¿Qué podemos esperar en el sector de las telecomunicaciones en 2023?

Se termina un año más en el sector de las telecomunicaciones y ya van varios en los que uno tiene la sensación de que el sector es como ese perro que, tras verse la cola, no para de dar vueltas para mordérsela. Esa sensación de que vamos a algún lado pero que, visto desde fuera, parece confirmar que no vamos a ninguno. Y puede ser un problema de brújula o tratarse de una realidad universal: la tierra gira alrededor del sol para no ir a ningún lado, y la historia de la humanidad, con sus éxitos y fracasos, se repite en un loop infinito ¿por qué tendría que ser diferente el sector telco? Y es cierto que avanzamos pero también que seguimos atascados en la parte critica: la posición de los operadores en la cadena de valor y la monetización de las nuevas tecnologías.

Empecemos pues esta crónica hablando de lo negativo y acabemos con buen sabor de boca, tampoco es cuestión de flagelarse en exceso a las puertas del cambio de año y con una pila de resoluciones positivas encima de la mesa. Algunos analistas ya se atreven a decir que 5G podría ser un nuevo proyecto fallido de los operadores y que, por sí misma, no va a aportarles esos ingresos tan necesarios que -los operadores- llevan años buscando obtener a través de sus redes de datos. O que, sabido el dilema de las redes de banda ancha móviles, quizás no se hubieran desarrollado tecnologías que las habilitaran, ya que los ingresos de voz y SMS seguirían siendo un buen negocio a día de hoy.

Pero ya no hay vuelta atrás y los operadores tienen que buscar ser innovadores, aún cuando cargan con una mochila de artefactos que aplican más como piezas de museo. Este ambiente híbrido, entre lo nuevo y lo viejo, no es fácil de gestionar, especialmente cuando la seguidilla de nuevas tecnologías no han resuelto el problema de base. Y no es que los operadores no se den cuenta de esta realidad, la tienen pero que muy presente. Es más, hace una década un ejecutivo de Telefónica en el Reino Unido me dijo aquella frase de: “si la 5G no es monetizable, no la quiero”. Y cuánta razón tenía, en parte.

Ahora bien, las inversiones en nuevas tecnologías no son solo un producto de una monetización directa, hay otras fuerzas que evidentemente han empujado a los operadores a lanzarla sin tener claro el modelo de monetización. Y con todo el proceso en marcha, ahora hay que morir matando o hay que morir invirtiendo adecuadamente en las nuevas tecnologías. Que por cierto, aquí en TeleSemana.com ya advertimos que ninguna tecnología venía a salvar a los operadores, sino que las tecnologías eran herramientas para poderse salvar. A mi, al día de hoy, me das un martillo y clavos, y seguramente me destroce los dedos: ¿es culpa del martillo? ¿No voy a invertir en un martillo porque no sé utilizarlo? ¿Debo comprarlo sin saber usarlo? ¿Puedo aprender a usarlo sin comprarlo? Pillan ustedes la idea.

El reto nunca fue tomar o no la decisión de ir a 5G, sino de convertir en esa opción, la única opción, en la adecuada para el sector; y para ello nos hemos centrado, y nos seguimos centrando, en una serie de tecnologías que serán muy importantes en 2023 y que prometen facilitar la búsqueda de la bala de plata que solucione el problema madre del sector.

Uno de los aspectos clave será la relación de los operadores con el resto de jugadores de la cadena vertical y horizontal. Ejemplos incluyen cómo se relacionarán los operadores con sus proveedores y clientes, y con todos aquellos que se cruzan en su camino, como por ejemplo los OTTs, y cómo se relacionaran con los proveedores de la nube y el resto de verticales. Y cuando me refiero a relacionarse, no me refiero a reclamar que los OTTs paguen por la construcción de las redes, porque sostener un negocio a base de que terceros accedan a invertir en él por imposición no parece una estrategia que suscite mucha confianza. Si los operadores son capaces de convencer a los OTTs mediante una propuesta de valor estaríamos hablando de otra situación, pero por ahora, se busca imponer, y repito, este no parece una propuesta que suscite confianza ¿Invertiría usted en un negocio cuya viabilidad dependiera de que una tercera empresa invierta forzada por una orden gubernamental?

