El covid-19 aceleró una tendencia de cambio de hábitos: más usuarios conectados dentro del hogar, por mayor cantidad de horas del día y realizando tareas que requieren gran consumo de ancho de banda simultáneamente. Desde inicios de la pandemia se pudo observar la presión sobre las redes Wi-Fi y se visibilizaron ciertas deficiencias en cuanto a la cobertura inalámbrica al interior del hogar —equipos desactualizados, estándares antiguos y poca cobertura son algunos de los principales puntos a destacar—.
Una encuesta presentada por Qualcomm la semana pasada indicó que los problemas más recurrentes en las redes Wi-Fi en América Latina tienen que ver con una congestión de la red por la cantidad de dispositivos conectados, velocidad de navegación lenta y alcance. Pero si bien el alcance ocupa el tercer lugar, lo que pudo observar la compañía entre usuarios de teléfonos inteligentes Android en Brasil, México, Colombia y Perú es que siete de cada 10 usuarios no tiene cobertura Wi-Fi en todo su entorno doméstico. Por esta razón es que el 44 por ciento de los usuarios migran hacia planes de datos dentro de su propia casa —y es por la misma razón que operadores como Personal en Argentina lanzan servicios de banda ancha inalámbrica celular como un backup de la conectividad fija—.
Lo mismo que sucede en el hogar, sucede también en las conexiones de Wi-Fi públicas. El 89 por ciento de los usuarios se conecta a redes de Wi-Fi público en restaurantes, centros comerciales y cafeterías. Pero el 90 por cierto asegura también migrar hacia su red móvil por una baja calidad de conexión.
La pandemia del covid-19 y los nuevos hábitos de consumo llevó a los usuarios a tener mayor conciencia de la conectividad en el hogar. Ahora, los clientes son más conscientes de los “trucos” de Wi-Fi —como ser la diferencia entre banda de 2,5 Ghz y 5 GHz, además de los distintos canales— y, por lo tanto, piden mejores tecnologías. Incluso, algunos se lanzan a adquirir repetidores para mejorar la cobertura dentro del hogar.
Los usuarios demandan servicios de mayor calidad. Qualcomm pudo demostrar que, por ejemplo, el uso de Wi-Fi 2×2 ha mejorado la percepción de calidad y el rendimiento general de un teléfono inteligente. El 76 por ciento de los encuestados indicó un rendimiento superior del teléfono en Wi-Fi 2×2 en comparación con 1×1, aunque no pudieron entender a qué se debía —mayoría adjudicó el resultado a la velocidad de procesamiento o calidad del servicio de Internet—. Pero al enterarse de qué se trataba, el 82 por ciento de los usuarios señaló que cambiaría de marca de teléfono para poder acceder a Wi-Fi 2×2. Incluso, están dispuestos a pagar hasta 32 dólares más por esta capacidad.
La encuesta de Qualcomm es una buena noticia para los operadores porque puede indicar que los usuarios son capaces de incrementar el precio que pagan por un servicio si esto significa mejorar la conectividad. Si la decisión de invertir más por un teléfono por tener una mejor calidad de conexión se puede trasladar también para servicios o características que permitan mejorar la conectividad al interior del hogar —por ejemplo, la posibilidad de administrar la red o la oferta de repetidores o redes mesh junto con la conectividad de banda ancha—, los operadores tienen la oportunidad de generar ingresos adicionales atendiendo la necesidad de los usuarios de mejorar su Wi-Fi. Más conscientes sobre sus necesidades y también de las deficiencias de las redes de telecomunicaciones y Wi-Fi, los usuarios ponen presión sobre la calidad pero, al mismo tiempo, pueden estar dispuestos a pagar de más para acceder a un mejor servicio.
