La UIT toma recomendaciones de la ETSI para impulsar a las redes 5G no celulares y robustecer al ecosistema IoT

La Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT) incluirá el primer estándar de tecnología 5G no celular del mundo elaborado en 2020 por el Instituto Europeo de Normas de Telecomunicaciones (ETSI) en las recomendaciones para avanzar hacia 5G en el marco del IMT 2020. Aunque el mundo camina a paso sostenido hacia la quinta generación móvil a través de diversos procesos de licitación, la Internet de las Cosas (IoT) hace el suyo como alternativa que, sin dudas, acompañará los futuros nuevos despliegues.

Este estándar, identificado como ETSI DECT-2020 NR -que se puede revisar desde aquí-, establece un ejemplo de conectividad futura a partir de una tecnología descentralizada, autónoma y sin infraestructura que aplica para redes de IoT masivas para empresas. Su adopción es mucho más accesible en términos económicos y hace, además, su contribución a una preocupación creciente en la industria de las telecomunicaciones, tal como es la huella de carbono.

En tiempos en que las empresas se plantean contar con sus propias redes privadas, que se hayan estandarizado estas normas orientadas a ese fin tiene un alto valor. Las compañías que así lo deseen y necesiten una red podrán implementarla sobre un espectro no licenciado, sin depender de una operadora, de ahí su calificación como “no celular”, hecho que, al mismo tiempo, se traduce en grandes ahorros.

El organismo hizo foco en este aspecto y señaló que el 5G no celular “se basa en principios completamente diferentes a los del 5G celular. Una de las mayores diferencias y ventajas es la red descentralizada. En una red 5G no celular cada dispositivo es un nodo, un enrutador, una estación base. Los dispositivos encuentran automáticamente la mejor ruta” para canalizar la información, es decir, si un equipo está saturado, busca otro y, así se puede mantener la red operativa. Esto aplica de la misma manera si se agrega un nuevo dispositivo a ese enrutamiento de la red: lo hace de manera autónoma y, ante un inconveniente, se desvía hasta que encuentre el punto que les permita continuar conectado. Al eliminar los puntos de falla resulta confiable.

Hay más ventajas de esta norma TS 103 636 -que puede consultarse aquí– pues al eliminar la infraestructura de red y el llamado punto único de falla permite operar sin estar atado a la contratación de un servicio. A esto se suma la chance de poder almacenar y consumir los datos generados del modo que mejor lo consideren, sea que esa información se encuentre guardada en la empresa, en la nube pública o en un alternativa híbrida.

El otro aspecto no menos importante es que opera en la banda de 1,9 GHz, de uso gratuito y que admite una operación eficiente de espectro compartido que habilita el acceso a espectros internacionales gratuitos.

“Se habla mucho sobre redes privadas, pero esta es la primera tecnología 5G que puede soportar la operación de espectro compartido y múltiples redes locales en frecuencias de sistemas móviles. Vemos esto como un requisito fundamental para la digitalización masiva para todos. Con el estándar ETSI, se obtiene acceso inmediato a una frecuencia de 1,9 GHz dedicada y gratuita a nivel internacional. Es una combinación perfecta para IoT masivo”, expresó Jussi Numminen, vicepresidente del Comité Técnico DECT de la ETSI. DECT es la sigla que refiere a Digital Enhanced Cordless Telecommunications, un estándar de este organismo creado tanto para teléfonos inalámbricos digitales como para la transferencia inalámbrica de datos, tal como sucede en este caso puntual.

El estándar incluido ahora, se posiciona como ideal para incluir en implementaciones para la industria 4.0, sea que se trate de gestión de edificios, de logística y ciudades inteligentes, es decir, de aplicaciones orientadas a la urbanización y la edificación con la ventaja del consumo de energía. Otros casos que se habilitarían se orientan hacia la transición energética de los combustibles fósiles a las renovables que exigen nuevas capacidades de comunicación y crean una economía circular que permite la trazabilidad de bienes, materiales y residuos. Ahí radica la ventaja no sólo de la confección de estas redes sino también de la eficiencia energética que queda involucrada en ella con el consiguiente impacto positivo a nivel de la huella de carbono.

Un estudio de la Universidad de Tampere, de Finlandia, citada en este informe, señala que estas redes alcanzan niveles de eficiencia energética 60 por ciento mejores a los de la topología celular tradicional. Allí también se subraya que las comunicaciones masivas entre máquinas (mMTC, por su sigla en inglés) serán una de las piedras angulares de los servicios soportados por 5G.

No hay dudas de que las redes privadas empresariales que apelen al uso de espectro no licenciado servirán para resolver cuestiones internas pero que, fronteras afuera de las organizaciones, deberán soportarse en 5G. Y que, en definitiva, la norma definida para el ecosistema de IoT permite dar pasos concretos hacia la quinta generación, aún cuando los requerimientos de infraestructura difieran entre un ecosistema y otro por el uso de espectro libre en un caso, y licenciado en el otro.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

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