“Seguiremos viendo las torres tradicionales, pero también soluciones enfocadas en la densificación”

Con el nuevo año apenas iniciado y con un sol de verano que arreciaba en el hemisferio sur, American Tower Corporation (ATC) anunciaba una cifra voluminosa y no menos sofocante: América latina deberá cuadruplicar su infraestructura de telecomunicaciones -activa y pasiva- para abastecer la demanda que se generará hacia 2030.

La estimación fue argumentada a través de un estudio de mercado, titulado “Nuevas dinámicas de la gestión de infraestructura de telecomunicaciones en América latina” que, publicado por +SmC Digital Public Affairs, enumera un sinfín de desafíos, entre los cuales los monetarios y los regulatorios encabezan la lista y que se suman a las apuestas innovadoras. Por ello, TeleSemana.com conversó con Rodrigo Jiménez, Head of Public Affairs, Sustainability and Communications LatAm & EMEA de ATC para profundizar las claves de esas implicancias.

En el último informe publicado por SmC Digital Public Affairs a pedido de ATC, se advierte que se deberán desplegar más de 550.000 sitios en toda América latina y multiplicar por cuatro el parque actual hacia 2030, ¿qué desafíos implica esto para los operadores, para las torreras y para el resto del ecosistema de telecomunicaciones?

De acuerdo con el informe, uno de los principales desafíos identificados es la inversión. Para desplegar el número de sitios planteados en el informe, será necesario que todos los operadores y compañías de infraestructura pasiva de la región inviertan, en conjunto, alrededor de 17.000 millones de dólares. Para ponerla en perspectiva, esa cantidad representa el tres por ciento de los ingresos anuales de todos los operadores móviles de la región. Dicha inversión solo incluiría el despliegue de infraestructura pasiva, a lo que habría que sumarle la inversión en infraestructura activa (antenas y equipos de transmisión), los costos por derechos de uso del espectro y los costos de operación. Es frente a ello que necesitamos encontrar formas diferentes de incentivar la inversión. Para ello, los gobiernos podrían ofrecer incentivos, como encontrar opciones de exenciones o beneficios impositivos ante modelos de compartición de infraestructura.

¿Qué otro desafío advierte en la región?

Adicionalmente, otro desafío permanente en toda la región son las barreras administrativas que impone la regulación local para el despliegue de infraestructura de telecomunicaciones. Generalmente, las autoridades locales son las encargadas de otorgar permisos para la instalación de torres, antenas, así como el cobro por derechos de vía para el tendido de fibra óptica. Sin embargo, el proceso para otorgar dichos permisos cada vez se vuelve más restrictivo, burocrático, menos transparente y en algunas instancias, hasta irracional. Existen casos donde las autoridades locales tardan hasta un año o más para otorgar un permiso.

Cuando el mundo de la tecnología, las redes y la conectividad van a la vanguardia, la regulación tiene que ir de la mano de la demanda y no convertirse en un obstáculo para el avance tecnológico. En ese sentido, las autoridades locales necesitan dar la importancia debida a las redes de telecomunicaciones, otorgando todas las facilidades para permitir un despliegue rápido para las nuevas redes, así como para dar mantenimiento eficaz a las existentes, permitiendo el libre movimiento del personal técnico y su acceso a los sitios.

¿Cómo caracterizaría a las nuevas formas de gestionar las redes y qué implicancias tiene en este escenario? ¿Qué rol ocupa el 5G?

El reto de encontrar nuevas formas de gestionar redes hacia el futuro pasa por el hecho de que cada vez estamos haciendo transiciones más rápidas de una tecnología a otra, lo que nos impone una demanda cada vez mayor de ancho de banda. Estamos viendo a lo largo de la región el apagón de la red 2G, dándole preferencia a las redes 3G y 4G. Eventualmente veremos también ese apagón con la red 3G, dándole prioridad a las redes 4G y 5G, y así sucesivamente. En ese contexto, la evolución hacia el 5G requerirá innovaciones para la gestión y arquitectura de las redes, que necesitarán de una variedad importante de infraestructura. Se requerirá mucha fibra óptica, seguiremos viendo las torres tradicionales, pero también soluciones enfocadas en la densificación a través de celdas pequeñas con tecnologías de antenas avanzadas.

¿Cómo caracterizaría la coyuntura regulatoria regional, a sus principales impedimentos y a sus desafíos?

