Crece el tráfico de Internet en América Latina pero no tanto la capacidad ¿es para preocuparse?

Aunque el mundo va volviendo, de manera paulatina, a la normalidad y hay más movimiento en las ciudades, la oferta y la demanda de Internet continúa creciendo. 2020 fue el año de los récords, y América Latina también batió los suyos, especialmente en volumen de tráfico, que se incrementó un 59 por ciento en 2020.

Este vertiginoso crecimiento se debió, justamente, a las medidas de aislamiento que se implementaron en los países de la región. No obstante, esa demanda de conectividad no se correspondió con un crecimiento parejo en capacidad de ancho de banda. En el mundo, el ancho de banda de Internet creció un 35 por ciento en 2020, muy por encima del 26 a 28 por ciento en promedio que se registraba en los años anteriores. Es decir, los países del mundo también experimentaron crecimientos de su tráfico al tiempo que demandaron más capacidad, más velocidad, mejor calidad de servicio.

En América Latina, el ancho de banda internacional se ubicó por debajo del promedio mundial, al experimentar un crecimiento de 32 por ciento, y llegar a los 69,4 Tbps, de acuerdo al informe Global Internet Research Service de TeleGeography. El trabajo remoto y la educación on line fueron los dos disparadores básicos de esta mayor demanda.

Si bien América Latina siguió el ritmo del mundo tanto en demanda de ancho de banda como de crecimiento de tráfico, cuando estas dos variables se las pone a la par, se ven divergencias.

El informe señaló que mientras en el mundo el crecimiento del tráfico internacional de Internet refleja la capacidad de la red, razón por la que los niveles del primero superan al segundo, en América Latina el crecimiento del tráfico se mantuvo muy por encima al de la capacidad. Esto fue interpretado por TeleGeography como el buen comportamiento de la industria de las telecomunicaciones de la región que fue capaz de mantener a las personas conectadas mediante una infraestructura resiliente.

No obstante, América Latina es la región que experimenta los menores crecimientos de capacidad de ancho de banda. Africa fue, sin dudas, la vedette de este segmento pues sus enlaces crecieron un 54 por ciento entre 2016 y 2020, superando inclusive la demanda que registra Asia, y por encima del promedio global que rondó el 45 por ciento.

Aunque los mercados más desarrollados suelen crecer de manera más lenta que los emergentes, el informe advirtió que esto no sucede cuando se trata de demanda de ancho de banda. Justamente, porque esos países son más exigentes en términos de calidad y cuentan con poder adquisitivo como para sumar prestaciones nuevas. El año de la pandemia, por caso, batió récords de audiencias de streamings en vivo – mayormente a través de plataformas como Twicht y Steam – y sin dudas ese comportamiento impacta en las capacidades de tráfico global. O, como dicen los expertos, cuando los usuarios advierten que hay más para consumir, lo consumen.

Es la razón por la que otro informe de la misma consultora, Global Bandwith Research Service, también destacó que los proveedores de servicios en la nube como Google, Facebook, Amazon y Microsoft fueron los que más capacidad demandaron para responder a la que les era solicitada a ellos, artífices de la acelerada transformación digital que se experimentó en el mundo desde marzo de 2020.

Y acá se vuelve al mismo punto. Esto no fue regular en todo el mundo. Mientras los proveedores de contenido se concentraron fuertemente en las rutas que cruzan el Atlántico y el Pacífico y que unen a los principales mercados, o a los más maduros, y agregaron capacidad en un 62 por ciento entre 2016 y 2020, no hicieron lo mismo en los emergentes, donde ese nivel no superó el 47 por ciento.

En general, la demanda de ancho de banda internacional se duplica cada dos años, indicó el informe. Esto implica que las empresas deban invertir no sólo en las redes existente sino también en nueva infraestructura o en ampliar la iluminación de las principales rutas de cable submarino, que experimenta crecimiento sostenido, especialmente desde 2018 a la fecha.

De hecho, las inversiones en cables submarinos ascendió a casi 11.000 millones de dólares entre 2016 y 2020, y la expectativa es que entre 2021 y 2023 se pongan en servicio nuevos cables submarinos que exigirían desembolsos por, al menos, otros 8.000 millones de dólares, de acuerdo a los anuncios realizados por las distintas compañías. Pero están concentradas en los mercados desarrollados.

A América Latina la capacidad llega, abastece las necesidades de consumo pero en la medida en que no se busque conectar al 40 por ciento de la población que no lo está, y mejorar las condiciones de quienes ya tienen acceso, también se caminará más lento para alcanzar los beneficios que supone contar con mayores capacidades de ancho de banda internacional.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

Recuperar contraseña

Por favor ingrese su nombre de usuario o dirección de correo electrónico. Recibirá un enlace para crear una nueva contraseña por correo electrónico.