A finales de febrero dos de los tres proyectos que obtuvieron el sí final del sandbox regulatorio en el último tramo de 2021 por parte de la Comisión Reguladora de Comunicaciones (CRC) se pondrán en marcha efectiva. Para ese entonces se prevé que Tigo Colombia y Telefónica, las dos compañías que lograron llegar a la instancia final, recibirán las autorizaciones respectivas para iniciar una etapa de experimentación que se prolongará durante 12 meses, y sobre la que se espera surjan datos y situaciones que puedan ser tomados por el regulador para definir nuevas políticas, acordes a los nuevos tiempos del sector.
Colombia, además de ser la tierra de la cumbia y el vallenato, se convirtió en el territorio de los sandbox, un término en inglés que alude a los areneros de las plazas en donde es posible jugar y probar en un territorio limitado y sin que nadie se lastime. A partir de la iniciativa, encarada en el sector de las telecomunicaciones y originada a partir del decreto 1234 de 2020, desde otras industrias se está promoviendo mejorar regulaciones y políticas bajo entornos de este tipo.
Una vez que se definieron los tres proyectos que encararían la etapa de prueba, dos de Tigo y uno de Movistar, se conformó una mesa que permitió a las partes del sector público y del privado, establecer los ejes, básicamente metodologías e indicadores sobre el que funcionaría el sandbox. Esto es lo que, ahora, se terminará de plasmar en el acta administrativa que, una vez sellada, dará inicio a la fase de pruebas.
“Es importante tener esa perspectiva porque el sandbox regulatorio es un proceso de construcción colectiva que finalizó en dos proyectos”, dijo a TeleSemana.com, Sergio Martínez, director ejecutivo de la Comisión de Regulación de la CRC.
Los tres proyectos que llegaron a la final fueron uno de medición de calidad, un segundo sobre contratación convergente, y el tercero, orientado a despliegue de Open RAN en zonas rurales, a cargo de Tigo Colombia. Este último quedó en revisión, por lo que es posible que su ejecución se demore o se aplace. En otras palabras, habrá que ver si evolucionará o no y de qué forma puesto que, si hay algo que está claro en la CRC, es que este año no habrá una nueva convocatoria al sandbox pues, antes que eso, quieren ver cómo avanza esta primera versión para, luego, especificar cómo seguir y aprender de los aciertos y errores.
Sobre los otros dos proyectos hay expectativas. El de calidad, presentado por Telefónica, genera entusiasmo por cuanto “se enfrentan muchos retos. Hay muchas quejas porque las llamada se cortan, y la geografía de Colombia dificulta. Esto permitirá medir el estado de las redes, además de tener el potencial que es el uso de analítica de datos para la definición de políticas regulatorias, y de generar tableros de control y gestionar de otra manera”, agregó el funcionario.
La misma expectativa cabe para la iniciativa elevada por Tigo Colombia, vinculado con la contratación convergente. Este aplicará solo en el departamento de Quindío, el tercero más grande por densidad poblacional, ubicado en el centro-oeste del país, a unos 290 kilómetros de Bogotá. Está orientado a vender servicios de telecomunicaciones a través de un único contrato, es decir, apunta al desarrollo de la convergencia.
“Esto nutrirá de información a las políticas públicas. Haremos seguimiento con un equipo técnico para verificar el piloto. En la medida en que se vaya encontrando información, se irá contrastando para que se cumplan los objetivos del sandbox”, señaló Martínez. Para pasar las distintas instancias, los proyectos debían cumplir con requisitos, como la innovación, los beneficios a los usuarios y demás cuestiones que demostraran su valor.
¿Qué pasará con los proyectos que no pasaron las instancias de decisión? El funcionario explicó que algunos casos con buenas ideas no superaron el proceso porque planteaban propuestas que estaban fuera de la órbita del área de regulación de la CRC, como algunos vinculados con el espectro, o con la televisión. Algunas de esas ideas se están trabajando a otro nivel, o proponiéndolas al MinTIC para que se pongan en marcha dado los beneficios que generarían, más allá del sandbox.
“Esta fue una de las razones por las que el gobierno sacó un súper decreto para un sandbox regulatorio para todos los sectores”, recordó Martínez.
Mientras se afinan los detalles finales para la puesta en marcha de los dos proyectos, aclaró que por ahora no se harán más convocatorias porque se quiere sacar adelante esta primera fase, y en 2023 seguramente se pueda avanzar en una nueva edición. Sucede que, la misma convocatoria de este primer “arenero regulatorio” también necesitará ajustes.
Entre los primeros aprendizajes que viene dejando, aparece haber definido plazos de tiempo cortos para la presentación de proyectos. Desde la CRC creían que no se presentarían tantas ideas y eso obligó a encarar ajustes en la operatividad del proceso, que serán tenidos especialmente en cuenta cuando, en 2023, se haga un nuevo llamado, tal la expectativa. “Lo ideal sería que la próxima vez sean 50 o 100 proyectos. En regulación siempre queremos ser innovadores”, sostuvo Martínez.
Por fuera del sandbox, la comisión de regulación también tiene varios frentes abiertos, orientados a reducir la brecha, mejorar las condiciones para la inversión, basarse en la analítica de datos para definir políticas públicas y fortalecer la institucionalidad del organismo. El funcionario cree que es el camino para alcanzar los objetivos, especialmente en un año electoral, pues considera que es necesario sentar bases claras para dejarle el terreno allanado a quien asuma en el futuro.
Claro que no todo dependerá de la CRC. Hay cosas que corren por cuenta del MinTIC y, otras, por el Congreso colombiano. Lo concreto es que hay varios temas para resolver en telecomunicaciones, pero consideró que sólo preservando la institucionalidad se podrán cumplir con los objetivos para ampliar la conectividad y su calidad en este país.
