De cara al nuevo año, visualizamos que las tendencias tecnológicas estarán marcadas sobre todo por la inteligencia artificial (IA) y su capacidad para potenciar y mejorar otras tecnologías. Esta influencia es y será aún más grande abarcando no sólo las formas en las que se trabaja, sino que será incorporada también en campos como la ciberseguridad y se prevé que favorezca una mayor sustentabilidad tecnológica. Esto hará que resulte aún más imprescindible el trabajo con estándares éticos y regulaciones globales de IA, que brinden confianza y eviten riesgos.
Este nuevo año, la relevancia de las implementaciones de IA y la adopción de productos y servicios mejorados con esta tecnología será la más significativa en los presupuestos de las áreas de TI en cuanto al impulso de la productividad, la ciberseguridad y resiliencia, y la conformidad normativa y governance.
En cuanto al primer punto, un estudio de McKinsey elaborado con información del Banco Mundial sobre el potencial económico de las IA generativas, proyecta que, tan sólo estas, alcanzarán un impacto en la ingeniería de software rondando los 500 billones de dólares, una cifra que representa el 30 por ciento del gasto total del mercado en esa área. Compartirá ese escalón con el impacto en la productividad y en los ahorros de las áreas de ventas y marketing.
La transformación que estamos viendo en la ingeniería de software está liderada por los asistentes inteligentes de coding (como GIT Copilot o Code Whisperer) que ya ayudan a los programadores y con los que se reporta un aumento de entre el 25 por ciento y el 45 por ciento de la productividad. En mi opinión, estas herramientas están direccionadas, por más que pueda sonar contradictorio, a los profesionales más experimentados, quienes pueden aprovechar mucho más las capacidades de estas herramientas y obtener mayores beneficios. Se creía que estas herramientas podrían poner en peligro los puestos de trabajo de los programadores senior; sin embargo, ahora parecen haber quedado potenciados por el manejo de estas herramientas.
Este impacto se extiende también a otras especialidades. En el testing, por ejemplo, observamos que la tendencia es la automatización. En particular se está trabajando en mejorar la programación de las pruebas y la generación de casos y datos de éstas. Y con menor adopción, pero no con menor impacto, en la asistencia a la concepción, la planificación y el diseño de los productos digitales.
Otro aspecto donde la IA está dejando su marca es en el universo de la ciberseguridad y resiliencia. El aumento de los ciberataques y la sofisticación del delito informático llevará a las organizaciones a diseñar estrategias integrales de continuidad del negocio y de resiliencia, que no sólo permitirán asegurar la privacidad de datos sensibles y generales de los clientes, empleados y el resguardo de la información corporativa, sino también ayudarán a garantizar la continuidad de la actividad y la recuperación ante eventuales incidentes.
Frente a esta situación, la consultora Gartner anticipa que el enfoque prevaleciente será el de la gestión continua de la exposición a amenazas (CTEM), que permitirá a las organizaciones “evaluar la accesibilidad, exposición y el aprovechar a los activos físicos y digitales de forma continua y consistente”. A la vez, prevé que para 2026 las compañías que prioricen sus inversiones en seguridad basadas en un programa CTEM “obtendrán una reducción de dos tercios en las infracciones”.
En cuanto a las estrategias de ciberseguridad, la IA también tendrá un rol central, donde podrá permitir analizar, diagnosticar y responder a actividades sospechosas de manera anticipada y para la automatización de respuestas y ciber defensas.
El último punto que quiero desarrollar es el relacionado a la conformidad normativa y governance. Para llegar a estos resultados y obtener aumentos de productividad y ahorro a partir del uso duradero de la IA, será necesario que las empresas desarrollen “un enfoque disciplinado para su adopción generalizada, junto con atención a los riesgos”, según la consultora Gartner.
Confianza, riesgo y seguridad. La gestión de estos tres pilares serán esenciales para evitar los potenciales riesgos y efectos negativos que podrían llevar a un descarrilamiento de la tecnología. En este sentido, Gartner predice que para 2026, las empresas que apliquen un programa integral de gestión de confianza, riesgo y seguridad TRiSM -por las siglas de trust, risk & security management– de IA “aumentarán la precisión de su toma de decisiones al eliminar hasta el 80 por ciento de la información defectuosa e ilegítima”.
Con respecto a la necesidad de mitigar los riesgos y optimizar el gobierno de la IA, en 2024 también habrá nuevas regulaciones. Se espera que estas normativas sean orientadas a la protección de la población ante cualquier repercusión involuntaria de la IA, a la vez que catalizan los avances tecnológicos. Al mismo tiempo, la necesidad de que esta tecnología funcione con la máxima transparencia y equidad requerirá cultivar estándares rigurosos que garanticen un manejo responsable, de acuerdo con la consultora.
La sustentabilidad también juega su papel mientras gana prevalencia en las decisiones vinculadas con la tecnología. Con la mira de los CIOs en reducir los consumos energéticos, los desarrollos de nube verde y las iniciativas de reutilización del calor generado por los data centers crecen cada vez más. En este contexto vemos también a las IA como un facilitador para alcanzar estos objetivos.
Creemos que todas las aplicaciones de la IA que veremos este 2024 no sólo representarán avances tecnológicos, sino que también significarán cambios en diversos aspectos de la vida diaria, la forma en que trabajamos y cómo interactuamos en sociedad, abriendo nuevos retos, riesgos y oportunidades.
En mi opinión, la revolución tecnológica debe servir para potenciar al ser humano y no para reemplazarlo. Desde Baufest nos preparamos para impulsar nuevos proyectos y desplegar nuestra amplia experiencia en procesos de transformación digital y en tecnologías del futuro para ayudar a evolucionar los negocios de las compañías integrando siempre la tecnología y las personas.
La inteligencia artificial no es un recurso amenazante para los trabajadores ni para las empresas ni debería serlo. Siempre y cuando se tomen las precauciones necesarias en su uso estamos convencidos que la IA potencia la productividad de las empresas que puedan sumar estas tecnologías en sus procesos productivos accediendo de esta manera a un mejor posicionamiento frente a sus competidores en el mercado.
