Más multas a Bitel quizás tampoco sirvan para cambiar la actitud de los operadores

El Organismo Supervisor de la Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel) confirmó distintas multas a Bitel por un total de 1,85 millones de soles (550.900 dólares). El regulador tomó la decisión de sancionar a la empresa con el equivalente a 446,1 Unidades Impositivas Tributarias (UIT) al declarar infundados los recursos de apelación que presentó la firma asiática, indicó el portal El Comercio.

En total fueron seis multas por distintos motivos, entre ellos activar líneas móviles sin utilizar el sistema biométrico, no mantener la suspensión parcial o total de 562 líneas irregulares y remitir información errónea o incompleta ante la solicitud del ente regulador. También se le impuso una amonestación adicional por activar cuatro líneas móviles en puntos de venta no informados como distribuidores autorizados.

Hay varios factores que ayudan a pensar que las sanciones impuestas a la empresa tampoco servirán para modificar la conducta de los operadores, más aún teniendo en cuenta que Bitel aparece cuarto en el ranking de proveedores móviles por lo que no siempre sus acciones podrían ser acompañadas por una actitud similar de sus competidores.

Existen otros casos de la región en la que las multas no han sido un monstruo suficiente para romper con las prácticas ilegítimas de los operadores. Quizás por el tiempo que transcurre entre los hechos y sus sanciones o porque resulta más rentable a los operadores repetir errores que corregirlos para evitar las multas.

También hay razones para defender la teoría que solo atañen a Perú. El regulador impuso un promedio de nueve multas anuales a operadores entre 2007 y 2011. Pasó a un promedio de 87 en el lustro posterior. En 2017 fueron 97, 11 de ellas a Bitel. El crecimiento en la cantidad de multas no sirvió, al menos desde los números, para frenar las quejas de los usuarios de servicio: Indecopi registró 3,6 millones de reclamos el año pasado, 71 por ciento más que en 2016.

Nicolás Larocca es Técnico Superior en Periodismo (TEA) y Locutor Integral (ISER). Durante su carrera profesional se desempeñó en diferentes medios radiales, digitales y en gráfica como productor de contenidos, redactor y analista. Tiene conocimientos en comunicación interna, deportes, bancos y seguros, y desde 2013 se especializa en el mercado de las telecomunicaciones a escala regional.

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