La operadora satelital Viasat adquirió a su competidora británica, Inmarsat, y pagará por ella 7.300 millones de dólares, monto que le permitirá acceder a un mercado empresarial de manera mucho más sólida que hasta ahora además de robustecer las capacidades de red pues se combinarán recursos satelitales con redes multibanda, multiórbita e híbridas. En cuanto a servicios, podrán expandir la base de banda ancha y de Internet de las Cosas en mercados fragmentados.
Ese portafolio combinado incluye las bandas Ka, L y S, de 19 satélites en servicio además de otros 10 que se encuentran en construcción y cuyos lanzamientos se espera se concreten en los próximos tres años. Podrá brindar cobertura global en banda Ka, incluida la región polar.
La banda L es la que le permitirá brindar servicios de IoT con alta resiliencia en banda angosta. Viasat espera ofrecer tecnologías de beamforming, terminales de usuario final y de cargas satelitales como red híbrida multiórbita y tierra-espacio. A esto se suma la chance de usar un ecosistema de tecnología, manufactura y distribución del servicio de Inmarsat.
La transacción, que fue celebrada por los ejecutivos de Inmarsat, se dio luego de que ésta se convirtiera, hace dos años, en una empresa de capital privado tras haber sido adquirida por un consorcio de socios conformado por Apax, Warburg Pincus y dos fondos de pensiones canadienses que pagaron 3.400 millones de dólares.
Viasat ofrece servicios de conectividad y comunicaciones a clientes residenciales, principalmente en Brasil, del segmento aerocomercial y del área de defensa en América del Norte. Inmarsat, en tanto, se ocupa de proveer servicios satelitales para las industrias de transporte y aviación, y para organismos gubernamentales incluido el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña.
La oferta incluye un pago de 850 millones de dólares en efectivo, además de 46,4 millones de acciones de Viasat, que cotizan en el Nasdaq y valoradas en unos 3.100 millones de dólares, explicaron ambas compañías a través de un comunicado.
A esto se suma un crédito por unos 2.300 millones de dólares contraido por Viasat para financiar este acuerdo de manera parcial. Esta novedad pareciera no haber sido bien recibida por el mercado que, al cierre de este artículo, experimentaba un descenso de más de 8 por ciento en la cotización de sus acciones, aunque hubo momentos en que esa contracción fue de casi 12 por ciento.
Esta transacción podría llamar la atención de los reguladores británicos que vienen investigando desde hace un tiempo algunos acuerdos transatlánticos vinculados con la seguridad, incluidas las ofertas de adquisición de empresas, como Ultra Electronics y Meggit, informó la agencia Reuters. De hecho, Inmarsat ya había sido investigada por este gobierno en 2019 cuando estaba pasando a manos privadas.
Tanto Inmarsat como Viasat señalaron en el comunicado conjunto que están comprometidas a cumplir las obligaciones asumidas previas a esta transacción.
