Junto con Zara, Telefónica recompra su participación en el negocio de cables submarinos de Telxius

Se escucha desde hace años que, en la era digital, la competencia puede aparecer desde cualquier sector, y no desde el mismo en el que una compañía actúa. Algo similar está ocurriendo desde el lado de la colaboración: cualquier actor de cualquier industria puede convertirse en un socio estratégico. Es lo que se está demostrando con el caso Telefónica-Inditex que unieron fuerzas para ampliar la participación en Telxius.

Telefónica y Pontegadea, la sociedad dueña de Inditex y de la famosa marca de ropa Zara, recomprarán de manera conjunta el 40 por ciento que KKR —otra socia estratégica de la operadora— tiene en Telxius Telecom, la compañía de cables submarinos que acumula unos 94.000 kilómetros de esa infraestructura para conectar Europa con América y África. La transacción se cerrará en unos 215,7 millones de euros.

Es interesante ver cómo se posiciona cada uno de estos actores en un activo que es cada vez más relevante ya no sólo en la industria de las telecomunicaciones sino en lo vinculado con lo digital que, lógicamente, se asienta sobre esta y otras infraestructuras. Las redes siempre tienen que estar.

La transacción le permitirá a Telefónica ampliar su participación hasta el 70 por ciento en Telxius. ¿Cómo es que la operadora de origen español, tan ocupada en reducir su deuda y en vender activos para lograr ese objetivo se embarca en esta iniciativa? El dinero para enfrentar su parte de esta compra conjunta saldrá de la venta de las torres de Telxius a American Tower, que aún se encuentra en proceso de cierre.

En el comunicado, la operadora señaló que la red cuenta con 93 puntos de presencia en el mundo, 27 estaciones de amarre en 23 países, con servicios de capacidad, colocation y seguridad, que resultan vitales para atender las demandas de los clientes corporativos.

Y agregó: “Este ecosistema global de infraestructuras de red e instalaciones de vanguardia cubre las necesidades de numerosos clientes empresariales y organizaciones, que precisan de altas capacidades y baja latencia para el desarrollo de su actividad, incluyendo a los grandes hyperscalers. Las redes de cable han demostrado ser críticas en su respuesta ante entornos desafiantes, como ha ocurrido durante la pandemia, y serán igualmente decisivas para el desarrollo del metaverso, la web3 y la nueva era digital”.

El tráfico de Internet crecerá en el mundo, producto de la mayor conectividad y, fundamentalmente, de la transformación digital. En otras palabras, Telefónica se posiciona en un activo que garantiza ingresos para el corto, mediano y largo plazo, en un esquema en donde siempre queda abierta la participación de otros actores.

Como buen fondo de inversión, KKR entra y sale de los negocios cuando lo cree conveniente. Entró en Telxius en 2016. Desde entonces, se ha convertido en el socio estratégico financiero de privilegio para la operadora pues comparte con él los negocios de infraestructura de fibra óptica y red neutral en Chile y Colombia. Y todo parece indicar que existen en el horizonte otras oportunidades para encarar alianzas en el mismo sentido, inclusive con la participación de terceros.

La participación de Pontegadea se advierte como mucho más atractiva, pues le pone un color distinto a una industria de telecomunicaciones donde, por lo general, los movimientos son protagonizados por los mismos actores de siempre.

Pontegadea es la sociedad que gestiona el patrimonio personal de Amancio Ortega, el fundador de Inditex, la empresa más valiosa de España, dueña de la marca y las tiendas Zara. Su fortuna asciende a los 67.000 millones de euros y si bien Inditex se fundó en 1985, recién en 2001 creó Pontegadea para diversificar el negocio gracias a los buenos resultados que le daba la textil, industria en la que se ha desempeñado toda su vida.

Este holding tiene intereses en los sectores energético, de real estate y de telecomunicaciones, por supuesto. La valuación del negocio inmobiliario supera los 14.000 millones de euros y la variedad de activos que gestiona es tan grande que gigantes como Amazon o Spotify, por ejemplo, son algunos de sus inquilinos, según informa la Revista GQ. ¿Será que Ortega también mira cómo esas empresas amplían el uso de metros cuadrados al tiempo que mayores capacidades de conectividad?

En 2018 entró en Telxius, tras adquirir un 10 por ciento de participación. ¿Por qué decidió expandirse en cables submarinos? Por el futuro y por la certeza, podría afirmarse, aunque ambos conceptos podrían ser, en un punto, un tanto contradictorios.

La apuesta por los cables submarinos se reduce a tres cosas: conectividad, 5G y metaverso, según la mirada del diario ABC. Está claro que, a partir de la pandemia, los esfuerzos de los gobiernos y las empresas pasan por extender la infraestructura y brindar conectividad a los 2.900 millones de personas que aún no la tienen, equivalente al 37 por ciento de la población mundial, según datos de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT) de finales de 2021. Esto exigirá, a su vez, mayor capacidad que, al mismo tiempo, será la que demandarán las poblaciones ya conectadas, que requerirán servicios de mayor calidad.

La quinta generación móvil promete impactos profundos en las diversas actividades económicas, industriales y de servicios, y el metaverso, en verdad, será la síntesis de todas las nuevas tecnologías que, ahora sí, comenzarán a tener mayor uso con 5G: la realidad virtual, la aumentada, la inteligencia artificial, el blockchain, el big data. Aquí es donde mejor se ve la apuesta de mediano y largo plazo: todo esto tendrá un nuevo nivel de desarrollo a medida que se avance en la década y se apunte hacia 6G.

Telxius promete generar nuevos ingresos a partir de estas demandas, es decir, garantiza estabilidad. Los cables submarinos son y serán las verdaderas autopistas de información planetarias, según la mirada de los analista consultados por ABC, quienes señalaron, además, que se trata de un negocio sencillo y de bajo riesgo. ¿Y qué inversor no quiere contar con esa alternativa en su cartera, más teniendo la posibilidad de pensar en el largo plazo?

Telefónica, que no logró vender Telxius en 2016, debió optar por ese esquema de asociación que permitió el ingreso de KKR y de Pontegadea, sin nunca perder el control de la operación. Y, ahora, recompra parte de lo resignado y se garantiza mejores ingresos hacia adelante.

¿Podrá, a futuro, ser replicado este movimiento en otras unidades de negocios donde comparte participación con otros actores? Depende. Las variables difieren de un país a otro en donde cuenta con operaciones y también de un continente al otro. Con esto demuestra que tiene margen de maniobra en cada uno de sus negocios, que posee capacidad para asociarse con jugadores de cualquier tipo, vengan de donde vengan y, de paso, le da señales a los mercados: tras el anuncio de la operación la acción creció y se ubicó en los mismos niveles de mitad del año pasado, el mejor valor alcanzado tras la declaración de la pandemia en 2020, aunque y todavía muy lejos de los que registraba en la primera década de este milenio.

Sin dudas, la transformación digital es la que impulsa estas idas y vueltas. Y es posible asegurar que, historias como estas, continuarán.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

Recuperar contraseña

Por favor ingrese su nombre de usuario o dirección de correo electrónico. Recibirá un enlace para crear una nueva contraseña por correo electrónico.