Argentina aplicó cambios en el Reglamento de Clientes de los Servicios de Tecnologías de Información y las Comunicaciones. Se traducirá en un mayor uso de plataformas digitales como medios de comunicación entre las empresas y los usuarios y una reducción en el plazo mínimo que tienen los operadores para advertir a los consumidores sobre cambios en la relación contractual. En otras palabras, parece un pequeño guiño a las compañías del sector ante la presión competitiva de otras plataformas.
Son siete artículos que modifican la normativa aprobada en 2017. El texto fue aprobado hace algunas semanas pero ganó notoriedad en las últimas horas por un tweet del economista Ariel Setton que la consideró una “mala noticia” para los consumidores.
Como primera medida, se indica que el prestador tendrá que dar al cliente información sobre las características del servicio que suministre de forma clara por medios electrónicos o digitales, “salvo que el cliente opte por recibir la información en papel”. Los contratos serán, desde ahora, celebrados en formato digital salvo pedido del cliente, exactamente al revés de lo indicado en la versión anterior.
El cambio en el artículo 30 es el más relevante. “Toda modificación contractual se deberá informar con una antelación de 15 días”, dice el nuevo texto, que cambia el anterior que obligaba a un plazo mínimo de 60 días, tres veces mayor. También se cambian otras cuestiones, como que “el prestador no podrá modificar, sustituir o eliminar los canales que componen el servicio de televisión paga sin previo aviso al cliente, con una antelación menor a treinta (30) días corridos previos a su implementación, pudiendo el cliente optar por la baja del servicio sin cargo”. Antes debía hacerlo 60 días antes.
El cambio seguramente no sea bien visto por los consumidores, más aún teniendo en cuenta que la categoría comunicación tuvo una suba mensual de 7,1 por ciento en junio frente a una inflación de 2,7 por ciento, principalmente por el alza en telefonía móvil e Internet. En lo que va del año los servicios involucrados en este segmento aumentaron 28,1 por ciento en Argentina, más que el rubro alimentos y bebidas, analizó el portal local iProup. En los últimos doce meses la suba acumulada es de 64 por ciento.
Para los operadores, en tanto, este cambio es positivo por la posibilidad de aumentar los precios de forma más expeditiva, un 75 por ciento más rápido. Esta modificación acerca un poco más sus reglas con la de los OTT en el país, que no deben cumplir plazos a la hora de cambiar el precio de los servicios que ofrecen. Netflix, por ejemplo, anunció hace pocos días un aumento en el orden del 23 por ciento para las suscripciones de usuarios en Argentina a regir desde el ciclo de agosto, informó Clarín.
La fuerte inflación local pone las cosas difíciles para que los operadores locales mantengan sus precios y la nueva legislación les será útiles en el tiempo que les llevará hacer los ajustes que crean convenientes. Los usuarios, en tanto, deberán estar alertas a los cambios como hoy les toca con los proveedores que les brindan servicios desde el extranjero. Ya con los impuestos corriendo para OTT, Argentina parece equilibrar un poco más la cancha a riesgo de dejar a menos gente en la tribuna accediendo a servicios.
