SpaceX se mueve a su propio ritmo: su constelación de satélites LEO dará servicios a fin de año

En las 17 semanas que llevamos de 2020 el mundo cambió como nunca antes —al menos en la historia reciente—. La pandemia por el coronavirus hizo frenar las economías, confinó a la gente en sus casas y los eventos masivos se suspendieron. Las bolsas de valores cayeron y el petróleo se desplomó.

Compañías como OneWeb, que dependían de una inyección de capital para poder continuar con su negocio, pidieron la quiebra. Para otras, en tanto, la pandemia significó solamente la demora en los proyectos por la incertidumbre económica, social y sanitaria. Para otras, como SpaceX, no obstante, el tiempo parece no detenerse y ponen toda su capacidad para apalancar proyectos que a sus competidores le costaron la bancarrota.

El 22 de abril, en plena emergencia sanitaria, realizó el séptimo lanzamiento de satélites de Starlink. Se realizó, obviamente, con un lanzador de su propiedad, el Falcon 9, desde el Centro Espacial de La Florida, Estados Unidos.

La compañía elevó al cielo otros 60 satélites de órbita baja (LEO) para alcanzar una constelación de más de 400 satélites que operarán en una altitud de 550 kilómetros sobre el nivel terrestre.

Con esta constelación, la compañía pretende ofrecer servicios de Internet de banda ancha. SpaceX, así como OneWeb, afirma que su constelación no tiene las limitaciones de los sistemas satelitales tradicionales —que son geoestacionarios— y que, por lo tanto, es capaz de ofrecer servicios de alta velocidad a lugares donde las redes terrestres no llegan. La compañía destaca el rendimiento, la capacidad de ser redirigidos rápidamente y su capacidad de mitigación de escombros y hasta destaca que sus satélites “exceden todos los estándares regulatorios y de la industria”.

La frase se explica en un contexto en que la comunidad científica ha planteado preocupación por la cantidad de satélites que busca poner en órbita la compañía —cabe recordar que el plan es una constelación de 42.000 satélites— por posibles interferencias con los servicios de investigación del espacio exterior. Además, la compañía vuelve a escudarse en que, al término de su ciclo de vida, los satélites se incendiarán en la atmósfera terrestre en uno a cinco años, a diferencia de los cientos de años que demoran los satélites tradicionales.

La compañía cierra su comunicado indicando que está lista para ofrecer servicios en el Norte de los Estados Unidos y Canadá al cierre de 2020, con una expansión internacional —y hasta global— para 2021. Sin embargo, poco se conoce de su modelo de negocio. Además, según los especialistas, todavía falta resolver la infraestructura terrestre de bajo costo para satélites de órbita baja.

Lo que la noticia de SpaceX parece confirmar, no obstante, es que la compañía está lejos de preocuparse por la situación de emergencia sanitaria y los problemas económicos que pueda causar. La compañía mantiene su propia agenda al igual que Amazon, que ya está conformando su equipo para avanzar también en este negocio. Lo que suceda con estas dos compañías en 2020 y lo que ocurra con los bienes de OneWeb darán la pauta de qué podemos esperar para los próximos años en el mercado satelital de órbita baja.

Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

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