Por estos días, uno de los temas más relevantes gira en torno a la preocupación de los trabajadores a ser reemplazados por procesos automatizados o por la Inteligencia Artificial (IA); aunque no se trata de un tema nuevo. Durante la revolución industrial se creía que las máquinas a vapor se apoderarían por completo de los trabajos; sin embargo, los procesos industriales empezaron a requerir cada vez de mayor cantidad de trabajadores que pudieran ocupar los nuevos cargos y desarrollar las nuevas tareas, ante la necesidad de suplir la demanda de producción que crecía en todo el mundo.
En la actualidad, sucede algo similar. Cada vez son más las organizaciones que se vuelven 100 por ciento digitales y que buscan la manera de adaptarse a las nuevas formas de trabajo y producción. Desde el desarrollo tecnológico, la creación de procesos automáticos, hasta el uso y perfeccionamiento de la IA, requieren cada vez más personas que logren articular estas herramientas a las distintas operaciones empresariales.
Este aumento en la digitalización y el creciente número de dispositivos conectados a Internet, también ha traído una ola de amenazas cibernéticas que son cada vez más sofisticadas y frecuentes; y que causó que la ciberseguridad sea una necesidad primordial en todas las empresas e, incluso, de los gobiernos en su urgencia por mantener la seguridad nacional.
Con el aumento exponencial de los casos de phishing, ransomware y demás modalidades utilizadas por los atacantes, los equipos de ciberseguridad han tenido que trabajar sin descanso para proteger con eficiencia los sistemas de estas organizaciones. Esto significa un aumento en la demanda de las personas que ocupan este tipo de cargos, para la gestión y la respuesta de incidentes. No obstante, uno de los retos más frecuentes para acoger a nuevos trabajadores de ciberseguridad y poder reducir el desgaste de los profesionales, es la hiperespecialización.
Las actuales herramientas empleadas para proteger y mitigar los ataques requieren de procesos complejos que sólo unos pocos expertos pueden llevar a cabo. Esta posible sensación de escasez de talento en la industria, podría deberse a la baja o anticuada capacidad tecnológica disponible para abordar la seguridad de los sistemas.
Para superar esto, debemos centrarnos en el aprendizaje, en la formación y en la experiencia de los equipos para que enfrenten con eficiencia los desafíos de ciberseguridad. Además, es necesario construir plataformas y soluciones tecnológicas innovadoras y sencillas para que más personas, de todas las áreas y profesiones, puedan entrar en la industria, aprovechar de las herramientas automatizadas y mejorar el nivel de prevención y de respuesta en ciberseguridad.
Muchas áreas de diseño y de desarrollo tecnológico han aportado con iniciativas intuitivas y de libre acceso para que más personas puedan transformar su vida laboral junto a la evolución digital. Esta óptica permite, en principio, perder el miedo a avanzar por la creencia de que las herramientas automatizadas o la IA nos reemplazarán. Desde la ciberseguridad, a su vez, son la respuesta a muchos de los problemas y limitantes que tenemos en la industria, y que permitirán abrirle la puerta a más personas, que las utilizarán como catalizador de su trabajo y de la innovación de las organizaciones.