“6G es la integración del mundo virtual, del mundo real y del mundo biológico”

Brasil está investigando las implicancias de 6G para su territorio desde hace, al menos, dos años porque se advierte que la tecnología de quinta generación no cubrirá la demanda de conectividad rural y el Instituto Nacional de Telecomunicaciones (Inatel) tomó la posta. Por ello, TeleSemana.com conversó con Luciano Leonel Mendes,  Ingeniero Eléctrico y Magíster en Telecomunicaciones y docente en Inatel desde 2001 y actual responsable de las actividades de investigación sobre 5G y 6G que desarrolla el Centro de Referencia en Radiocomunicaciones (CRR).

¿Cómo caracterizaría la apuesta que viene realizando el Inatel en torno al 6G?

En 2020 comenzamos la investigación para el desarrollo de nuevas soluciones para comunicaciones digitales, con la motivación de que las redes de 5G no están siendo desarrolladas para atender las demandas de áreas rurales remotas, por ejemplo, para el desarrollo de la agricultura. Entonces, comenzamos a pensar en futuras soluciones para atender esa demanda que acá, en Brasil, es muy importante; y comenzamos a pensar cómo hacer esto. Así, descubrimos que había también demanda por ese tipo de comunicaciones en otras latitudes, como China, Australia y Finlandia, por ejemplo; y establecimos acuerdos con diversas universidades para generar un equipo internacional de investigación.

¿Y por qué 5G no ofrece una opción para atender estas brechas de conectividad en las zonas rurales y alejadas?

En sus comienzos, en 2015 o 2016, esta discusión acerca de atender áreas remotas de rurales estaba en el foco de 5G pero los procesos de estandarización fueron muy conservadores acerca de la capa física y todo se enfocó en soluciones para áreas urbanas. Y no se puede usar la misma red inalámbrica en las zonas rurales porque la cantidad de personas por kilómetro cuadrado es baja, y el estándar no lo contempló. Ese fue el problema y tal como está hoy, no es posible tener una solución adecuada para atender a esas zonas aisladas, por eso es necesario cambiar el sistema para tener una solución o, en caso contrario, tendremos los mismos problemas de  uso, de adaptación y de falta de uso de siempre; y no se puede hacer un desarrollo sustentable con una solución como esta.

Claro, se caería nuevamente en las ya viejas y repetidas problemáticas de brecha digital, por ejemplo, por falta de capilaridad de red

¡Claro! Por ejemplo, todo mundo habla de ondas milimétricas cuando habla de 5G, pero hay que recordar que éstas trabajan con frecuencias muy elevadas, que la atenuación es muy severa y que no permiten tener un alcance muy largo, por eso no resultan adecuadas para esto. Y si se usa 5G con frecuencias más bajas no hay una protección segura de la información. Por eso, es preciso cambiar algunos parámetros de la capa física para conseguir una red confiable de larga distancia.

Inatel junto con algunas universidades de Brasil y de Europa desarrollaron una solución llamada 5G-Range, que es una propuesta de adecuación de la capa física de la red de 5G para áreas remotas, que puede ser un punto de partida para las redes de 6G.

¿Y sobre qué espectro?

Ese es un problema también, porque usar espectro licenciado para áreas remotas es muy caro y no promueve el retorno financiero de los operadores. La idea es usar el llamado White Spaces de TV, que puede ser entregado gratuitamente o con tasas bajas y que puede reducir drásticamente los costos de las operaciones. Sin embargo, hay que tener algunos cuidados y verificar si está disponible o no. Por eso, es necesario que se haga un relevamiento del espectro y que haya movilidad espectral; dos puntos muy importantes de este sistema. Con esto, podremos explorar los canales ociosos para establecer comunicaciones en áreas rurales con costos operativos bajos.

¿Cómo es ese escenario, lo tienen estudiado?

En Brasil tenemos la autorización de Anatel para hacer uso de ese espectro, con algunas excepciones en temas de potencia y de cuanta energía se pueden imprimir. Hoy estamos estudiando los impactos de esas expresiones en temas de tasas de transmisiones, en cuanto a la cantidad de bites que se pueden transmitir, en temas de distancias y en cuán lejos podremos llegar. Hoy no tengo más respuesta que ésta, pero hay una iniciativa que estamos desarrollando para hacer mediciones en campo, para poder determinar el impacto de esas de expresiones de potencia. Pero es algo permitido y, por eso, es muy próximo a la realidad.

6G pareciera tener por delante un plazo de investigación y desarrollo de una década, ¿coincide con ese plazo?

