La confluencia en el mundo de las telecomunicaciones y la posibilidad de acertar hoy en las decisiones que signarán el futuro del sector son parte del debate y de la incertidumbre del presente y, al mismo tiempo, de la certeza de los tiempos venideros: que si la latencia esperada será la necesaria, que si los operadores darán con las aplicaciones adecuadas o que si las redes de borde y el impacto que se prevé imprima el despliegue de 5G serán los esperados. Estos interrogantes y sus apuestas llevaron a Fabio Medina, general manager y vicepresidente de ventas de Ciena, a decir que “este tren ya arrancó: las oportunidades están todas por delante y nos esperan años bien interesantes para seguir evolucionando”.
La afirmación de Medina se dio en el marco de “Redes en el borde. Cómo posicionar su negocio de telecomunicaciones para el éxito de las nuevas oportunidades”, evento organizado por TeleSemana.com y en un diálogo abierto con Rafael Junquera, co-fundador y director editorial del medio.
“El Edge y 5G parecen ir de la mano, ¿qué oportunidades ven para el mercado de América Latina y cómo se monetizarán?”, lanzó Junquera a modo de apertura y Medina argumentó que “5G traerá muchos cambios para todos en la forma en que trabajamos, jugamos, estudiamos e interactuamos porque todas las bondades que trae como tecnología también significan cambios para las redes; y la esencia de ese cambio es cómo soportar las nuevas aplicaciones y los contenidos de cara a los usuarios”.
La vara del punto de partida quedó alta y mirando al cielo porque “todos los contenidos y las aplicaciones se mudaron a la nube”, y allí es donde operadores y usuarios deberán conectarse para jugar en línea, realizar las tan frecuentes videoconferencias -ya típicas de la pandemia- o establecer conexiones entre máquinas y que, para Medina “fuerzan un cambio en las arquitecturas de la red”, y que engendrará retos y oportunidades, como los asociados a las inversiones y a las posibilidades de expansión, respectivamente.
“Nube y contenido parecen ser parte de una misma cosmovisión, ¿cómo cuadra, en esa ecuación, la nube con los contenidos para los operadores?”, interrogó Junquera y Medina apostó a que “estarán completamente interrelacionados”.
“Lo que viene es un cambio en la exigencia de las aplicaciones. 5G y los datacenters de borde están todos interligados porque lo interesante es que, a fin de controlar la experiencia de los usuarios, todos les están llevando el contendido cerca”, explicó el especialista de Ciena, en el marco de una tendencia en la que los contenidos y las aplicaciones, la capacidad y el almacenamiento se mudan cada vez más cerca de sus usuarios.
El especialista recordó las apuestas, realizadas hace apenas cinco años, en las que la región veía llegar e instalarse a grandes centros de datos y observó que esas metas, hoy, cambian hacia otros de menor escala y tan distribuidos que se ubican en el borde de la red, dado que “lo único importante es mejorar la experiencia del usuario y, por tanto, el tiempo de viaje de la señal y del dato, ida y vuelta a la nube”.
Esa latencia apremia porque se ubica entre 40 y 50 milisegundos y “en un futuro casi presente deberá ser de 10 milisegundos” para propiciar las experiencias que las aplicaciones prometen y que, por ejemplo, garantizan que una persona sumergida en realidad virtual no sufra del vértigo que la demora de procesamiento podría ocasionarle.
“La latencia se volverá fundamental porque habrá muchas aplicaciones que funcionarán bien dependiendo de ella. Creemos que las redes tendrán que ser más rápidas, seguras, económicas y estar más cerca de la gente”, contextualizó Medina y explicó que se trata de un concepto de cercanía que no está vinculada con una idea física estática o geográfica sino con “una variable que estará sujeta a las aplicaciones utilizadas”.
Inclusive, porque proponen el uso de herramientas de inteligencia artificial para prevenir o diagnosticar el rendimiento de la red para llevar al máximo su disponibilidad y hasta diseñan protocolos IP más livianos y adaptadas a 5G.
Asimismo, el entrevistado recordó la reciente venta de activos por parte de Verizon para ejemplificar un movimiento al que caracterizó como “el acomodamiento de activos que hacen los operadores para poder adaptarse a ese ecosistema”.
En ese punto de la entrevista, Junquera le propuso a Medina hacer un balance general en el que, advertidas las divergencias naturales entre las regiones acerca de la adopción de 5G y Edge, ofreciera su mirada acerca del punto de esa evolución en el que nos encontramos.
“Estamos en una transición que ya arrancó y, aunque tomará varios años llegar a niveles similares en todas las geografías, los operadores tienen que empezar a pensar cómo hacen para que sus redes permitan ofrecer aplicaciones de Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) y de realidad virtual, por ejemplo, cuya combinación requerirá de mayor velocidad y eficiencia”, respondió y agregó que “es un camino que ya arrancó y que hay que recorrer”.
Advirtió, asimismo, acerca de la necesidad que experimentaron gigantes como Google o Netflix de llevar infraestructura cerca del usuario para poder controlar la latencia de sus servicios y que, al mismo tiempo, “los está obligando a ser un proveedor de área local”, por eso “los operadores deben hacer un mejor uso de su fibra, con niveles de servicios, y evitar que sean relegados o baypaseados en un futuro. Este tren ya arrancó, las oportunidades están por delante y nos esperan años bien interesantes para seguir evolucionando”.
A su tiempo, Rebecca Prudhomme, VP Portfolio Marketing de Ciena repasó detalles técnicos acerca de cómo las redes de próxima generación van cobrando forma, explicó que “no se trata de adecuación sino de entender cuáles son los requisitos para las redes metropolitanas o de borde” y valoró oportuno que los mercados menos maduros aprovechen la experiencia de aquellos más avanzados.
Según su mirada, las metro y Edge son las redes que propiciarán un “punto de inflexión” en la experiencia de usuarios móviles, comerciales y residenciales, pero también en el desafío que implica para los operadores poder optimizar sus costos y sumar competitividad.
“Los clientes más rentables son los comerciales, pero la forma en la que operan las empresas están cambiando y por eso, también sus requisitos”, dijo Prudhomme y señaló algunas de las modificaciones que la pandemia introdujo como el trabajo remoto y el desafío en seguridad que esto implica.
Y, este cambio de hábitos también impactó en el consumo y la expectativa de los servicios hogareños, “algo que no es nuevo pero que se aceleró con la pandemia”.
Para esta especialista, todo este escenario acelera la expectativa de 5G y obliga a pensar “si las arquitecturas de red actuales están listas o no” y observó que “muchas redes metropolitanas fueron construidas con excedentes destinados a lidiar con imprevistos, pero sin la visibilidad de esos recursos es incierto saber cuándo usarlo”.
En la propuesta delineada por Ciena y detallada por Prudhomme, “la automatización y la arquitectura del ruteo es clave, al igual que la inteligencia impulsada por datos” dijo al tiempo que advirtió que “necesitamos un bucle programable”.
“Tenemos una operación de extremo a extremo, cuyo rendimiento se analiza continuamente y esto es parte de nuestro concepto de red adaptativa. Tomamos un enfoque diferente, resaltamos la importancia de la arquitectura, con API´s abiertos, entornos híbridos, automatismos y soportando la orquestación y los servicios de múltiples operadores y dominios” dijo y resumió: “Buscamos simplicidad, ofrecemos una solución holística”.
A modo de cierre, Prudhomme propuso “incrementar” la competencia en telecomunicaciones sobre la base de ofrecer la mejor experiencia de usuario porque “los clientes quieren que todo esté disponible de forma inmediata”.
