Después de sumar múltiples retrasos, los dirigentes públicos ahora muestran la necesidad de acelerar el proceso de licitación de espectro 5G, algo que parece natural teniendo en cuenta la importancia de la 5G y el desfase temporal provocado por múltiples aplazamientos.
Ya no hay duda, las autoridades brasileñas tienen prisa por acelerar los despliegues de la tecnología 5G en el país. En su intento de avanzar más rápido, Fabio Faria, ministro de Telecomunicaciones, confirmó durante la inauguración de una fábrica de Ericsson, que Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) había entregado el estudio técnico de precios para la licitación de las bandas de 700 MHz, 2,3 GHz, 3,5 GHz y 26 GHz al Tribunal Federal de Cuentas (TCU). Este paso es fundamental para que Brasil por fin pueda tener en marcha su licitación y pueda entregar el espectro 5G a los operadores.
Se espera que el TCU tenga su resolución finalizada y publicada para junio. Bajo estos términos temporales la licitación de espectro 5G más grande de Latinoamérica debería producirse durante el segunda mitad de este año. De avanzar con los plazos actuales previstos, las primeras operaciones de 5G en Brasil deberían producirse en las ciudades más grandes durante el mes de julio de 2022.
Es importante destacar que los operadores móviles brasileños tienen otros problemas que atender y no parece que el despliegue de la 5G sea en estos momentos su prioridad. Parte de la explicación de por qué no tienen prisa en lanzar esta nueva tecnología es su prioridad de avanzar con temas aún pendientes, como por ejemplo adelantar con el despliegue de sus redes 4G, entre otras cuestiones.
Después de casi tres años, parece que la licitación 5G en Brasil finalmente se llevará a cabo durante este año. Por lo menos, se detecta una urgencia clara desde al ámbito político, el cual quiere dinamizar su economía y el sector de las telecomunicaciones con la entrada de la nueva tecnología. No parece que el resto de agentes económicos, especialmente los operadores, esté urgido en embarcarse a invertir en una tecnología cara y que, por ahora, aún tiene en duda su retorno.
La novela en Brasil no ha terminado, pues no tenemos certeza de que los nuevos plazos se vayan a cumplir y no es porque seamos mal pensados, simplemente los antecedentes nos dan un indicativo de retrasos que parecen hasta positivos para aquellos mas interesados en el espectro 5G; los propios operadores móviles.
