La competencia en Chile y los costos para posicionarse en Perú obligan a Entel a la reestructuración

En diciembre pasado Entel incorporó a la consultora McKinsey para iniciar un proceso con el ojo puesto en “convertirse en la compañía que queremos ser”, decían sus autoridades. El plan incluía el concepto de reestructuración, que en las últimas horas significó el despido de al menos 91 empleados, según La Tercera. Esa cifra dice la empresa, pero otras fuentes consultadas hablan de 200. El monto es entre el dos o cuatro por ciento de su nómina pero abre un poco la puerta a dudas sobre los problemas que acarrea la firma chilena.

La semana pasada la empresa puso en marcha el proyecto Alba con la meta de desprenderse de 2.000 torres de telecomunicaciones. La decisión no llamó la atención porque se condice con lo que están haciendo otros operadores como Telefónica, en Perú, o Axtel, en México, en sus planes de desprenderse de activos no estratégicos. Entel prepara la operación, como los otros, para descomprimir su nivel de deuda, que a marzo es de 3,59 veces sobre su Ebitda.

Hace unos meses el portal local El Mercurio señalaba que Entel anunció la emisión de bonos por unos 400 millones de dólares para reestructurar pasivos pero luego fue suspendida. En paralelo, Banchile bajó el precio objetivo de la compañía de 7.250 a 6.000 pesos (10,5 a 8,7 dólares) por acción en 12 meses a diciembre de 2018. “Bajamos nuestra recomendación de Entel desde ‘comprar’ a ‘mantener’  porque vamos a seguir viendo una fuerte presión competitiva en la compañía”, agregó el equipo de Santander GCB.

Los cambios en la compañía chilena empezaron incluso un poco antes de la contratación de McKinsey. Ya a fines de 2017 cambió nombres y estructura organizativa en lo que llamó un proceso de transformación digital transversal. Implicó salida de ejecutivos de alto mando y cambios en oficinas de ambas filiales. Ese movimiento fue uno de los primeros que aplicó la firma desde 2014, cuando compró Nextel y empezó a operar en Perú. No hubo rumores de acercamientos de la empresa a nuevos mercados, aunque  en octubre pasado abrió una filial para “administrar filiales en el extranjero”.

En Chile la misión desde hace un tiempo es consolidar su posición. Esa filial se lleva más del 70 por ciento de las inversiones de la compañía. En el mundo móvil se mantiene primero pero perdió participación en los últimos años. A marzo contaba con el 30,7 por ciento del mercado frente a casi el 36 por ciento que ostentaba en igual mes de 2016. La caída es principalmente consecuencia del fuerte crecimiento de Wom, que pasó de 3,5 por ciento a 11,2 por ciento en igual período. De la telefonía móvil de Chile proviene más del 52 por ciento de toda la facturación trimestral de Entel.

La compañía tiene presencia en el mundo fijo de Chile, pero con una participación que no le permite estar ni como escolta en los distintos servicios. Tiene unos 58.000 suscriptores de televisión paga, 510.000 líneas fijas en funcionamiento y menos del dos por ciento de los 3,2 millones de abonados a Internet existentes en todo Chile. Por esto, quizás, en el segmento móvil se concentra casi cada uno de los anuncios de la compañía para el mercado local.

En Perú la situación es bien distinta, pues el ojo está puesto en robustecer la presencia en ese país. El objetivo se ha logrado en el último tiempo con flecha hacia arriba constante en cantidad de usuarios. Esto le alcanza a Entel para mantener una luz de ventaja en la tercera posición pero en los últimos doce meses su performance fue peor que la de Bitel y la participación de una y la otra es cada vez más parecida. De los 170 millones de dólares que invertirá Entel en Perú, el 83 por ciento irá al mercado celular y los 30 millones de dólares restantes irán al segmento hogar (telefonía fija e Internet).

El primer trimestre de 2019 arrojó ganancias por 10.138 millones de pesos (10,7 millones de dólares), más de 400 veces mejor que la informada un año atrás. Sin embargo, en todo 2018 el valor fue negativo en 23.614 millones de pesos (34,2 millones de dólares). El problema sigue estando en la deuda, que la empresa podrá reducir con la venta de torres y eventualmente de fibra, según reportó hace un tiempo Santander. De eso quizás dependa acercar a la realidad las versiones que meses atrás indicaban una posible venta de la compañía.

“Entel trabaja hace cuatro años en un proceso de transformación para estar en sintonía con una sociedad cada vez más exigente y un contexto de negocios muy dinámico. Esto implica estar revisando constantemente la organización el modo en que opera, y realizar ajustes”, se limitó a decir la empresa tras los despidos. Parece claro que distintas contextos lo ponen a prueba tanto en Chile como en Perú y la palabra reestructuración es una muestra de lo complejo que resultará a la compañía cumplir sus desafíos. ¿Lo logrará? Quizás la primera parte de la respuesta se tenga el cinco de agosto, fecha marcada para conocer los resultados de la firma al segundo trimestre.

Nicolás Larocca es Técnico Superior en Periodismo (TEA) y Locutor Integral (ISER). Durante su carrera profesional se desempeñó en diferentes medios radiales, digitales y en gráfica como productor de contenidos, redactor y analista. Tiene conocimientos en comunicación interna, deportes, bancos y seguros, y desde 2013 se especializa en el mercado de las telecomunicaciones a escala regional.

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