Sobre 23 propuestas presentadas, 10 serán las que continuarán la etapa de evaluación del Sandbox regulatorio de las telecomunicaciones que puso en marcha la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) de Colombia. Si bien el inicio de este “primer arenero de experimentación” para el sector había arrancado promisorio por la cantidad de iniciativas, menos de la mitad continúa, ahora, en carrera.
¿De qué tratan los proyectos que, desde ahora, serán examinados para comprobar los impactos que pretenden provocar? Tres apuntan a encarar despliegues en fibra óptica, otros dos apuntan a implementar mediciones de calidad de servicio y establecer metodologías para cuando las prestaciones son afectadas; otras tres se concentran en servicios de telecomunicaciones para zonas rurales -una de ellas bajo la figura de la red comunitaria- o periurbanas con Open RAN en mente, hay uno que apunta a flexibilizar condiciones vinculadas con la televisión digital abierta, y otro a generar un nuevo modelo de contrato convergente.
Los proyectos que pasaron a la segunda etapa de evaluación, cuya publicación de los resultados se prevé para los últimos días de julio, fueron presentados tanto por pequeños prestadores de telecomunicaciones como por las principales compañías de la industria, aunque también hubo ausencias notorias.
Si bien hubo propuestas de las grandes compañías de la industria, las que pasaron esta instancia fueron las de Colombia Móvil-UNE EPM Telecomunicaciones –que presentó el “Contrato único para servicios móviles y fijos– Contrato convergente”, de Movistar Colombia –Internet en las zonas rurales y periurbanas a través de cobertura móvil 4G Open RAN y Proyecto Herramienta Service Operation Center (SOC)–, y de Tigo que propuso las ideas vinculadas con metodología de calidad de servicio y afectación del mismo. La cadena Caracol, por su parte, tuvo a su cargo el proyecto para flexibilizar las obligaciones de emisiones institucionales en la televisión abierta.
Las restantes iniciativas correspondieron a Telcosisred, cuya idea consiste en dotar de FTTH a San José, un municipio de Caldas, ubicado a casi 400 kilómetros al oeste de Bogotá, entre Cali y Medellín; Kalu de Colombia que busca desplegar fibra óptica en zonas rurales; Internet Colombia Sostenible con el proyecto Conectando a Colombia; y la Asociación Colnodo, muy conocida en la región, que quiere construir una red comunitaria celular.
La CRC trabajó con el LAB 101 de la Universidad de Colombia para evaluar los proyectos y darles el visto bueno para seguir en carrera. La razón por la que, de los 23 proyectos presentados, 13 no pudieron avanzar a esta segunda instancia se debe a que la documentación presentada no evidenciaba la subsanación de la propuesta.
No obstante, la primera impresión que deja el inicio de este camino en Colombia es que parece haber interés por innovar en materia de telecomunicaciones no sólo en los modos de desplegar más infraestructura – la mitad de los colombianos no tiene acceso a banda ancha fija- sino también en lo referido a mejorar mediciones vinculadas con la calidad de servicio.