En los últimos días tuvo lugar una discusión que no se esperaba en tiempos en los que los acuerdos se consolidan como herramienta para adaptarse a los nuevos desafíos. Movistar quitó los contenidos de Televisa de sus señales en Colombia, Chile y Perú, y puso en puntos suspensivos una alianza que, según la mexicana, seguía vigente. Hubo argumentos de un lado y del otro que no terminaron por dar por terminado un conflicto que se vive como telenovela en tiempos de cuarentena.
El caso comenzó el primero de julio, cuando las filiales de Telefónica borraron de su grilla las señales de Televisa Networks. Algunos clientes manifestaron su descontento en redes sociales ante la novedad que, según consignó The Daily Television, se expuso como un hecho incluso en canales oficiales del operador de telecomunicaciones. Se eliminaron todas las señales de Televisa, entre ellas TL Novelas, Canal las Estrellas, Golden, Univisión y Telehit Urbano.
Telefónica dijo a medios peruanos como El Comercio que la decisión respondió a una renovación habitual de programación pero luego publicó en su cuenta oficial que “la información ha sido un error involuntario por el que pedimos disculpas”, dejando el tema abierto a especulaciones e interpretaciones. Lo cierto es que las quejas de los clientes y la página oficial del operador deja claro que las señales ya fueron reemplazas por otras como Az Mundo, Az Corazón y Animal Planet.
Fernando Muñiz, director general de Televisa Networks y Televisa Internacional, tildó la decisión de “unilateral y brusca para los clientes”. Dijo que no encuentra justificación a lo sucedido y aclaró que es la primera vez que tienen problemas con su socio. “No hay conflicto comercial. Telefónica salió y dio un comunicado diciendo que nosotros lo decidimos, lo cual no es correcto”, se quejó para luego apuntar que esto se traduce en una ruptura del contrato vigente.
“Para ellos el impacto no es fuerte pero sí momentáneamente para la unidad de negocios de Televisa. Es una buena cantidad de suscriptores. Sin embargo, el impacto es temporal: esa cantidad la recuperaremos a través de DirecTV y la gente de Claro, más todo lo que podamos captar con los OTT. Ya estamos trabajando en Perú con empresas de streaming para poder llegar directo al consumidor”, indicó el ejecutivo, que descartó la posibilidad de que se inicien acciones legales por el conflicto.
Así las cosas la relación de Telefónica y Televisa, que al momento gozaba de buena salud, parece romperse por la falta de acuerdo entre las partes. Quedará por conocer si este contrapunto motiva a la firma de contenidos a presentar su propia propuesta OTT, como ya hizo con Blim en México, o bien concreta la idea de acordar con otras plataformas para llegar directo al cliente final. De todas maneras, Muñiz no cierra las puertas: “seguimos abiertos al diálogo”. ¿Pensarán lo mismo las autoridades de Telefónica?