’ provenga de un joven de una comunidad rural”, apostó Jackson y redobló el desafío.

Lo cierto es que los anuncios de la potencialidad de la computación cuántica comenzaron en los albores del 2019, días en que Google anunció haber alcanzado “la supremacía cuántica” al resolver en 200 segundos un problema que a un superordenador clásico le habría llevado 10.000 años.

Luego, y a mediados de 2020, China hizo público su logro cuántico: transmitir un mensaje cifrado infalible e invulnerable entre dos estaciones terrestres separadas por una distancia de 1.120 kilómetros.

En Europa, la tendencia también se consolida y, en marzo de este año la agencia Sinc supo que la red de comunicación cuántica de Madrid, una de las infraestructuras de comunicaciones cuánticas más importante de Europa, avanzó con el despliegue de su primera fase.

En este caso, se trata de la puesta en acción de 16 dispositivos de comunicaciones cuánticas, de los cuales unos 10 fueros desplegados y están operativos, al tiempo que otros seis están en laboratorio y se pondrían en marcha antes que culmine 2022. ¿El objetivo?: investigar algoritmos cuánticos que agreguen seguridad a las telecomunicaciones, la atención médica y los servicios públicos, por citar tres campos de acción.

Así, la iniciativa española es una de las más grandes del continente, está coordinada por el Centro de Simulación Computacional (CSC) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), en colaboración con Telefónica y el Instituto IMDEA Software (REDIMadrid) y, en diálogo con Sinc, Vicente Martín Ayuso, investigador responsable del Grupo de Investigación en Información y Computación Cuántica (GIIC) y director del CSC, advirtió que “estas tecnologías empiezan a estar lo suficientemente maduras como para que algunas de ellas den el salto al mercado, siendo la denominada distribución cuántica de claves (N.de R.: QKD, por sus siglas en inglés), una de las más avanzadas”.

Justamente, la QKD implica un tipo de cifrado de tal estándar de seguridad que soluciona el problema de la vulnerabilidad que, por ejemplo, suelen sufrir las comunicaciones que utilizan sistemas de encriptación convencionales. Quizás por ello, Telefónica participa de este tipo de pruebas desde hace más de una década.

“La capacidad de usar tecnologías como SDN (redes definidas por software), diseñadas para incrementar la flexibilidad de la red, junto con nuevas tecnologías de QKD es lo que nos permite hacer converger las redes clásicas y cuánticas en la infraestructura de fibra óptica existente”, dijo Martín a Sinc y valoró que “tenemos, por primera vez, la capacidad de desplegar comunicaciones cuánticas de una manera incremental, sin grandes costes de inversión inicial y usando la misma infraestructura”.

El tema da para largo, y continúa porque son muchos los interesados, entre ellos los disruptivos Amazon, Microsoft y Google. E, inclusive, tiene horas la noticia de que IBM propuso una nueva forma para medir la velocidad de una computadora cuántica, la denominó Clops, siglas en inglés de “operaciones de capa de circuito por segundo”, y es la primera de su tipo. Así, la empresa que habla de la computación cuántica como “la próxima frontera” del mundo tecnológico, avanza en la carrera por acortar los plazos para disfrutar de ese tan ansiado potencial.

Noelia Tellez Tejada se desempeña como Editora Adjunta en TeleSemana.com. Periodista y analista, acredita más de 20 años de labor ininterrumpida en medios gráficos, digitales y radiales. Está especializada en tecnología, negocios y telecomunicaciones. Su correo es [email protected]

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