El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, firmó el decreto por el que entró en vigencia un nuevo Plan General de Metas de Universalización (PMGU V). El documento establece la obligación para los concesionarios de telefonía fija (STFC) de desplegar backhaul para fibra óptica en todos los municipios para fines de 2024.
Las ciudades todavía no alcanzadas deberán ser atendidas siguiendo un cronograma: un mínimo de 10 por ciento para fin de año, hasta el 25 por ciento para 2022, 45 por ciento para diciembre de 2023 y la totalidad para el último día de 2024. Esa infraestructura deberá tener capacidad mínima de 10 Gbps e incluye sitios rurales.
Las localidades por atender deberán ser señaladas por la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) en un plazo no mayor a tres meses, indicó el portal local Teletime. En una versión previa al documento final, el regulador había dicho que a noviembre de 2020 eran 1.511 las ciudades todavía no alcanzadas por la tecnología.
Los municipios todavía no alcanzados por 4G, que era el eje del PMGU anterior, serán “priorizadas en los compromisos de la subasta por las bandas de 700 MHz, 2,3 GHz, 3,5 GHz y 26 GHz destinadas al aumento de cobertura en redes móviles”, indica el decreto y deja claro que, en todos los casos, los costos deberán ser asumidos por los concesionarios.