Nicolás Maduro, quien hace unas semanas dijo que Venezuela estaba preparada para instalar 5G de forma experimental, ahora anunció un presupuesto de 4,7 millones de euros destinada al sector de las telecomunicaciones. Servirá para la recuperación y el restablecimiento de infraestructura deteriorada por acciones vandálicas y saboteos.
El anuncio está enmarcado en las medidas tomadas por el ejecutivo para “consolidar la economía y recuperar carreteras, servicios y áreas sociales productivas en el país”, señaló la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel). Es valor es parte de un plan de 202 millones de euros enfocado en la recuperación de servicios eléctricos, agua, viabilidad agrícola, trasporte y telecomunicaciones.
La infraestructura de telecomunicaciones es un tema que preocupa a Venezuela desde hace rato. A mediados de 2016, por ejemplo, las autoridades pusieron en marcha un plan de mayor seguridad para la infraestructura de telecomunicaciones. Esto por la gran cantidad de casos de vandalismo y robo de equipos registrados de este tipo. El proyecto incluyó el desarrollo de pasos de investigación para dar con quienes comercialicen equipos de forma ilegal.
Movistar es el operador que más se quejó del tema. Tiempo atrás había dicho que los hechos delictivos eran responsables de la mitad de sus interrupciones del servicio y en diciembre pasado indicó que había más de 100 estaciones sin funcionar por robo y hurtos de equipos. A este problema el operador añadió la dificultad para reestablecerlos, en un contexto de migración de personal idóneo para esas tareas por la crisis económica en el país.
El hurto y vandalismo en infraestructura de telecomunicaciones es un tema recurrente en la boca del regulador venezolano. De hecho, la mayor parte de los comunicados que aparecen en su página están relacionados a esta temática, lo que en este medio se advirtió como un signo de que la realidad de Venezuela desentona con las aspiraciones de la región en materia de telecomunicaciones.
La situación de Venezuela en telecomunicaciones no es solo problemática por las cuestiones asociados a la infraestructura. La crisis económica llevó a dificultades de las empresas para operar y, como consecuencia, a fuertes aumentos en los planes que ofrecían a los usuarios. Los números también lo reflejan: el país perdió más de 10.000 usuarios móviles por día en 2018 y apenas el 10 por ciento de las líneas corresponden a la tecnología 4G.
Así las cosas, este plan particular para restaurar servicios en “zonas populares” —así refiere el comunicado— afectadas, se percibe como una propuesta interesante pero solo útil para solucionar uno de los puntos conflictivos que ponen a Venezuela en lo más bajo en cuanto a conectividad en Latinoamérica. No es el único país que ve esta situación como un asunto a solucionar pero su contexto lo obliga a hacer mucho más que esto para poder hablar de buenas noticias.
