“Los marcos regulatorios de las telecomunicaciones pueden ser desarrollados para mejorar la gestión de desastres en todo el mundo frente a los crecientes peligros causados por el cambio climático”, dice en su primera línea el whitepaper “El Rol de las Comunicaciones por Satélite en la Gestión de Desastres”, al que TeleSemana.com tuvo acceso de forma exclusiva y en el que se advierte que los desastres naturales se incrementaron en todo el mundo a lo largo de los años, al pasar de registrar un promedio anual de 161 eventos a principios de la década de 1980 para superar los 394 eventos a fines de la década de 2010.
“El uso de la tecnología satelital permite la mejora de los servicios de socorro, salvan vidas y reducen costos durante emergencias, particularmente donde las redes no pueden alcanzar”, advierte este documento realizado por las consultoras Access Partnership y AlphaBeta, la organización no gubernamental Climate Acción Networt (Canla), la asociación de operadores satelitales EMEA (EMEA Satellite Operators Associationsoa) y Télécoms Sans Frontières (TSF) bajo la órbita de Fair Tech Institute. El objetivo es subrayar cómo la industria de las telecomunicaciones en general, y la satelital, en particular; pueden colaborar a mitigar el padecimiento que los efectos del cambio climático pueden producir, gracias a su gran capacidad predictiva.
Inclusive, este trabajo advierte que la incorporación de la internet de las cosas (IoT) satelital permite detectar y mitigar diversas acciones naturales como los deslizamientos de tierra, avalanchas, huracanes e inundaciones, gracias a su posible sensorización y monitoreo; además de permitir restauraciones o complementariedad de las comunicaciones vitales en la emergencia. Y se refiere a los satélites en geoestacionarios (OSG), los ubicados en órbitas no geoestacionarias (no OSG) y los de órbita terrestre baja (LEO), por ejemplo, por sus diversos usos posibles.
Para este análisis, se tomó como punto de partida al último estudio del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) que fue publicado en agosto de 2021 y que sirvió para advertir la aceleración de impactos, por ejemplo, los vinculados al incremento de las olas de calor severas en las latitudes más templadas, las excesivas lluvias de las latitudes subtropicales y tropicales, además del incremento del nivel del mar; y aunque todos los territorios se verán afectados, los países considerados “emergentes” son y serán quienes más los padezcan, entre otras razones, por estar “relativamente menos preparados para adaptarse”.
“El importante papel que tienen las soluciones basadas en el espacio en la gestión de desastres no es una sorpresa, debido a su amplia cobertura, resiliencia de la infraestructura, disponibilidad y facilidad de despliegue En muchos eventos de socorro en casos de desastre, los pequeños estaciones terrenas de apertura, como VSAT fijas, estaciones terrenas montadas en vehículos (VMES) y estaciones terrestres transportables son a menudo la única opción para restaurar rápidamente servicios de telecomunicaciones de emergencia, por ejemplo”, señala el informe.
“Además de las aplicaciones meteorológicas y de IoT, las tecnologías satelitales se pueden utilizar para mejorar la infraestructura, proporcionar redundancia de red y utilizarse como backhaul para redes móviles. Como toda radiocomunicación, las tecnologías, los sistemas satelitales tienen sus puntos fuertes y limitaciones, y por lo tanto, a menudo se utilizan en conjunto con otras tecnologías de forma complementaria, con el objetivo de brindar un alivio adecuado a quienes más necesita en áreas afectadas por desastres”, agrega e invita a pensar soluciones.
Este whitepaper también adelanta pronósticos preocupantes como para poner en contexto el escenario: se espera que la región Asia (Pacifico) sufra el mayor daño económico entre 2025 y 2029, estimado en 165.000 millones de dólares o el 42 por ciento del total; mientras que los daños que sufrirá América del Norte para ese período están estimados en 159.000 millones de dólares; al tiempo que en Europa aumentaría un 372 por ciento entre ese período al pasar de los 10.000 millones de dólares registrados entre 2015 y 2019 a los 45.000 millones de dólares calculados para 2025-2029.
Por su parte, América y el Caribe registran un porcentaje negativo, estimado en el 61 por ciento, pero porque en 2017, el huracán María imprimió indicadores de desastre exponencialmente altos, con daños de hasta 94.000 millones de dólares, considerados los peores en más de 80 años. E, inclusive, sostuvo que los desastres naturales cuestan más de 108.000 millones de dólares a los sectores agrícolas y ganaderos de las economías del mundo.
En todos estos casos, la estimación es en volúmenes de dinero y, se sabe, el impacto sobre vidas humanes es insondable. Y, en ese marco, el informe se propone como una plataforma para solicitar políticas públicas activas en la materia, en las que las redes satelitales sean actores centrales.
Entre las conclusiones y propuestas abordadas en este reporte se destacan la importancia de evaluar la infraestructura nacional y la inclusividad logística para satélites como servicios de respuesta para las situaciones de emergencia, como también la necesidad de adaptar la concesión de las licencias, las capacidades y la sociedad de los estados con los operadores de satélites. Adicionalmente, este trabajo invita a apostar por la regulación de la tecnología futura, a habilitar soluciones de comunicaciones entre máquinas (M2M), de IoT satelital y a considerar el papel futuro de las constelaciones LEO, además de ayudar a evaluar modelos de conectividad de próximas generaciones, que sean accesibles y centradas en el usuario.
