A tono con los tiempos, Hispasat viene ejecutando cambios orientados a darle un nuevo perfil a la compañía. En España, se focaliza en la conectividad rural mientras en América latina, luego de la compra de Axess, se reorganiza con el objetivo de ser un prestador de soluciones de valor, una forma de estar más integrado y comprometido a lo largo de la cadena que supone la conectividad. Miguel Angel Panduro, CEO de Hispasat, cree que es momento de dejar de ser el clásico arrendador de capacidad para pasar a ser parte de un mercado en donde las alianzas con distintos jugadores sea el diferencial para brindar servicios, tal como lo aseguró a través unas preguntas que le hizo llegar TeleSemana.com y que fueron respondidas por correo electrónico. El rol de los satélites en la conectividad, la evolución hacia soluciones multiórbita, la búsqueda de nuevos casos de negocios y la avanzada hacia la agricultura, entre otras cuestiones, formaron parte del intercambio digital.
¿Cómo se está reorganizando Hispasat a partir de la compra de Axess?
La compra de Axess es un paso más en el proceso de transformación que ha puesto en marcha la compañía y que va asociado al plan estratégico aprobado en el año 2020. Este plan está orientado a ampliar nuestra posición en la cadena de valor y convertirnos en una empresa de servicios y soluciones por satélite. Esto supuso que en 2020 constituyéramos una nueva filial, Hispasat Perú, que asumiera el control del negocio de transporte y gestión de señales adquirido a Media Networks Latin America. Axess cuenta con un equipo directivo con una gran experiencia en el ámbito de la prestación de servicios por satélite y, por tanto, para nosotros la continuidad de su equipo directivo es fundamental y mantendremos un esquema de gestión standalone. A nivel comercial, Axess es una marca de reconocido prestigio y, por ello, mantendremos las marcas separadas, lo que permitirá la prestación de servicios a clientes B2B por medio de Axess y la comercialización de capacidad espacial a otros proveedores de servicios mediante Hispasat.
¿Cómo está evolucionando la industria satelital?
El sector satelital se encuentra en un momento de cambio, en el que pensamos que debemos dar un paso adelante en la prestación de los servicios y no podemos quedarnos con el esquema clásico del operador de satélites como mero arrendador de capacidad. Desde mi punto de vista, la verticalización de los operadores es una oportunidad, además de una cuestión de supervivencia. Esto nos permite acceder a un mercado de mayor tamaño y dejar de competir en un ámbito con una fuerte tendencia a la comoditización y con una fuerte presión de oferta. Considero que hay que cambiar la estrategia y los operadores tradicionales debemos pasar de competir duramente en el mercado a cooperar y buscar alianzas que nos permitan aprovechar al máximo las capacidades para poder ofrecer la solución más eficiente a un mercado cada vez más exigente. Por otro lado, en la parte del upstream creo que en el corto plazo se producirá una cierta consolidación.
¿En qué estado se encuentra el proyecto para combinar satélites GEO y LEO?
En los últimos años estamos viviendo una auténtica revolución en el mundo de las constelaciones de órbita baja, con numerosas iniciativas que resulta complicado creer que vayan a materializarse, más allá de aquellas que cuenten con un mayor músculo inversor y una mejor propuesta técnica. En mi opinión, el futuro ofrecerá soluciones tecnológicas multiórbita, que serán la mejor forma de adaptarse a las necesidades concretas que requiera el cliente. En este sentido —y conectando de nuevo con el desarrollo de nuestro Plan Estratégico— consideramos que tenemos que aprovechar para ello lo mejor de cada tecnología y por eso mismo estamos analizando ya cuál va a ser nuestro papel en estas nuevas constelaciones.
¿Qué nuevas tecnologías satelitales está adoptando la industria?
