Una vez más es Brasil es escenario propicio para mostrar una realidad que aqueja a Latinoamérica: las multas no son un villano suficiente para asustar a los operadores. Esto podría no ser un problema extremo pero la realidad marca que hay cada vez más usuarios insatisfechos con los servicios que recibe por parte de los prestadores. Las telecomunicaciones lideran los rankings de quejas y el conjunto de argumentos obligan a las autoridades a revisar opciones para rectificar esta conducta.
Esta historia tiene como protagonista a TIM y podría definirse como un capítulo más de una serie que comenzó hace tiempo. Es que fue en 2013 cuando se inició un proceso sancionador contra la empresa por considerar que había incurrido en publicidad engañosa al prometer “planes ilimitados de verdad”, cuando en realidad estos tenían límites. ¿El monto? 3,1 millones de reales, unos 596.000 dólares.
El término “ilimitado” trae habitualmente problemas a los operadores de telecomunicaciones, que eligen usar la palabra en sus promociones y son eje de quejas por parte de consumidores y entidades que reflejan en sus denuncias que las propuestas, al final, tenían restricciones. En este contexto, la multa para TIM era un hecho pero la compañía apeló y acaba de recibir luz verde en su pedido, indicó el portal Convergencia Digital.
Las multas muestran de nuevo debilidades para corregir la conducta de empresas y esto tiene que ver con distintas cuestiones, como el tiempo que pasa entre los hechos y sus consecuencias y las infinitas instancias por las que atraviesa un proceso que, muchas veces, termina anulado por virtud de los abogados de la defensa. Otro punto evaluado en algún caso es que, cuando prosperan, el dinero a pagar es insignificante para empresas que mueven cifras millonarias.
En este contexto es que gana luz la idea de cambiar multas por inversiones, que ya aplica en Brasil para empresas como TIM y Algar Telecom, y también la propuesta de buscar otro tipo de reprimendas que resulten algo más efectivas. En paralelo a la búsqueda de nuevos caminos, como el que también se transita en México, el número de quejas de consumidores es cada vez más alto principalmente por problemas de calidad de servicio y fallos en la facturación.
