La empresa mexicana Maxcom y su filial Maxcom USA pidieron la protección por bancarrota de la legislación estadounidense bajo el capítulo 11 del Código de Quiebras local. El objetivo es restaurar su deuda, que según información al segundo trimestre era a 2.635 millones de pesos (133,4 millones de dólares) o lo equivalente a más de 13 veces el registro del Ebidta en el último año.
El pedido por entre 100 y 500 millones de dólares fue realizado el lunes 19 de agosto, informó Reuters. La firma dijo que la bancarrota anticipa un intercambio de deuda bajo el cual los tenedores de pagarés senior, que vencen en 2020, recibirán nuevos pagarés y efectivo. Los tenedores de las dos terceras partes de las notas adicionales acordaron el canje, agregó.
La compañía estaba analizando el pedido de protección desde hace ya varios años. En 2013 lo habían admitido sus autoridades luego de que el fondo de inversión Ventura Capital dejara sin efecto las negociaciones para adquirir la compañía porque Maxcom no logró el 80 por ciento de adhesión a su plan de reestructuración de deuda.
Ahora finalmente la compañía toma el mismo camino que han recorrido firmas como NII Holdings para algunas de sus operaciones. Lo que ocurra en este caso no traerá en ningún caso cambios significativos en la estructura del mercado de telecomunicaciones mexicano, pues la empresa presta servicios de telefonía fija y banda ancha con una participación mínima en cada segmento.
Entre abril y junio la compañía generó ingresos por 366 millones de pesos (18,5 millones de dólares) y un Ebitda de 58 millones de pesos (2,9 millones de dólares), ambos más bajos que los informados el trimestre anterior. Su resultado fue negativo en 93 millones de pesos (4,7 millones de dólares). La firma cerró 2018 con una participación de 0,2 por ciento en el segmento de telefonía fija, lo equivalente a algo menos de 37.000 clientes, y unos 235.000 suscriptores de banda ancha fija o el 0,9 por ciento de ese mercado.