SpaceX quiere ser un jugador de peso en todo el universo satelital. A pocas semanas de haber cerrado su acuerdo con T-Mobile para desarrollar conectividad directa de satélite a teléfono inteligente, la compañía espacial de Elon Musk busca convertirse en un proveedor de conectividad para la industria aerocomercial, al mismo nivel que Viasat e Intelsat, las dos principales jugadoras de ese sector.
Vamos por partes.
La asociación tecnológica entre T-Mobile y SpaceX apunta a desarrollar lo que se conoce como Direct Satellite-to-Device, que hace años había sido identificada como la mayor oportunidad en la historia de los satélites de comunicaciones. Tener conectividad satelital directamente en el dispositivo abre, al menos tres oportunidades de negocios: expandir la conectividad rural, generar nuevos ingresos y profundizar las posibilidades de Internet de las Cosas (IoT, por su sigla en inglés).
Un informe de 5G vía satélite, elaborado por la consultora NSR, había señalado que el mercado de satélites directo al dispositivo podría generar un negocio de 66.800 millones de dólares en un lapso de 10 años, una cifra bastante más importante que los 38.500 millones de dólares que se producirán a partir de servicios mayoristas no GEO.
Para la industria satelital esta oportunidad de conectar a los dispositivos de manera directa con los satélites es transformadora. Hace unos días, Huawei anunció sus primeros dispositivos con este tipo de conectividad para usos puntuales. Esta posibilidad muestra, por un lado, que los costos que antes suponía tener una comunicación satelital ya no serán tan altos, lo que permitirá reducir las barreras de entrada de cara a los usuarios. Y esto posibilitará pensar y crear un negocio de escala que, hasta ahora, no era posible imaginar dados los altos costos.
En la visión de NSR, que los operadores móviles puedan hacer acuerdos mayoristas con los satelitales permitirá llevarle el servicio a millones de usuarios, y suscribirse a un servicio satelital de usuario final “será tan simple como hacer uso del roaming cuando se viaja a otro país”, describió. El acuerdo entre T-Mobile y Space X va, en definitiva, en esa dirección.
Entre el universo de usuarios, quienes vivan en zonas alejadas, rurales serán los más beneficiados pues accederán a comunicaciones a costos mucho menores al tiempo que las operadoras generarán ingresos en un segmento al que, hasta ahora, no habían alcanzado. Esto cobra más relevancia en aquellas geografías en donde la cobertura de red aún es deficiente y donde los usuarios experimentan gran parte de su día sin ningún tipo de conectividad.
El tercer segmento que promete mejoras futuras es el de IoT. Aquellas actividades que se realizan en zonas inhóspitas, como la minería, la exploración y explotación off shore, y demás, se verían beneficiadas, al igual que la agricultura y la logística, entre otros, a partir de la superposición de satélites y la conectividad directa hacia dispositivos y sensores, que ya se da por descontada.
Pero SpaceX no se quedó solo en el acuerdo con T-Mobile para lo que pasa sobre la superficie terrestre. También quiere dominar los negocios que se dan en el cielo, como brindar conectividad a los aviones y que los pasajeros puedan ver Netflix o Youtube como si estuvieran en el living de su casa.
La compañía ya está realizando pruebas en este sentido. De hecho, dio cuenta hace unos días en qué consiste su proyecto a través de una demostración realizada sobre JSX, su primera aerolínea cliente, de carácter regional. La conectividad en los aviones es hoy un terreno dominado, principalmente, por Viasat e Intelsat.
La propuesta de SpaceX consiste en dar conectividad a través de Starlink. La constelación de satélites LEO dan vuelta a la tierra cada hora y media o dos, y esto permite que sus señales lleguen antes que las de los satélites tradicionales cuando se trata de brindar conectividad hacia la tierra. Para algunos expertos de la industria, hacer lo mismo pero en el espacio pareciera tener algún grado mayor de dificultad, básicamente porque no es la misma potencia la de los pequeños satélites que las que brindan los grandes vehículos espaciales. Para Starlink, sin embargo, esto no es un problema y asegura que pueden ofrecer el servicio a aviones de Boeing o de Airbus, tal como ya lo hace a partir del acuerdo con Hawaiian Airlines.
Lo cierto es que en la industria hay muchas dudas sobre lo que realmente podrá brindar Musk vía Starlink, aunque están quienes consideran que, una vez que el servicio sobre JSX comience a andar de manera efectiva, serán muchas las aerolíneas que pondrán los ojos sobre ella.
“En el vuelo de prueba de JSX, el sistema Starlink registró constantemente capacidades de transmisión superiores a 100 megabits por segundo, según lo medido por la aplicación Ookla. Había alrededor de una docena de personas a bordo. Los dispositivos adicionales a bordo impulsaron la demanda al equivalente de 20 a 30 pasajeros que utilizan el sistema”, aseguró la agencia Reuters.
Luego de ese vuelo de prueba, la empresa de noticias agregó que en un Airbus de American Airlines que volaba con más de 100 pasajeros recibió conectividad de Viasat a razón de 2,2 megabits por segundo.
En ambos vuelos, los videos de Netflix y YouTube se vieron sin problemas y los chats de video bidireccionales funcionaron bien a través de WhatsApp, lo mismo que el correo electrónico. Casi casi como si se estuviera en el living hogareño.
Con SpaceX como la gran protagonista, la industria satelital está en un nuevo momento de auge y el secreto de esta buena estrella parece pasar por expandir la conectividad más allá de los límites terrestres y siderales.
