Reducir, reutilizar y reciclar es una de las reglas madre de la sustentabilidad y por la que se reduce el impacto ambiental que significa la emisión de basura, al tiempo que le ofrece a los objetos la posibilidad de extender su tiempo de uso o, inclusive, garantizarle una nueva vida. Y esta urgencia, que es planetaria, no exime a la industria de las telecomunicaciones; por eso la GSMA publicó un documento en el que brega por nuevas estrategias para la industria móvil, en las que la circularidad de las cadenas de suministro y de producción de dispositivos aboguen por el desperdicio cero y por la existencia de teléfonos inteligentes más duraderos.
Cada año, el mundo consume unos 2.000 millones de teléfonos móviles, una capilaridad tal que hace que el 90 por ciento de la población posea al menos uno y que el 85 por ciento de esos equipos no sean reciclados. Y ¿cómo impactaría el extender la vida útil de los dispositivos? Según el trabajo realizado por la GSMA, permitiría que el mundo ahorrara, cada año, hasta 21,4 millones de toneladas de emisiones de carbono (CO2) hasta 2030. Y, para poder dimensionarlo mejor, el ejemplo que grafica esta reducción es el relativo a sacar de circulación a más de 4,7 millones de automóviles.
Otro dato interesante de este trabajo es el que señala el ciclo de vida de un teléfono inteligente: el tiempo de uso promedio de un teléfono es de alrededor de tres años; pero su vida útil técnica es aún mayor, de entre los cuatro y los siete años. Pero no sólo eso, la vida útil óptima para lograr reducir el impacto climático debería ser de, al menos, 25 años.
Sucede que alrededor del 80 por ciento del impacto ambiental negativo que imprime un teléfono inteligente está en su fabricación, un proceso en el que intervienen alrededor de 50 materiales diferentes, entre los que se destacan el plástico, la cerámica y metales como el cobre y el silicio, cuya “extracción pueden causar impactos ambientales y sociales negativos”, advierte el trabajo.
La propuesta de la GSMA fue publicada a través de un paper, titulado “Documento de estrategia para la economía circular: dispositivos móviles” y disponible aquí, en el que se analiza el impacto ambiental que los dispositivos realizan y se elabora una propuesta concreta. Desarrollado junto a la consultoría de gestión sueca especializada en sostenibilidad Ethos y en colaboración con Tele2, el trabajo propone avanzar en una estrategia que gire en torno a los principios de longevidad maximizada, importante para reducir el impacto de la producción de dispositivos; y de desperdicio cero.
Así, la iniciativa busca impulsar que los dispositivos tengan la mayor vida útil posible pero, también, que para su fabricación se recurra a insumos íntegramente reciclables y que posibilite su posterior reciclado, además de recurrir a energías renovables. Con todo, la meta es que ningún dispositivo termine engrosando la gran masa desperdicios que tanto afectan a la buena salud medioambiental.
“En 2016, la industria móvil fue la primera industria en comprometerse plenamente a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y, en 2019, la Junta de GSMA estableció una ambición climática en nombre de la industria para alcanzar cero emisiones netas de carbono para 2050”, dice en sus primeras líneas este trabajo que insta a la industria a construir una cadena de suministro y fabricación circular para 2050, basada en los conceptos de longevidad maximizada y residuo cero.
El documento precisa, además, que la población mundial está utilizando los recursos naturales correspondiente a 1,75 Tierras, es decir, que “usa los recursos a un ritmo más rápido de lo que la naturaleza puede regenerar, causando el agotamiento”, dice el documento y precisa que “el consumo de recursos también se está acelerando: para 2060, el PIB mundial se proyecta triplicar su tamaño y el recurso mundial se estima que el consumo se duplique”.
“La industria móvil está logrando un progreso real en la circularidad, pero hay mucho más por hacer para reducir el impacto ambiental de los dispositivos de los que dependemos todos los días para permanecer conectados”, precisó Steven Moore, director de Acción Climática de GSMA y líder del sector móvil de UN Climate Champions, y admitió que estas acciones sientan las bases para que la industria móvil reduzca el desperdicio de materiales y aumente la longevidad de los dispositivos.
En su reporte, el organismo internacional también advirtió que existen “señales de optimismo”, al precisar que el 11 por ciento de los teléfonos inteligentes vendidos en todo el mundo son reacondicionados y, lo mejor: es un mercado que está aumentando, por las iniciativas de la industria pero también por la demanda. “Los consumidores también están cada vez más interesados en los productos de segunda mano, así como en la sostenibilidad en general, lo que significa que los dispositivos se usan por más tiempo y los esquemas de reciclaje de dispositivos se usan con más frecuencia”, resume.
Inclusive, precisa que el ciclo de reemplazo de teléfonos móviles se movió en 10 meses en los últimos siete años, es decir, que pasó de 24 meses en 2014 a los 34 meses en 2021 en todo el mundo; y la expectativa es que esta tendencia se incremente con la incorporación de un mercado específico de dispositivos móviles reacondicionados, que se prevé que signifique un negocio superior a los 140.000 millones de dólares para 2030, frente a los 49.900 millones de dólares de 2020.
“Una mayor circularidad para los dispositivos tiene un enorme potencial para reducir el impacto ambiental negativo y, al mismo tiempo, habilitar nuevos modelos comerciales que pueden generar nuevas oportunidades comerciales” dijo a su turno Erik Wottrich, Jefe de Sostenibilidad de Tele2, quien dirigió el desarrollo del documento de estrategia, y admitió que aún queda mucho trabajo por hacer.
