En el año de la pandemia, Costa Rica dio la bienvenida a un nuevo operador de telecomunicaciones, Liberty Global, que se quedó con las operaciones de Telefónica en este país por 500 millones de dólares en el segundo semestre de 2020.

Esto le permitió sumar 2,4 millones de clientes móviles además de convertirse en un operador convergente pues ya en 2018  había adquirido el 80 por ciento de Cabletica.

De este modo, Costa Rica atravesó el año de la pandemia con un nuevo escenario en materia de telecomunicaciones, donde la conectividad debió ser prioritaria pero, al mismo tiempo, debieron encararse acciones para equilibrar la competencia dado el gran protagonismo que hasta ese entonces supo tener el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).

La adquisición de Telefónica posicionó a Liberty en el segundo lugar entre los proveedores de servicios móviles, detrás de ICE. No obstante, su impacto será mayor en el terreno de los servicios empaquetados, ya que Cabletica es el segundo mayor proveedor de banda ancha en este país.

Por otro lado, en 2021 el Gobierno de Costa Rica retomó el plan de apagón analógico que suspendió en 2020 por la pandemia. Y como parte de los temas de la agenda de esta industria encaró iniciativas orientadas a convertir a este país en un centro regional en materia de ciberseguridad. El país mejoró su posición en el Indice Global de Ciberseguridad 2020 emitido por la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT) al pasar del puesto 115 al 76 entre las últimas dos mediciones del organismo.