La caída de Facebook impactó en la economía de la región y generó más preguntas que respuestas en el escenario digital

Fue una falla, como siempre puede pasar. El apagón de Facebook, que dejó durante siete horas al mundo sin sus redes sociales, incluidas Instagram y WhatsApp, generó perplejidad, desesperación, alivio, y por supuesto, memes. Y también pérdidas por unos 71,5 millones de dólares en América latina y el Caribe que terminan siendo mucho más significativas que los 6.000 o los 7.000 millones de dólares que Facebook perdió en la bolsa (y que no necesariamente perdió Mark Zuckerberg). El 4-O, el día de la caída más grande de esta plataforma, puede quedar en el recuerdo por diversas razones pero nos llevan a razonar mucho más profundamente sobre el impacto que la dependencia de ellas tiene sobre actividades cotidianas, desde las sociales a las económicas.

Los datos estimados sobre las pérdidas provienen de NetBlocks, una organización no gubernamental que da seguimiento a la ciberseguridad y gobernanza de Internet, y que desarrolló una plataforma en la que es posible ver estimaciones de las pérdidas en cada país debido a la caída, y a la que se puede acceder desde aquí.

El reporte de la ONG señala que Brasil fue el país más afectado, al registrar unos 25 millones de dólares en pérdidas, mientras México habría sufrido un impacto en torno a los 20 millones de dólares. Facebook alcanza a dos terceras partes de la región, con unos 420 millones de usuarios, de acuerdo a datos de Statista. El consumo diario de esta red en Colombia es de 10 horas y siete minutos, mientras en la Argentina es de nueve horas con 39 minutos, y en México, de nueve horas con nueve minutos, de acuerdo al Digital 2021 Global Overview Report.

Tras reactivar los servicios caídos, Facebook explicó que el episodio del lunes 4 de octubre se debió a tareas cotidianas: “Durante el exhaustivo trabajo diario de mantenimiento de infraestructura, nuestro equipo de ingeniería a menudo necesita desconectar una parte de la red troncal para su mantenimiento -quizás para reparar una fibra, agregar más capacidad, o actualizar el software en el propio router- Este fue el origen de la interrupción de ayer”, explicó la compañía en su blog. Allí señaló que al ejecutarse un comando se cortaron las conexiones de la red troncal y eso desconectó los centros de datos de Facebook a nivel global. Luego explicaría la sucesión de eventos que se produjeron, incluyendo los inconvenientes con los comandos DNS (Domain Name System), y el protocolo BGP (Border Gateway Protocol, por su sigla en inglés), expresión ampliamente mencionada en las redes sociales.

Hubo un error humano, sin más. ¿Pero quiénes perdieron más? ¿Quiénes no pudieron vender por esas plataformas durante esas horas o Zuckerberg? No hay dudas de que la compañía fue víctima de su propio error en esta oportunidad, y que el impacto se debió a que este cuasi monopolio -elegido libremente por las personas, las pymes, porque así obtienen una escala que, de otro modo, no alcanzarían- estaba afectando las posibilidades de transaccionar de millones de personas en el mundo.

¿Hay posibilidad de protegerse frente a situaciones como esta que, conforme haya más conectividad, también posiblemente hayan más interrupciones, por errores humanos o por ciberataques, o por catástrofes?

¿Es preferible tener 100 redes sociales de 25 millones de usuarios cada una antes que una sola de 2.500 millones?, tal como planteó Sebastián Bellagamba, vicepresidente de Internet Society, quien al igual que TeleSemana.com tienen más preguntas que respuestas frente a una situación como esta.

Recordó que, a diferencia de otras caídas similares protagonizadas por otros actores, la diferencia en este caso es que Facebook se atropelló y se cayó sola, no generó un efecto arrastre hacia otros actores del ecosistema digital.

Pero quienes se sostienen en sus servicios sí registraron pérdidas, como las estimadas por Netblocks. ¿Entonces, aquí cabe responsabilizar a Facebook y sancionarlo, por ese lucro cesante que se produjo por su salida de servicio, tal como sucede cuando se corta Internet o la luz?