A pesar que la pandemia nos hizo revalorar los servicios de telecomunicaciones como sociedad latinoamericana al usar la conectividad y la tecnología para no interrumpir nuestras actividades cotidianas, con algunas excepciones, no hemos evidenciado un cambio verdaderamente significativo a nivel de normativa local o municipal para facilitar el despliegue de infraestructura de telecomunicaciones. Frente a ello, desde American Tower consideramos que una de las mejores formas de abordar los desafíos, es que las autoridades aprendan de sus pares, de las mejores prácticas internacionales y de la propia industria de telecomunicaciones. Es decir, saber cómo se ha abordado en otras latitudes el tema, qué soluciones se han propuesto y cuáles han funcionado.

Adicional a ello, es importante empoderar a las autoridades locales, a fin que reconozcan el papel relevante que juegan, pues las decisiones administrativas que tomen pueden incentivar la llegada de infraestructura para la conectividad o, por el contrario, ahuyentarla.

¿Qué perspectiva de desarrollo tienen el desarrollo de las ciudades inteligentes en América latina? 

Construir ciudades inteligentes es definitivamente una decisión de política pública, pues no sólo se trata de que llegue tecnología o inversiones para construirlas. Se trata también de cómo las autoridades locales gestionan y administran el desarrollo de ciudades que usen la conectividad y la tecnología para mejorar las condiciones de vida de las personas, así como ofrecer servicios públicos más eficientes. Vemos que la construcción de ciudades inteligentes en América latina está avanzando. En ese contexto, uno de los desafíos será precisamente contar con toda la red de infraestructura de telecomunicaciones que soporte la demanda de conectividad en este tipo de ciudades. Y en esa línea es que nosotros contamos con infraestructura compartida que permite que las ciudades adopten soluciones para mejorar la seguridad pública, el tránsito, la gestión inteligente de los residuos y el alumbrado público, el acceso a información y la conectividad en áreas públicas, entre otros servicios.

¿Y qué desafíos imprimen las brechas digitales?

Por otro lado, respecto a los desafíos sobre brechas y alfabetización digital, cada ciudad inteligente deberá detectar cuáles son los temas que deberá atender para acortar las desigualdades tanto de acceso a la conectividad como en lo que respecta a las habilidades digitales. Por ejemplo, si una ciudad privilegiará la emisión de documentos oficiales digitales, tendrá que poner especial atención en ciertos grupos de edad que podrían tener dificultades para acceder a sus documentos oficiales por falta de habilidades digitales.

¿Qué implica, para las poblaciones, el despliegue de infraestructura de telecomunicaciones?

El despliegue de infraestructura de telecomunicaciones, en definitiva, es el inicio de la cadena de valor de esta industria. Ahí donde llega la infraestructura, se habilitará conectividad con la llegada de operadores móviles en un lapso corto de tiempo. Teniendo en cuenta que la infraestructura es la base de todo el ecosistema de telecomunicaciones, ésta se vuelve indispensable para la llegada de servicios y beneficios. De esa forma, la infraestructura abre oportunidades de comunicación, desarrollo, educación y negocios. Sin embargo, para tomar esas oportunidades es necesario que las personas cuenten con habilidades digitales, que les permitan explotar el beneficio las tecnologías de la información.

En ese contexto, desde American Tower contamos con un programa denominado Comunidades Digitales, que se enfoca precisamente en acercar y potenciar el uso de las herramientas digitales e Internet para que las personas puedan acceder a servicios de salud, bancarios, educativos e incluso puedan impulsar proyectos productivos. Esto, porque estamos convencidos de que enseñar habilidades digitales no solamente reduce brechas, sino que también brinda nuevas oportunidades a las personas.

¿Cuál es la expectativa de ATC para 2022? ¿Cuáles son los planes?

Luego de dos años de un contexto desafiante por la pandemia del covid-19 este no será un año exento de retos dada la situación general de las economías en la región. Sin duda, nuestro rol estará en buena medida enfocado en ayudar a nuestros clientes a hacer más eficiente su negocio y que a su vez ellos puedan enfocarse en los servicios a los usuarios finales. Seguiremos consolidando nuestro negocio en Latinoamérica a partir de las adquisiciones realizadas en los últimos dos años que incrementaron nuestro portafolio y de las plataformas adyacentes con las que contamos en varios mercados de la región. Asimismo, continuaremos expandiendo nuestro programa de Comunidades Digitales para contribuir al cierre de la brecha digital.

Noelia Tellez Tejada se desempeña como Editora Adjunta en TeleSemana.com. Periodista y analista, acredita más de 20 años de labor ininterrumpida en medios gráficos, digitales y radiales. Está especializada en tecnología, negocios y telecomunicaciones. Su correo es [email protected]

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