Así, el dilema de los operadores no se va a resolver con inversiones obligadas por parte de los OTTs y la única forma de conseguir ese ingreso adicional es a través de una sociedad en la que se compartan los ingresos o tras conseguir que los OTTs sean clientes de los operadores accediendo a atributos de la red que puedan aprovechar en momentos puntuales. Por ejemplo, que Netflix quiera obtener mejores prestaciones de la red en algunos mercados donde se estrene una nueva serie de éxito. A los operadores les queda mucho camino por recorrer para relacionarse con el resto del mercado y poder crear esquemas de sociabilización que fomenten el desarrollo de negocios conjuntos, que respondan a las demandas del mercado o, inclusive, generar y dinamizar dichas demandas.

Por otro lado, los operadores seguirán explorando el ahorro con nuevas arquitecturas como Open RAN. Y hasta parece que los operadores tienen más habilidad a la hora de crear tecnologías eficientes que les permitan ahorrar, que en hacer que las nuevas tecnologías les permitan generar nuevos ingresos. Y no hay nada de que avergonzarse porque esto sea así, al final un negocio es, justamente, un balance de eficiencia entre el ahorro y la entrada de ingresos. En el sector nos falta una de las patas que vamos compensando, en cierto modo, con el ahorro. Aún así, Open RAN depende del RAN Intelligent Controller (RIC) y de que los aspectos de seguridad que se han ido alertando en los últimos dos años se resuelvan con garantías para que los operadores puedan realmente contemplar el lanzamiento de Open RAN.

El año que viene tendremos que estar pendientes de temas como la compartición de infraestructura, especialmente, si se quiere acelerar el despliegue de 5G en su máximo esplendor, pues es una tecnología que necesitará de una mayor cantidad de estaciones base para lograr la densificación y el aprovechamiento de las bandas altas de frecuencia. El espectro seguirá siendo un tema candente y motivo, posiblemente, de conflicto entre operadores y reguladores. Cómo y cuándo otorgarlo serán parte de esas discusiones infinitas del sector, de esa rueda de la jaula del hamster.

El desarrollo del acceso fijo inalámbrico (FWA, por sus siglas en inglés) en 5G y de redes privadas seguirá su curso a nivel internacional y se verán algunos brotes en Latinoamérica; aunque la expectativa de que ambas crezcan rápida e inmediatamente en la región no se ven en el radar. Aún así, los operadores debería estar atentos a ambas opciones, no sea que por despiste pierdan alguna oportunidad de mercado que pueda desarrollarse súbitamente y pierdan un nuevo tren de posible monetización.

Lo que sí está claro es que en 2023 seguiremos con el “hype” y la ciencia ficción, en la creación de relatos alrededor del metaverso y de la inteligencia artificial; dos conceptos que se han inflado mucho en 2022 y que, seguramente, se deshincharán un poco en 2023 hasta que sean realmente tangibles y monetizables para los operadores.

En cualquier caso, si tuviera que pedirle un deseo a 2023 sería que los operadores pensaran menos en las tecnologías y más en cómo crear valor dentro de todo el ecosistema. Yo estoy convencido, quizá de forma inocente, que los operadores están en una posición inmejorable para ser, junto a los proveedores de la nube, los jugadores más importantes en la transformación digital. Son un componente fundamental para que todo funcione, son los jugadores que hacen que todo este circo pueda existir y que la función esté operativa las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana. Aún queda realizar el trabajo más importante de todos, hacerle ver al mercado el valor de los activos de los operadores y permitir el acceso a ellos para obtener eficiencias tangibles.

No será fácil, pero en algún momento debería emerger en nuestro sector un Steve Jobs o un Elon Musk que nos muestre el camino para conseguir lo que parece una quimera. La buena noticia es que nadie en el sector puede permitirse la rendición, así que lo que seguro nos espera en 2023 es mucho trabajo y dedicación.

Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

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