Otra vez Arsat en el ojo de la tormenta: Matías Tombolini asumiría como su presidente y se agiganta el bochorno argentino en telecomunicaciones

Este jueves 24 de febrero se cumplen los 30 días de la suspendida asamblea de Arsat en la que se iba a designar a Claudia Bello, la ex funcionaria del menemismo, como integrante del directorio de la compañía satelital. Y, para que no quede en saco roto semejante movida, este jueves el cuarto intermedio debería retomarse, razón por la que, en la previa de este encuentro, el directorio de Arsat vuelve a estar convulsionado, con nuevos cambios de quienes dirigen los destinos de la compañía, y hasta con indicios de reorientaciones en su negocio. Arsat vuelve a escribir un nuevo capítulo convulsionado en este 2022 que recién comienza.

Hasta el miércoles a la mañana, se daba por segura la renuncia de Pablo Tognetti a la presidencia de Arsat, lo que muestra el decepcionante rol que el Gobierno argentino está teniendo en materia de política de telecomunicaciones. Tognetti es una figura altamente respetada en la industria y, de acuerdo a las versiones, dejaría su lugar para ocupar la gerencia general y cederle su puesto original a Matías Tombolini, actual vicepresidente del Banco de la Nación Argentina.

Tombolini es economista y proviene del espacio político del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, representante de una de las facciones de la coalición de gobierno que conduce en la actualidad los destinos de la Argentina.

La versión sobre su designación en Arsat surgió en la tarde del martes y fue confirmada por cuatro fuentes diferentes, vinculadas o pertenecientes a las diversas fuerzas que integran a la coalición mencionada. Una de las fuentes consultadas aseguró que ya había sido señalado como potencial presidente de Arsat a finales de 2019, en la previa de la asunción de Alberto Fernández como presidente de la Nación. Otras fuentes rechazaron tal aseveración, una muestra más de la falta de una idea común en torno a este sector.

¿Qué está pasando con Arsat que, casi de un día para el otro, y de venir encaminando actividades que nunca debieron dejarse de lado, apareció en el revoltijo de las telecomunicaciones de la Argentina, y de la política misma, luego de que trascendiera la intención de designar a Claudia Bello en el directorio?

El escándalo que generó esa movida obligó a que la asamblea de aquel entonces pasara a un cuarto intermedio. Ahora, en un nuevo capítulo de esta historia, aparece el nombre de Tombolini para presidir la compañía satelital, mientras otras fuentes vinculadas con esta industria recordaron a TeleSemana.com que, aún con estas versiones, nadie ha terminado de bajarle el pulgar definitivo a la ex funcionaria menemista, quien pasaría a ocupar su lugar en el directorio.

De concretarse esta versión, Tombolini quedaría al frente de Arsat, Tognetti sería erigido como gerente general, secundado por Facundo Leal, integrante del directorio de la compañía. A este órgano de gobierno se sumaría, asimismo, Soledad Gonnet, actual vicepresidenta de INVAP, y sobre quien se abren otras ventanas en relación a su función dentro de la compañía. Por un lado, se plantearía algún tipo de incompatibilidad de la función pública, una historia que también le tocó transitar a Tognetti cuando asumió por primera vez al frente de Arsat y que, posiblemente, encuentre el modo de resolverse, si es que todo lo que circula termina concretándose Por otro lado, hay que recordar que también tuvo su paso por Arsat cuando, allá por 2013, la gestión del ex ministro de Planificación Julio de Vido, intentó crear la empresa de telefonía móvil, Libre.ar, que no prosperó. 

Las versiones en torno al capítulo que se escribe esta semana son variadas: toma de posición de una fuerza sobre otra en el marco de la coalición de gobierno, las ambiciones políticas de Tombolini, el interés de Massa en Arsat y en el sector de las telecomunicaciones en general, ordenamiento de cuentas, necesidad de encarar una estrategia más profunda en materia de conectividad. Visto así, hasta parece lógico cuando son tantos los intereses de quienes forman la coalición de gobierno (aunque eso no sea saludable para Arsat y las telecomunicaciones en general).

Pero basta escarbar un poco más sobre qué está sucediendo en la compañía satelital para, en función del explosivo inicio de 2022, advertir que esto no deja de ser otro bochorno del gobierno argentino en materia de telecomunicaciones donde, pese a las buenas intenciones y algo de orgullo de algunos funcionarios y referentes de los distintos organismos por encauzar la política del sector, no es posible definir una política coherente. 

Al conversar con las distintas fuentes involucradas se hacen cada vez más visibles las sospechas en torno al rol de esta compañía que apuntan a cambiar su status de mayorista por un perfil minorista, es decir, convertir a Arsat en una empresa que salga a competir con el sector privado.Y estas sospechas surgen porque, según pudo saber TeleSemana.com de dos fuentes adicionales relacionadas con el sector, hay pedidos de presupuesto de equipamiento de última milla a distintas proveedoras. En este punto, debe recordarse que el BID otorgó un préstamo de 100 millones de dólares para conectar a 258 localidades, actualizar el centro de datos y el equipamiento de los centros fronterizos. ¿Se están desviando esos recursos a otros fines? ¿Es que todavía hay quienes creen que es posible tener una empresa de telecomunicaciones estatal que brinde servicios a clientes finales? ¿Es tanta la ignorancia de quienes plantean estas ideas o están buscando otra cosa? ¿Es posible volver a poner en duda el rol de Arsat como operador mayorista? ¿No fue suficiente el decreto 690 para ponerle trabas a un sector que necesita de políticas modernas?

Lo concreto es que el bochorno en torno a Arsat se suma a la falta de definiciones en materia de telecomunicaciones de este gobierno que, preso de su coalición, no hace más que mantener a un sector inmóvil cuando deberían estar discutiéndose y proponiéndose políticas orientadas a la inversión en infraestructura para darle más y mejor conectividad a la Argentina, que viene retrocediendo en sus índices aunque todavía no se note. Y esto sucede cuando la pandemia dejó en evidencia el rol de las telecomunicaciones, las urgencias y las necesidades. Al más alto nivel del gobierno argentino nada de esto parece interesarle. Las fuerzas de la coalición hacen su juego.Y hoy, Arsat, parece presa de otro botín.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

2 Comentarios

  1. Muy buen informe Andrea. Una pena para ARSAT, tener que estar sufriendo por intereses de internas políticas e ideológicas que nada tienen que ver con la función que debe desempeñar.

    • Muchas gracias Marcelo por el comentario. Esperemos que las cosas cambien y para bien, por el bien de Arsat, de quienes tienen buenas intenciones en materia de política de comunicaciones (pocos), y de quienes necesitan de que Arsat sea una empresa mayorista saludable, en términos de prácticas y de alcance.
      Saludos,

      Andrea

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