Más movimientos en la industria: Lumen se retira de América Latina y queda en manos del fondo de inversión Stonepeak

Más movimientos en el mundo de las telecomunicaciones a nivel regional. La división latinoamericana de Lumen -antes Century Link, antes Level 3, antes Global Crossing, antes Impsat – fue vendida a Stonepeak por 2.700 millones de dólares. Se trata de un movimiento mediante el cual Lumen dejará su operación en América Latina. La compañía continuará siendo gestionada por Héctor Alonso, presidente de Lumen para la región, y se espera que la transacción se cierre en el primer semestre de 2022.

Se trata de una operación que terminó de cocinarse en los últimos días y que muestra cómo el contexto mundial producido por la pandemia está animando a algunos jugadores a avanzar posiciones en unos terrenos… mientras, otros, deciden retirarse. Especialmente, si se trata de América Latina, hoy sumida en una crisis muy profunda, con una caída del PBI de casi siete por ciento en 2020 y una recuperación de 5,8 por ciento para 2021, que no alcanzará a recuperar lo perdido un año atrás.

El Covid-19, además de acelerar la adopción de la digitalización en diversos ámbitos de la vida social, económica, política y cultural, también está dando lugar a una nueva configuración del mundo. Además de Stonepeak, se sumó Australian Super, el fondo de pensiones más grande de Australia. Aún no se conocen detalles sobre cómo se llamará la nueva empresa.

¿Quién es Stonepeak? Se trata de un fondo de inversión con base en los Estados Unidos dedicado a la infraestructura y a los activos reales que cuenta con una cartera de unos 37.000 millones de dólares. Su foco de negocio se orienta a la creación de valor de las empresas en cartera y, lógicamente, de sus accionistas. Además de las telecomunicaciones, el fondo posee participación en los sectores de transporte y logística, agua, transición energética y energía renovable.

Los movimientos que se dan en el tablero de las telecomunicaciones a nivel regional alcanzaron, esta vez, al menos glamoroso de los actores de esta industria pero que forman el cimiento del sector. Son el pilar fundamental para que los proveedores de servicios puedan escalar sus prestaciones a medida que surgen nuevas demandas de parte de organizaciones y usuarios finales. Y fueron una pieza fundamental en la reconfiguración de las redes que debió ejecutarse en 2020 en el marco de la pandemia.

El carrier de carriers también experimentó de manera acelerada la transformación digital en 2020. No sólo debió trabajar en conjunto con el resto de las compañías de la industria para implementar cambios a nivel de la red que atendieran las nuevas demandas de conectividad sino que, además, debió satisfacer los crecimientos de tráfico que se experimentaron en las redes de todos los proveedores de Internet.

Para acompañar ese comportamiento, Lumen cuadruplicó las posibilidades de la transmisión de datos para proveer aplicaciones web de alto desempeño, como juegos y videos, entre otros. Fue la razón por la que la compañía debió ampliar las redes en los distintos países de la región en los que opera.

En la Argentina, sumó 180 kilómetros de fibra óptica entre las provincias de Mendoza y San Juan, en el oeste de ese país; mientras que en Brasil construyó más de 450 kilómetros de rutas de fibra en el nordeste del país, en San Pablo, Belo Horizonte y Río de Janeiro.

Estas tareas también llegaron a Chile, donde agregó 55 kilómetros adicionales de esta red para conectar a 200 edificios corporativos en el Gran Santiago. En Ecuador y México se dieron las extensiones más importantes: en el primero debió avanzar con una nueva ruta de fibra de 800 kilómetros para unir este país con Colombia y un anillo nacional de unos 1.000 kilómetros. En México, en tanto, la apuesta fue mayor y triplicó la cantidad de fibra hasta llegar a los 3.600 kilómetros.

Es decir, en 2020 Lumen LATAM construyó casi una infraestructura adicional de casi 6.100 kilómetros en estos países para, vale reiterar, responder a la crecientes demandas de conectividad registradas en el marco de las restricciones producidas por el covid-19.

Como se advierte, el movimiento que ahora se produce a nivel de los carriers de telecomunicaciones continúa avanzando en un proceso de consolidación que no para desde hace dos décadas. La historia de compras entre empresas mencionadas en el primer párrafo es una muestra clara de cómo se han ido fusionando unas compañías entre otras. Parte de la explicación de este fenómeno responde a las grandes inversiones que se necesitan para ampliar la infraestructura de telecomunicaciones que será cada vez más demandada en el marco de la llamada Cuarta Revolución Industrial. No se trata sólo de la demanda sino de la velocidad con la que habrá que responder a ella.

Esto sucede en la previa del desarrollo masivo de 5G. Con más de 160 redes comerciales en marcha en el mundo, y procesos de licitación de espectro en varias de las principales capitales del mundo, está claro que las redes de fibra óptica tendrán que extenderse a la misma velocidad que lo hagan las futuras redes móviles para responder a los requerimientos de los distintos sistemas productivos, más allá de las demandas que existan a nivel de usuario final, que también crecerán velozmente.

Este escenario, de alta transformación digital, presiona sobre inversiones, sobre ingresos y el resultado es la concentración de los jugadores entre sí para hacer frente a la creciente demanda.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

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