Google cree, ingenuamente, que Apple es quien frena, con su falta de escrúpulos, la adopción de RCS

La canción popular decía “no estaba muerto, estaba de parranda”. Y algo así se podría decir de Rich Communications Suit (RCS) para ser amable con el sistema de mensajería enriquecida que la GSMA intentó promover para que los operadores recuperaran los servicios de mensajería SMS/MMS que perdieron con la llegada de WhatsApp, primero, y después con el resto de aplicaciones similares que se lanzaron tanto en Android como en iOS.

Esta semana, el lunes en concreto, uno de los fundadores de Android y ahora empleado de Google justamente liderando el sistema operativo, Hiroshi Lockheimer, se descolgó en Twitter con una serie de comentarios que han vuelto a poner a RCS en escena, más o menos, porque realmente no tenemos claro si estaba de “parranda” o en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos).

Lo primero que hay que decir es que Lockheimer pecó de inocente. Claramente no puede ser que alguien con sus credenciales considere que el problema actual de RCS es que Apple no lo incorpore en su servicio iMessage, es decir que lo soporte igual que sigue soportando SMS y MMS. Y digo que no puede ser porque el diagnóstico de RCS ya hace tiempo que está cerrado y nada tiene que ver con interoperabilidad o con que muchos jugadores se junten para crear escala y así puedan derrumbar la, por ahora, hegemonía de WhatsApp.

Pensar que RCS depende de la interoperabilidad de cuántos más sistemas mejor es seguir pensando con la mentalidad del negocio SMS, que ya desapareció y no va a volver como se le conocía. De hecho ¿cuál es el negocio de la mensajería entre personas en la actualidad? El servicio es gratuito y la única forma de monetizarlo es a través de servicios B2B o si alguien se atreve a colar publicidad de algún modo tan inteligente y sutil que los usuarios no salgan corriendo a buscar otra aplicación de mensajería “gratuita”.

Si la cuestión detrás del éxito de RCS es la interoperabilidad ¿por qué murió SMS que la tenía? La respuesta sería muy simple: las nuevas aplicaciones son más ricas en sus capacidades y fueron adoptadas a pesar de ser aplicaciones cerradas. Esta doble respuesta nuevamente vuelve a dejar en evidencia a la interoperabilidad como factor determinante a la hora de que una app de mensajería sea adoptada o no.

El ejecutivo de Google, Lockheimer, dijo en su Tweet: “Al no incorporar RCS, Apple está frenando la industria y frenando la experiencia del usuario no solo para los usuarios de Android sino también para sus propios clientes”. Y el ejecutivo dejó claro que no quería que Apple lance iMessage para Android, sino que su servicio de mensajería admita RCS, como admite la recepción y envío de SMS y MMS.

Curiosamente, días antes, el propio ejecutivo en Twitter había dicho algo aún un poco más agresivo contra la empresa de la manzana mordida.”El bloqueo de iMessage de Apple es una estrategia documentada. Usar la presión de grupo y la intimidación como una forma de vender productos es deshonesto para una empresa que tiene la humanidad y la equidad como parte central de su comercialización. Los estándares existen hoy para arreglar esto”.

Y es que se sabe, no nos hacen falta leer filtraciones de emails de Apple, como recientemente publicó el Wall Street Journal, para advertir que la empresa de Cupertino se siente como pez en el agua cuando se trata de modelos de negocio basados en jardines cerrados. Toda su estrategia desde sus inicios se basa en justamente este modelo ¿por qué iba a abrirlo ahora para ayudar a Google con quien compite en muchos ámbitos?

Al final, RCS sigue vivo porque Google decidió entrar al mundo de la mensajería por el camino que pensó le sería más provechoso. Tenía la opción de lanzar su propio sistema de mensajería, de hecho lanzó más de 20 alternativas diferentes, o pudo haber usado su músculo financiero para adquirir al propio WhatsApp. Sin embargo su estrategia fue la de “unirse” a los operadores móviles, muchos de los cuales han visto con recelo esta maniobra, para desarrollar RCS, aprovechando el poder y llegada de los operadores para capturar un mercado en busca de un claro beneficio económico.

El ejecutivo de Apple ha seguido insistiendo en su tesis, equivocada por cierto, con más tweets relacionados con este tema que han causado un intenso debate en esta red social. Ayer por ejemplo, escribía: “Si deseas comunicarte con alguien y no sabes si usa la aplicación x, y o z, tienes mucha confianza en que el envío de un mensaje de texto (SMS) funcionará. Esto se debe a que es un estándar y es compatible con prácticamente todos los dispositivos móviles. Probablemente es por eso que Apple admitió SMS para empezar”.

Y tiene razón en parte, pero sigue pensando en el viejo modelo de la interoperabilidad como atributo principal para capturar usuarios, los cuales no tienen problema en rápidamente saber qué aplicación está de moda y descargarla con suma facilidad. De hecho, es así como funciona hoy el mundo de las apps, las que se vuelven virales no encuentran ninguna barrera por ser cotos cerrados, no le pasa a Instagram o Tik Tok, y tampoco le sucede a WhatsApp. Es cierto que Apple se apoyó en SMS como estrategia de captación para su servicio de iMessage, pero también lo es que Google entró a RCS por “interés te quiero Andrés”. ¿Dónde está la supuesta deficiencia moral de Apple en este entuerto?

El ejecutivo de Google no hace estos comentarios sin ningún tipo de agenda oculta, ya que recientemente un informe aseguraba que el sistema iMessage empezaba a ser más adoptado en Estados Unidos por los jóvenes y que, además, empezaba a considerarse una aplicación de mensajería de estatus. La importancia de esto es muy sencilla, si los jóvenes en Estados Unidos empiezan a querer iMessage, solo hay una forma de conseguirlo: comprando un iPhone. Para aquellos usuarios de Android, significa cambiar al ecosistema cerrado de Apple, algo que no les sería necesario si Apple soportara RCS en su servicio de mensajería.

¿Cuál es el problema de estos mensajes? Primero confundir al sector con el problema real de RCS, y segundo querer ganar con el discurso moral lo que no se puede obtener a través de una oferta competitiva o novedosa de un nuevo servicio de mensajería y apelar a aspectos de interoperabilidad en lugar de a las preferencias de los usuarios. Y, sabiendo que la falta de interoperabilidad no está detrás del fracaso de RCS, WhatsApp no es interoperable con nadie y es el sistema más utilizado, ¿por qué RCS no es adoptado por parte de los usuarios a pesar de contar con el apoyo y recursos de muchos operadores que han intentado promocionarlo entre sus usuarios? Hasta que esta pregunta no tenga una respuesta honesta, difícilmente RCS podrá competir con el resto de servicios de mensajería.

Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

2 Comentarios

  1. Hola
    Muy fino anàlisis de coyuntura, bueno.
    Cada uno hace su juego….
    saludos

    • Correcto cada cual juega el suyo, sólo me sorprende que aún sabiendo que el ser humano es propenso a estas situaciones contradictorias, que ejecutivos de cierto nivel sean tan poco finos al emplearlas como base de su argumentación, pensé que a estas alturas habría un camuflaje más sofisticado 😉 Saludos y gracias por comentar.

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