Internet de las cosas y las claves de un crecimiento anunciado: entre la estimación global y las iniciativas locales

El uso industrial de la Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) pasará de los 76.700 millones de dólares a nivel global para ubicarse en los 106.100 millones en 2026. La estimación corre por cuenta de la consultora Marketsandmarkets; y advierte de un impulso que estará fundado en el incremento de uso de dispositivos, pero también de los servicios de cómputo en la nube. Mientras, en la Argentina, el Estado impulsa el desarrollo del ecosistema que lo sustente y financie con proyectos concretos.

No es novedad: la pandemia de covid-19 impulsó la transformación digital de todas aquellas latitudes que tuvieron acceso a la conectividad porque la emergencia sanitaria originada en 2020 obligó a mantener, durante varios períodos de tiempo, a las poblaciones aisladas en sus hogares para contener los contagios y poder dar respuestas hospitalarias a las urgencias. Y, con ello, se propició una inusitada demanda de componentes y de chips, que encendieron las alertas globales por su escasez y obligaron a repensar estrategias.

Sin embargo, el despliegue de IoT no se detiene aún ante esa coyuntura. En buena medida, porque su potencial apunta a fortalecer e impulsar a las industrias y, por ende, a las economías. Es por ello, que su versión comercial masiva y/o industrial se posiciona como un activo del presente con gran perspectiva y potencial de futuro.

En el informe elaborado por la consultora ya mencionada, por ejemplo, se advierte que la estandarización del protocolo de Internet versión 6 (IPv6) también contribuyó en este procesos dado que permite soportar “de manera efectiva” el  crecimiento exponencial en la cantidad de cosas conectadas, dice y cita indicadores ofrecidos por Google en los que se cuantificó en cuatro por ciento a la cantidad de dispositivos que recurren al IPv6 pero donde se advierte que, una vez estandarizado el IPv6, la demanda global de tecnología para uso industrial de IoT “crecerá significativamente” al admitir “una arquitectura abierta y ser más adecuado para IoT”.

En Argentina, por estas horas, por ejemplo, la Subsecretaría de Economía del Conocimiento aprobó un proyecto de IoT que diseñó la empresa pública de comunicaciones satelitales, Arsat, para dar seguimiento de activos por medio de las redes satelitales y celulares, y que involucrará una inversión de 12.400 dólares (unos 12,8 millones de pesos).

Si bien no se trata de una novedad que mueva el amperímetro global de IoT, sí es un ejemplo más dentro de la tendencia global y sobre el que Guillermo Rus, vicepresidente de Arsat, explicó que les permitirá diseñar y fabricar en el país un dispositivo para el seguimiento de activos, “que ampliará la oferta de servicios de la empresa y el agregado de valor de la infraestructura desplegada en el espacio”, dijo.

Esta iniciativa argentina forma parte del programa Potenciar la economía del conocimiento que, lanzado en septiembre de 2021, aspira a fomentar iniciativas de valor agregado que permitan sustituir importaciones, al tiempo que fortalecer procesos y servicios.

Y el ejemplo se refuerza al recordar la apuesta que la Argentina realiza en la materia al contar, desde marzo de 2021, con una mesa nacional de IoT que funciona bajo el ala de la subsecretaría de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (SubTIC), dependiente de la Secretaría de Innovación Pública; y de la Subsecretaría de Economía del Conocimiento, perteneciente a su vez a la órbita del Ministerio de Desarrollo Productivo.

Se trata de una mesa que busca identificar y generar el ecosistema de IoT, de cara a desarrollar e implementar políticas públicas efectivas y que, en noviembre pasado, presentó los resultados de un primer Relevamiento Nacional de IoT: un mapeo en el que participaron más de 150 actores públicos y privados, representantes de organismos, empresas y universidades, entre otros.

De aquel sondeo surgieron datos que permitieron dimensionar la coyuntura local. Por ejemplo, que en 15 de los 24 distritos en los que se divide el país hay iniciativas de IoT y que esa concentración geográfica está relacionada con las zonas productivas, destacándose la provincia de Buenos Aires, la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza.

Además, exhibió que el 80 por ciento de los proyectos están relacionados con la conectividad y el software y el 70 por ciento con las ciudades inteligentes. E, inclusive, que el 20 por ciento de la totalidad de las iniciativas poseen financiamiento público.

“Cada ecosistema consta de dispositivos que pueden detectar, comunicar y almacenar información sobre sí mismos; infraestructura de comunicaciones de datos pública y/o privada; análisis y aplicaciones que generan información comercial a partir de datos sin procesar; almacenamiento de los datos generados por los dispositivos IIoT; e Inteligencia artificial (IA) que dan sentido a toda esa información y procesos automáticos o personas que la aprovechan para tomar decisiones“, sostuvo Mariano Fernández, BDM Regional de Comunicaciones y IoT de BGH Tech Partner.

El ejecutivo de BGH mencionó el uso de IoT industrial en un entorno manufacturero y lo valoró “clave para procesos como el mantenimiento predictivo, el servicio de campo mejorado, la gestión de energía, la mejora de las instalaciones y el seguimiento de activos”.

“Al configurarse en red, los dispositivos industriales conectados por tecnologías de comunicaciones dan como resultado sistemas que pueden brindar nuevos conocimientos valiosos. Estos conocimientos también pueden ayudar a impulsar una toma de decisiones comerciales más inteligente y rápida para las empresas industriales”, ejemplificó Fernández.

Noelia Tellez Tejada se desempeña como Editora Adjunta en TeleSemana.com. Periodista y analista, acredita más de 20 años de labor ininterrumpida en medios gráficos, digitales y radiales. Está especializada en tecnología, negocios y telecomunicaciones. Su correo es [email protected]

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