Proyecto Kuenk: el servicio universal argentino financia una red comunitaria de internet con cable submarino en La Boca

El barrio de La Boca, en Buenos Aires, Argentina, recostado a la vera del Riachuelo porteño, tan turístico y tan colorido, es el escenario de una historia que bien podría ser una película. Y podría serlo, literalmente, porque uno de los protagonistas es el Colectivo Audiovisual Nudo que vio, en esa locación, el ámbito ideal para recurrir al Fondo de Servicio Universal (FSU) del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) y desplegar un cable submarino de 1000 metros, instalar un datacenter y dar conectividad de Internet a casi 300 hogares, además de montar tres ambientes digitales (uno en cada barrio) que posibiliten, luego, la enseñanza de oficios de este tipo.

Esta historia, quizás, sirva para pensar herramientas y modelos de implementación público-privada de tendidos que asistan a esa porción de barrios populares o zonas vulnerables que sólo tendrían conectividad gracias a despliegues de servicio universal: se trata de Proyecto Kuenk, una apuesta posible gracias al fomento del Enacom, la provisión tecnológica de la filial local de Artic Fiber Optic, Artic Latam; y la colaboración de actores comunitarios, culturales y sociales locales, además de la visión del colectivo audiovisual. Entre todos dotarán de fibra óptica a tres barrios de la zona.

“Una de las características innovadoras de la iniciativa radica en la utilización del cable submarino porque en la Ciudad de Buenos Aires el tendido aéreo está cuasi prohibido para el despliegue de infraestructura nueva y nos pareció interesante avanzar con esta otra opción” explicó Cristian Delicia, responsable del proyecto Kuenk, al tiempo que subrayó la importancia del trabajo colaborativo “si esto es posible de concluir, lo será por la fuerza conjunta de la sociedad organizada entre pymes, Estado, universidades, empresas, organizaciones sociales y otras vinculadas al cuidado de medioambiente, como la Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar) creada para sanear el Riachuelo porteño”.

“Es una iniciativa innovadora para la cuenca del Riachuelo, que es parte de un proyecto más ambicioso que involucra conectar otros sectores de la cuenca con la misma finalidad de brindar Internet y otros servicios de telecomunicaciones a las comunidades situadas a la vera del río”, señaló Raúl Fleman, gerente comercial de Artic para Latinoamérica, empresa encargada de proveer la infraestructura óptica pasiva que permita brindar servicios de comunicaciones a través de una traza con un cable submarino.

“Debido a las condiciones de trabajo a la que se va someter este cable, se trata de un cable óptico reforzado que es apto para tendidos transoceánicos, que tiene una resistencia de 120 KN (Kilo Newton) y que por sus características físicas y mecánicas es adecuado para soportar las exigencias del entorno en el que será instalado” explicó la empresa de infraestructura en su comunicado y subrayó que la conectividad en esta zona del Riachuelo se complementará en el área terrestre con una red de fibra al hogar (FTTH, por sus siglas en inglés).

Este desarrollo está enmarcado en el “Programa para el desarrollo de infraestructura para Internet destinado a villas y asentamientos inscriptos en el Registro Nacional de Barrios Populares”, creado en sintonía con el establecimiento de Internet como derecho básico de todos los seres humanos, declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2016.

El fomento financiero corrió por cuenta del FSU y Natalia Vinelli, subdirectora de Proyectos Especiales del Enacom, explicó que “el mandato es el de llevar conectividad a los barrios populares, pueblos originarios y zonas rurales” para destacar que, en el año que llevan de trabajo, ya se licitaron tres proyectos que se están ejecutando y que acaban de aprobar otros cuatro, que aguardan su otorgamiento.

“La licencia para redes comunitarias se creó en 2018 aunque, hasta esta gestión, no se había creado un solo programa ni facilitado el dinero. Éstas son las primeras redes comunitarias que pudieron presentarse a un llamado, ganarlo, obtener la licencia y tener plata para ejecutar un plan de despliegue de fibra o de otras tecnologías, para poder llevar conectividad a lugares no servidos”, sentenció la funcionaria.

Con esta iniciativa del Enacom, se conectará a 4.416 barrios cuyo 60 por ciento no tenía ningún tipo de conectividad: “El FSU está para eso, para que no haya argentinos de primera y de segunda”, dijo Vinelli y cuantificó una apuesta que, en general, llevan adelante radios comunitarias como El hormiguero y La Poderosa, y que hoy están dando conectividad en barrios vulnerables de la Ciudad de Buenos Aires.

Este programa de conectividad para barrios populares posee un presupuesto anual de 10,5 millones de dólares (1.000 millones de pesos) que, entre los proyectos otorgados y los recién aprobados, ya habría ejecutado la totalidad del dinero “… y vamos a tener que pedir una ampliación”, admitió la funcionaria y justificó que “son comunidades que al mercado privado no les resultan rentable”.

“Es interesante subrayar que las obras públicas permiten llevar adelante despliegues de conectividad con perfiles sociales, con precios no dolarizados y donde el rol de la Red Federal de Fibra Óptica (Refefo) y de Arsat son importantes para garantizar el acceso”, concluyó la funcionaria.