Si, es muy incipiente. Hay una discusión muy grande sobre los escenarios de uso de esa tecnología, sobre cuáles son las aplicaciones y cuáles son las tecnologías que será necesario desarrollar. Es para dentro de 10 años o más, porque hay muchas cosas que investigar, desarrollar, hacer pruebas de concepto y ver cómo funciona. Hoy hay muchas especulaciones sobre las redes de 6G, hay visiones muy amplias, hay cosas factibles de suceder y otras que hay que ser más realistas.

Cuando se habla de red de 6G, hay una expectativa muy grande de cambiar el interfaz con la gente: hoy todos nos conectamos usando la pantalla de un smartphone con pantalla táctil y hay una expectativa muy grande para que las comunicaciones resulten más naturales para los humanos, en las que se usen otros sentidos; pero para eso tenemos que cambiar las formas de integración entre el cerebro humano y las máquinas, algo que propicia el Brain-Computer Interface (BCI), que es muy innovador y muy futurista.

Para dentro de 10 años podremos aspirar a una red 6G que integre los mundos físico, virtual y biológico pero con algunas expresiones más desarrolladas, como las de computadoras capaces de hacer interpretaciones más eficientes, de gestos, de palabras, de sonidos; también con lecturas faciales más desarrolladas, aunque esa interfaz BCI no estará aún terminada.

¿Qué beneficios le puede traer al país y a las poblaciones 6G, por encima de la promesa de 5G?

La red 5G ofrece nuevas aplicaciones de comunicación (entre máquinas, más rápidas, con mayores anchos de banda, etcétera) pero la red de 6G ya no es sólo comunicación, sino que integra la sensorización del ambiente, el posicionamiento y localización, el mapeo en tiempo real de toda la situación del usuario y el uso de la Inteligencia Artificial para interpretar todos esos datos. Es la integración del mundo virtual, del mundo real y del mundo biológico.

Un ejemplo puede ser la mejora de la seguridad de los aeropuertos, que hoy involucra un proceso muy traumático que se puede evitar mediante el uso de sensores que identifiquen la presencia de químicos peligrosos, saber si una persona tiene un pasaje o no, y garantizar que esa experiencia sea más natural, más próspera. A esos sensores se los puede usar para mapear el mundo físico, mediante una aplicación virtual y con alimentación de sentidos. Inclusive, 5G no tiene la conciencia ambiental que, por ejemplo, tendrá 6G. No es apenas comunicación, es comunicación, es captación de imagen, es procesamiento inteligente y sensorial.

¿Y cómo ven la cuestión de la monetización de las redes por parte los operadores?

Este sigue siendo un problema grande de los operadores porque los modelos de negocio basados en la transmisión de datos no se sustentan, están acabados y no se puede continuar por ese camino. Hay que desarrollar aplicaciones que ofrezcan una forma de servicio para las comunicaciones. Hay, por ejemplo, mucho interés asociado a Internet de las cosas y al Big Data, vinculado al perfil de las personas y sus comportamientos, que pueden ser direccionados para el uso de marketing.

Las propuestas de negocio que parecen vislumbrarse también advierten discusiones, por ejemplo, en torno a los límites éticos del uso de datos ¿Ven alguna tendencia en ese sentido?  

Sí, es impactante. Siempre se piensan a cuestiones de privacidad y seguridad de las situaciones personales, porque es critico. Cuando se habla de big data se habla de usos anónimos, y lo que interesa es el comportamiento medio. Ese perfil significa mucho dinero para los operadores y no tienen que ver con los datos específicos de las personas, que deben ser muy protegidos.

¿Cómo ve la tendencia regional en la materia, considerando que no todos los países pudieron dar aún sus primeros pasos en 5G, por ejemplo? 

Es un desafío muy grande. Yo no sé cómo cambiar la situación económica y política que tenemos en Latinoamérica porque es muy complicado pero entiendo que se puede hacer una acción conjunta. Se puede pensar en unir los esfuerzos de las universidades de Argentina y de Brasil, tenemos muchas historias de ese tipo. y es muy fructífero, porque podemos aprovechar las mentes brillantes que hay en los diferentes países para hacer acciones conjuntas y coordinadas.

Noelia Tellez Tejada se desempeña como Editora Adjunta en TeleSemana.com. Periodista y analista, acredita más de 20 años de labor ininterrumpida en medios gráficos, digitales y radiales. Está especializada en tecnología, negocios y telecomunicaciones. Su correo es [email protected]

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