El 90,4 por ciento de los hogares peruanos tienen conectividad fija o móvil, según lo relevó la Encuesta Residencial de Servicios de Telecomunicaciones (Erestel), a pedido del Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel). La cifra involucra todo un avance de casi un tres por ciento en la comparación interanual y un incremento inédito entre las familias rurales y las de menores ingresos. Pero hay más, sobre todo, si se toma en consideración el relevamiento que, realizado hace dos años, reflejaba que un tercio de la población estaba totalmente desconectada tanto de los servicios de Internet fijo y móvil, como también del mismísimo interés por acceder.
El balance realizado por Erestel arrojó que, al cierre de 2022, 9.221.837 hogares peruanos, o el 90,4 por ciento de ellos, contaron con conectividad fija o móvil a Internet y la cifra representó un crecimiento interanual de 2,7 por ciento, frente al 87,7 por ciento registrado en 2021; pero también la mayor penetración del servicio entre familias ubicadas en las regiones rurales del país, como también entre los segmentos poblacionales con menores ingresos.
El ámbito rural, por ejemplo, que supone uno de los tradicionales mayores desafíos en la materia de capilaridad de la conectividad, fue el que mayor incremento de hogares con acceso a Internet ofreció, al trepar desde el 68,7 por ciento en 2021, al 76,6 por ciento en 2022.
En las zonas urbanas, a su vez, la conectividad está presente en el 96,5 por ciento de los hogares de Lima Metropolitana, con un alza del 1,5 por ciento interanual; como también en el resto de las zonas urbanas, que pasaron del 89,6 por ciento en 2021 al actual 91,4 por ciento de las viviendas.
Este trabajo, realizado sobre la base de entrevistas a los habitantes de 15.493 hogares ubicados en diferentes partes del país durante el primer semestre de 2023, también exhibió que el 98,7 por ciento de las familias peruanas contratan, al menos, un servicio de telecomunicaciones, un 30,1 por ciento que posee hasta tres contrataciones y un 7,7 por ciento que poseen hasta cuatro; mientras que un 1,3 por ciento no posee ninguno.
De todos ellos, la telefonía móvil es el servicio más masivo, con el 98 por ciento de los casos, seguido por Internet (90,4 por ciento), muy por delante del de televisión de paga (36,4 por ciento), y la telefonía fija (11 por ciento), en estos últimos dos casos, en retroceso.
El logro lo es también en términos socioeconómicos.
Para poder dimensionar la sociedad peruana, vale señalar que al cierre de 2022 se registraron 33.3 millones de personas, de los cuales el 80 por ciento habita zonas urbanas (el 36 por ciento vive en Lima) y el resto en zonas rurales, según la Compañía peruana de estudios de mercados y opinión pública (CPI), cuyo documento puede leerse aquí; cifras similares a las que publicó Ipsos un año antes, y que pueden encontrarse aquí.
Si se tomara únicamente a Lima, por ejemplo, se observaría que el 47,9 por ciento de sus habitantes tienen ingresos económicos que los ubican entre los más vulnerables, el sector C, y que en el estudio de Erestel, fueron quienes más crecieron en conectividad, al pasar del 94,5 por ciento de los hogares conectados en 2021 al 97,7 por ciento actual.
A su vez, la encuesta del regulador reflejó que los sectores socioeconómicos más bajos, conocidos como D y E, pasaron de tener al 81,5 por ciento de hogares conectados a totalizar el 84,6 por ciento en 2022; mientras que los dos estratos con mejor situación socioeconómica, A y B, se mantuvieron en una posición de casi conectividad total, ubicada en el 99 por ciento de los hogares.
El abordaje también tuvo un foco en términos etarios y reflejó que en aquellos hogares donde su jefe o jefa de familia tiene 51 años o más, pasaron del 80,1 por ciento de los casos en 2021 al 85,1 por ciento en 2022. Y, como es fácil imaginar, en el resto de grupos etarios, la penetración de Internet mantiene altos indicadores de penetración: supera el 92 por ciento en aquellos hogares donde sus responsables directos tienen entre 18 y 50 años.
Otro elemento importante es el relacionado a la cuestión de género: en aquellos lugares donde hay una jefa de familia mujer, la penetración de Internet pasó del 86,5 por ciento en 2021 al 90,6 por ciento en 2022; mientras que en aquellos donde un hombre encabeza el hogar, el 90,4 por ciento contrata conectividad sea fija o móvil, frente al 88,2 por ciento registrado en 2021.
¿Y cuántos peruanos se conectan con Internet fija y cuántos a la móvil?
Ese dato también está presente y arroja que el 89,5 por ciento de los hogares tiene Internet móvil, frente al 85,8 por ciento contabilizado en 2021; mientras que los hogares que disponen del servicio fijo está, apenas, en el 41,7 por ciento de los hogares, cifra que involucró un pequeño crecimiento frente al 39,4 por ciento reflejado 12 meses atrás.
En las áreas rurales, a su vez, las conexiones móviles pasaron del 68,3 por ciento al 76 por ciento; mientras que las fijas sólo están presentes en el 10,1 por ciento de los hogares.
En las zonas urbanas también hay diferencias: en Lima Metropolitana, que es la más densamente poblada, esa conectividad móvil trepa hasta el 96 por ciento de los hogares y la fija al 73,5 por ciento; y en el resto urbano, las conexiones móviles y fijas a Internet alcanzaron 90,1 por ciento y 32,4 por ciento, respectivamente.
Otro elemento que pincela el territorio es el que involucra la convivencia de ambos tipos de conectividad y fue Lima Metropolitana, una vez más, donde se observa la mayor cantidad de acceso simultáneo a Internet: el 73,1 por ciento de los hogares contratan servicios móviles y fijos; mientras que en el resto de la región urbana ese porcentaje llega al 31,1 por ciento; y en el área rural, a su vez, sólo se da en 9,6 por ciento de las familias.
Y en tren de reflejar usos, Erestel también precisó que ese incremento en el acceso a Internet fijo coincidió con el aumento de computadoras de escritorio en los hogares, que pasó del 36 por ciento de los casos en 2021 al 42,1 por ciento en 2022; mientras que la presencia de computadoras portátiles pasó del 49,4 por ciento al 51,3 por ciento, entre el 2021 y 2022. Más de la mitad de hogares cuentan con este tipo de dispositivos.
Con todo, esta foto panorámica de la brecha digital en Perú -que puede consultarse aquí– refleja cómo cambiaron y evolucionaron las capacidades de navegabilidad, pero también de empoderamiento ciudadano, de alfabetización digital y de consumo, en las zonas urbanas y rurales; pero también que todavía hay mucho por trabajar.
