A poco más de un año de asumir como presidente de Ecuador, Lenín Moreno presentó a la Asamblea Nacional el proyecto por el que busca reformar la Ley Orgánica de Comunicación. Propone, entre otros puntos, la “desaparición definitiva de la Superintendencia de la Información y Comunicación (Supercom), con lo que terminará el uso discrecional o político de la ley”.
Las reformas, según publicó la Secretaría Nacional de Comunicaciones, se dan en un marco de reinstitucionalidad del país, con el foco puesto en “fortalecer la democracia y el trabajo periodístico” y la defensa de los derechos a la comunicación y la información. La aplicación de cambios en la normativa vigente fue una de los promesas de campaña de Moreno antes de ser elegido como primer mandatario.
El borrador incluye la asignación y ampliación de las funciones del Consejo de Regulación y Desarrollo de la Información y la Comunicación (Cordicom) y la Defensoría del Pueblo. En este caso, el objetivo es impulsar herramientas para la eliminación de la censura previa y contenido discriminatorio.
Se considera la organización de un concurso abierto y transparente de frecuencias para medios privados y comunitarios, así como la asignación directa para las nacionalidades indígenas. Además, el documento incluye la reclasificación de los medios públicos en medios públicos al servicio institucional y al servicio de los ciudadanos.
“Es imprescindible la corresponsabilidad de todos los actores de la comunicación y el Estado para proteger los derechos y desterrar las malas prácticas del pasado”, agregó la secretaria en un comunicado en el que consideró que este proyecto implica “un punto de quiebre, pues antepone la garantía de los derechos a la comunicación y la libertad de expresión para acabar con 10 años de hostigamiento y persecución”.