Costa Rica ya tiene elegido a su nuevo presidente, Rodrigo Chaves, y la Cámara de Infocomunicación y Tecnología (INFOCOM) felicitó al nuevo mandatario pero le planteó la necesidad de volver a priorizar las políticas en materia de telecomunicaciones en ese país y pidió por la jerarquización del Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT) y un viceministerio de Telecomunicaciones fuertes, con conocimiento técnico. El reclamo realizado por la cámara forma parte de una serie de demandas que vienen escuchándose en distintos países de la región: que las telecomunicaciones sean tomadas con la seriedad que merecen porque, de ellas, depende gran parte del desarrollo social.
El reclamo de INFOCOM está a tono con otros pronunciamientos que, desde el sector privado, se están escuchando en la región y que cuestionan el uso político de las áreas de telecomunicaciones por sobre la decisión de definir y avanzar en políticas públicas basadas en las necesidades de las poblaciones y en el conocimiento, donde los perfiles especializados en la industria sean los que orienten los destinos del sector, dadas las fuertes necesidades de nueva infraestructura existentes. De fondo resuenan otras quejas compartidas relacionadas con el respeto por las reglas de juego y la seguridad jurídica.
Tras ponerse a disposición de la nueva administración para trabajar “por una nación más próspera, conectada, competitiva, inclusiva y desarrollada”, tal como se expresó en la carta enviada al presidente Chaves, Mario Montero, presidente de INFOCOM sostuvo: “Como representante de la industria de telecomunicaciones en Costa Rica, estamos seguros de tener el potencial para llevar al país al lugar que merece; pero requerimos seguridad jurídica y reglas claras, eliminar las trabas que aún enfrentamos principalmente en materia de infraestructura, una urgente hoja de ruta integral para avanzar hacia la tecnología 5G y respeto al merco legar que soporta el acceso y servicio universal que hoy beneficia a cientos de miles de costarricenses”. Hace seis meses, la Cámara de Comercio de ese país había reclamado avanzar hacia la quinta generación móvil.
Lamentó que las telecomunicaciones estén relegadas a un segundo, y ahí fue cuando pidió por la creación de un nuevo ministerio, el MICITT, y un viceministerio de telecomunicaciones “fuertes, con conocimiento técnico, capacidad de coordinación y abiertos al diálogo”. Justificó esta demanda en la transversalidad e importancia que adquirió la conectividad en Costa Rica durante la pandemia, razón por la que manifestó su deseo de fomentar la innovación y el avance de las redes de manera conjunta. “Este es un momento clave para mejorar la posición social y económica de todos los costarricenses a través de la conectividad y el uso productivo de la tecnología”, agregó. En la carta quedó bien plasmada la intención de INFOCOM por aportar con su conocimiento a los lineamientos que el nuevo gobierno defina para los próximos años en este país.
Lo esbozado por esta cámara es recurrente en otros países de la región. Aunque las telecomunicaciones y la conectividad cruzan a todas las actividades sociales, económicas y culturales, y la pandemia dio la oportunidad para definir con nuevas políticas orientadas a ampliar la cobertura para los no conectados y mejorar la de aquellos que ya están, se ha avanzado menos de lo esperado y de lo que se necesita.
La necesidad de contar con perfiles técnicos en las áreas de telecomunicaciones y tecnologías fue también esbozada hace unos días en la Argentina por el Consejo Profesional de Ingeniería de Telecomunicaciones, Electrónica y Computación (COPITEC). A través de su presidente, Miguel Ángel Pesado, esta entidad manifestó al Jefe de Gabinete, Juan Manzur, su preocupación “por la falta de consideración y consecuente ausencia de profesionales de la ingeniería y profesiones afines en la conducción de las empresas públicas, y organismos centralizados y descentralizados dependientes de esa Jefatura de Gabinete”, de la que dependen las áreas como la Secretaría de Innovación Pública, la Subsecretaría de Telecomunicaciones y la empresa satelital Arsat.
Los cambios producidos en estos organismos en los últimos tiempos no han hecho más que generar más zozobra a un sector ya paralizado luego del decreto 690 de 2020 en donde se cambió el status del sector de las telecomunicaciones, que pasaron a ser un servicio público en competencia, además de intervenir los precios, situación que hoy está en suspenso por la judicialización de esta decisión.
“La importancia estratégica y geopolítica de las telecomunicaciones que recaen en el Estado no pueden ser delegadas en funcionarios que no resulten competentes o afines a las áreas que conducen. La mayoría de los organismos o empresas de este sector son conducidas por funcionarios sin los conocimientos básicos necesarios para poder ejercer su cargo con idoneidad. Es necesario poseer conocimientos técnicos y ser competente para definir políticas acordes a las necesidades del país”, agregó Pesado, carta en la que dejó plasmada la preocupación de la industria en general, y cuyo texto puede leerse desde aquí.
Esta preocupación excede, inclusive, al sector privado. Y con razón, pues los atrasos en materia de telecomunicaciones y conectividad lo pagarán sociedades enteras si se tiene en cuenta que estas infraestructuras no tienen que ver con una cuestión tecnicista sino de desarrollo. Así lo expuso uno de los mayores referentes de la industria en la región, José Otero, en su blog personal en donde puntualizó uno a uno los problemas que se presentan en cada área de cada país de América latina vinculado con la definición de políticas de telecomunicaciones. Lo expuso en el marco de las elecciones que se están sucediendo en distintos países en donde las palabras vinculadas con las tecnologías aparecen en los discursos y en las promesas de campaña pero, luego, se advierte su falta de viabilidad, por una serie de razones que suelen estar vinculadas con lo expresado, en las últimas semanas, por entidades como INFOCOM en Costa Rica, y COPITEC, en la Argentina.
Este año habrá elecciones en Colombia, en Perú deben definirse los destinos de la Red Dorsal en una nación convulsionada. En todos los casos, las telecomunicaciones han dado la nota de desde lo político, pero más por los escándalos políticos involucrados que por la innovación que las dirigencias han encarado. Las cámaras piden comenzar a escribir una nueva historia