La respuesta impulsiva es “claro que sí”. “Las autoridades de defensa del consumidor respectivas deberían actuar si corresponde”, afirmó Bellagamba pero no hace falta esperar mucho más para que aparezca el tema de la jurisdicción. ¿Quiénes han resultado exitosos a la hora de reclamarle algo a una empresa de Internet? Hay casos, por supuesto, pero para que lleguen a buen término, la batalla judicial a dar es larga, dura, y exige niveles de perseverancia y constancia que van más allá de cualquier creencia religiosa.

“Creo que lo único que puede intentar un usuario es ir a juicio por lucro cesante. Y ahí aparece el tema de la jurisdicción: imagínate un vendedor de congelados de Hurlingham (N. de la R.: una localidad de la provincia de Buenos Aires) teniendo que litigar en California…”, subrayó Bellagamba. El ejemplo, que puede estar teñido de cierta ironía, deja de tenerla cuando se recuerda que, por la pandemia, recurrir a las plataformas digitales fue durante un largo tiempo la única opción que tuvieron muchos negocios, comercios, y empresas para continuar activas. Y es por ahí que se cuelan esas pérdidas económicas a las que se hace referencia al principio de este artículo.

Si estos errores pueden volver a repetirse, si con el advenimiento de 5G y todas las cosas conectadas los sistemas también estarán más expuestos a ataques, si la transformación digital es un proceso que hay que adoptar para moverse en la nueva economía, pero cuando haya un corte o una caída será difícil sancionar a los responsables, ¿qué alternativa existe para estar mejor preparados ante estos imponderables?

Es muy difícil dar una respuesta. Bellagamba asegura que a Facebook no le interesa que esto vuelva a suceder. Pero que si surge algún organismo que le aplique una multa y que y, además defina si se trata de un comportamiento doloso o culposo, sería mucho mejor. Está claro que Facebook le sirve a mucha gente, que sus sistemas de mensajería ayudan y que fueron clave durante la pandemia, inclusive para estudiar, tomar clases y lecciones.

Para el vicepresidente de ISOC se debe continuar poniendo el foco en “buenas prácticas desde el punto de vista técnico. Es la primera vez que vemos algo de esta magnitud. Igual, la propia característica de Internet hace que estas situaciones sean posibles. En este caso es un operador que metió la pata con su propia red, no afectó al resto de Internet; pero se han dado casos, y se darán, donde el perjudicado sea el vecino, con o sin intención”, aseveró.

La caída de Facebook, WhatsApp e Instagram provocó otros comportamientos paralelos: un crecimiento explosivo de Telegram, como alternativa de mensajería, y un incremento de otras épocas, de 148 por ciento del envío de SMS en Europa, básicamente entre Movistar, Vodafone y Orange. Comportamiento que también se replicó en otras regiones. En la Argentina, Telecom informó un aumento de 1.200 por ciento en el uso de SMS, y de 30 por ciento en las llamadas telefónicas, cifra que bien pueden haber sido repetidas por cualquier otro operador de este país y de la región.

Y entonces, ¿qué planes tienen las operadoras de telecomunicaciones para aprovechar estas contingencias y decirles a sus clientes: “Aquí estamos, nuestros servicios nunca te dejarán a la intemperie?”, a modo de gentil meme. ¿Tienen planes para estos casos? ¿Puede ser esto un motivador para innovar y pensar nuevos servicios?

Preguntas del 4-O. Esta es, por ahora, la primera respuesta y la primera certeza que dejó esta caída de siete horas que, sin dudas, pasará a ser la primera que quede, por su magnitud, grabada en la historia.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

2 Comentarios

  1. Me surgen dos reflexiones que no están consideradas en los interrogantes planteados, referidos a eventuales sanciones:
    Más allá de la jurisdicción, normalmente los resarcimientos por perjuicios de un servicio no prestado, se acotan a la devolución de todo o parte de lo que el proveedor le cobra al cliente por el servicio. Acá Facebook al no cobrarle de forma directa al cliente…como lo cuantificamos?
    Otra: difícil que un proveedor de servicios pero tampoco un juez, te acepte lucro cesante, ya que si vamos de socios en las pérdidas, deberíamos ir de socios en las ganancias

    • Hola Fernando
      Muchas gracias por las reflexiones que agregas. Son valiosas para seguir ampliando el debate que, seguramente, crecerá hacia adelante.
      Saludos,

      Andrea

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