La industria está respondiendo a la demanda del mercado que busca básicamente más capacidad, mayor flexibilidad y ubicuidad, así como mejorar la eficiencia. De esta demanda surgen los satélites de alto rendimiento (HTS), que tienen que ofrecer también la suficiente flexibilidad para poder reconfigurar en órbita sus misiones. Además, la demanda de conectividad en entornos de movilidad y emergencias ha derivado en el desarrollo de nuevos terminales de usuario: planos, autoapuntables y portables. Por otro lado, está la irrupción de constelaciones de órbita baja o media que están actualmente en desarrollo y que persiguen ofrecer servicios con una menor latencia. No obstante, estas iniciativas tienen que cerrar un modelo de negocio que aún no resulta claro y en el que, para algunas aplicaciones, los satélites geoestacionarios presentan ventajas competitivas.
¿Cómo ve posicionada a América latina en relación con el consumo de servicios satelitales? ¿Qué sectores demandan conectividad satelital?
América Latina ha sido tradicionalmente un mercado muy potente para los operadores de satélites geoestacionarios, por lo que hay presencia de operadores globales como Intelsat, SES o Eutelsat, pero también de operadores regionales de referencia, como nuestra filial Hispamar o StarOne. El principal segmento fue históricamente el audiovisual, que requería una gran cantidad de capacidad para las plataformas de vídeo directo al hogar (DTH) o para la distribución de canales hacia las cabeceras de cable. Hoy, el vídeo por satélite se encuentra en una etapa de madurez por el auge de los servicios OTT, pero creemos que el vídeo por satélite cuenta todavía con mucho recorrido en América Latina y que se mantendrá como un complemento para poder llevar vídeo de calidad al 100 por ciento del territorio. En muchos países de la región, cientos de miles de usuarios reciben las señales de TV por satélite.
Dicho esto, está claro que el crecimiento está relacionado con los servicios de datos. Esto es una tendencia global impulsada por la demanda creciente de conectividad por parte de particulares y empresas en todo momento. En América Latina, esta tendencia se ve reflejada en una mayor demanda de conectividad en entornos corporativos, en necesidades de las telcos para la extensión de redes móviles o en programas nacionales para atajar la brecha digital.
¿Cuándo van a comenzar a ofrecer los servicios integrados y qué perspectivas tienen hacia adelante en relación con la región?
Hispasat y nuestra filial brasileña Hispamar ya cuentan con plataformas propias que permiten entregar servicios de conectividad. A través de nuestra marca “Hispasat Wave”, que acabamos de anunciar, ofrecemos servicios mayoristas de conectividad a los telcos y prestadores de servicios de la región para que puedan desplegar servicios de conectividad por satélite de forma rápida y sin necesidad de realizar grandes inversiones, externalizando en el Grupo Hispasat parte de la operativa, pero manteniendo ellos la gestión del cliente final. En relación con el video —y como he comentado anteriormente— estos servicios se ofrecen en la región a través de Hispasat Perú. Por su parte, Axess es un prestador de servicios por satélite con una larga trayectoria en América Latina y está especializado en ofrecer servicios a clientes corporativos con necesidad de conectividad en zonas remotas, así como en colaborar con telcos para ayudarles a extender sus redes celulares por satélite. Por tanto, nuestras sinergias en la región en este ámbito son muchas.
¿Qué aportes puede hacer hoy la industria satelital para reducir la brecha digital?
El satélite es una herramienta fundamental para reducir la brecha digital entre las zonas rurales y remotas y los grandes núcleos urbanos de forma inmediata y asequible gracias a su cobertura universal y su rápido despliegue. La conectividad satelital, además, no debe verse sólo como una solución para acelerar la llegada de Internet a todos los hogares, porque su alcance es mucho mayor. En un mundo en el que el acceso a las herramientas que proporciona la digitalización son una oportunidad de gran relevancia para el desarrollo de la sociedad, carecer de ellas puede suponer un agravamiento enorme de dicha brecha. El satélite da conectividad no sólo al 100 por ciento de la población, sino al 100 por ciento del territorio y eso es vital para impulsar el acceso a Internet, sí, pero también para digitalizar de una forma sencilla sectores productivos enteros, como la agricultura y la ganadería, para impulsar la adopción de la administración electrónica por parte de las poblaciones rurales o para desplegar soluciones de sostenibilidad como la prevención de incendios forestales. Dar ese paso hacia la digitalización plena de la actividad social y productiva, con independencia de nuestra ubicación, es un tren que no podemos dejar pasar.
