Después de Fortnite, Tinder apunta contra Google por el sistema de pagos y se profundiza la discusión de fuerzas en el ecosistema digital

El paso dado por Epic Games con su popular Fortnite contra los gigantes de Apple y Google se reedita otra vez. Ahora, es el turno de Tinder que, harto de los modos en que se distribuyen los ingresos entre las empresas digitales, inició acciones legales contra Alphabet por sentirse un “rehén” de sus reglas de facturación en Play Store.

El argumento esgrimido por ambas compañías, cuyos primeros antecedentes hay que ir a buscar en 2019 de la mano de Spotify, se debe a las prácticas abusivas que supone formar parte de las tiendas de descarga de estas compañías.

El conflicto protagonizado por la compañía dueña de uno de los juegos más famosos del mundo, allá por agosto de 2020, en plena pandemia profunda, terminó con Fornite siendo “echado” primero de la App Store y, luego, de la Play Store, por haber incluido un sistema de pago por fuera del que imponen las propias Apple y Google en sus tiendas. Aquel argumento basado en el “abuso” de las políticas comerciales de estos dos gigantes por sobre los desarrolladores de aplicaciones es el mismo que se reedita, ahora, de la mano de Match Group, la dueña de las aplicaciones de citas Tinder y Ok Cupid, que se niega a usar el sistema de pago de Play Store.

¿Tiemblan las citas en estas tiendas? En principio no porque, a diferencia de Fortnite, estas apps están todavía presentes en la tienda de Android, pero nada asegura que esto no vaya a suceder a futuro. Todo dependerá del voltaje al que ascienda este momento de tensión. En su demanda, Match acusa a Alphabet, la casa matriz de Google, de ejercer prácticas monopólicas por las reglas de facturación de su tienda de aplicaciones y violar, así, leyes federales y estatales de Estados Unidos. La queja, en definitiva, pasa porque Match no quiere usar el sistema de facturación de Android, quiere otro, alternativo, tal como lo decidió en su momento Epic Games para vender créditos, monedas, bailes, disfraces y demás objetivos virtuales, y que generó el despido de esas tiendas.

La cosa no es solo por el monopolio del sistema de pagos de Android. También lo es por la comisión que cobra, que llega al 30 por ciento, valor que Match también consideró abusivo y que, de acuerdo a su fundamentación, se debe a la posición dominante de ambos jugadores en sus propios entornos operativos.

Match fue una de las primeras que, a fines de 2020, se unió junto a Epic Games, Spotify, Microsoft, Rakuten y otras compañías contra Apple en la llamada Coalition for App Fairness (CAF o Coalición por la Equidad de Aplicaciones) mediante la cual buscan acuerdos más justos para sus aplicaciones en las tiendas de los gigantes digitales. De hecho, crearon un decálogo sobre las buenas prácticas que deberían implementar las tiendas digitales en relación con el ecosistema de desarrolladores de aplicaciones.

Apple se ha mostrado un poco – solo un poco – más abierto a esta discusión, pero nada está resuelto aún. Por el contrario, todo indica que esta será otra de las grandes discusiones de la industria digital del presente y los próximos años.

Este conflicto, ahora puesto en agenda por la medida judicial de Match, toma fuerza en estos días pues el próximo 1 de junio, Google cambiará los términos vinculados a las compras que se realizan dentro de las apps que, desde ese momento, deberán ser facturadas por el sistema de Play Store.

“Hace 10 años, Match Group era el socio de Google. Ahora somos su rehén”, afirmó la compañía en la demanda que presentó ante un tribunal de California y que fue replicada por distintos medios. Agregó, además, que “Google atrajo a los desarrolladores de aplicaciones a su plataforma con la garantía de que podríamos ofrecer a los usuarios la posibilidad de elegir cómo pagar por los servicios que desean, pero una vez que monopolizó el mercado de la distribución de aplicaciones para Android con Google Play, aprovechando los servicios de los desarrolladores de aplicaciones más populares, trató de prohibir los servicios alternativos de procesamiento de pagos dentro de las aplicaciones para poder llevarse una parte de casi todas las transacciones en Android”.

El pedido de Match apunta, entonces, a eludir el sistema de pagos de Android dentro de su propia aplicación y recurrir a otra, además de recibir una compensación por daños económicos, además de los costos legales que esta movida implica. Esa solicitud es lo que ni Google ni Apple quieren bajo otro argumento, no menor, vinculado con la prevención y protección frente al fraude.

En Play Store existen entre 2,6 millones de apps para descarga, según el reporte en tiempo real de AppBrain que en abril registró el ingreso de unas 25.000 aplicaciones, un número interesante si se tiene en cuenta que en el último año este comportamiento ha sido decreciente. La mayor cantidad de apps que se subieron a la tienda de Google fueron consideradas “de baja calidad”, es decir, que no generan interés para ser usadas.

Traer estas cifras tal vez ayuden a comprender parte de lo que está pasando en las tiendas y cómo cada integrante de este ecosistema digital comienza a tirar para su lado cuando advierte que las curvas de crecimiento experimentadas hasta ahora ya no se repetirán hacia adelante. No porque el mercado se contraiga sino porque, a medida que se avanza en la conectividad – que también cuesta más – y los mercados, especialmente los más desarrollados, van madurando, también lo hacen los negocios: generar nuevos ingresos exige esfuerzos adicionales. Para todos los integrantes del ecosistema.

¿Es esta decisión de Google – anunciada con suficiente anticipación, por supuesto – una estrategia orientada a controlar el 100 por ciento de lo que pasa en cada una de las aplicaciones presentes en su tienda por “razones de seguridad” o es el modo de tener certeza sobre los ingresos que generará a futuro teniendo en cuenta que viene bajando el nivel y la cantidad de aplicaciones que se suben a ella?

Google respondió, por supuesto, a esta presentación y aseguró que la intención de Match es “eludir el pago del importante valor que reciben de las plataformas móviles sobre las que han construido su negocio. Como cualquier negocio, cobramos por nuestros servicios, y como cualquier plataforma, protegemos a los usuarios contra el fraude”. (Casi casi el mismo argumento que, con sus diferencias, utilizan las operadoras de telecomunicaciones cuando les reclamas a compañías como Google, Amazon y Meta, que también se hagan cargo de los despliegues de infraestrucftura. Pero no abundaremos en esto, ahora)

Aunque algunos desarrolladores han optado por saltarse la Play Store – que, de alguna manera, está habilitado – y Google ha bajado los precios de sus comisiones y creado planes especiales, la cosa no parece funcionar. Más del 90 por ciento de los pagos de las compras que se realizan en esas apps terminan ejecutándose por su propio sistema que no ofrece, por caso, ciertas facilidades que sí brindan esas mismas apps. Desde Match señalaron que los usuarios de Tinder valoran su sistema de pagos porque habilita la posibilidad de abonar en cuotas o mediante una transferencia bancaria, alternativa que Google no permite.

Hay cientos de millones de dólares en juego, por supuesto, ¿acaso alguien puede dudar de ello? Esos millones de dólares marcarán un antes y un después el próximo 1 de junio cuando cambien las políticas de Google y se defina el destino de Tinder en su tienda móvil.

Pero no se trata de un tema que se quedará en lo que suceda en el próximo mes. En septiembre de 2021, y en relación a la demanda de Epic Games contra Apple, la justicia de Estados Unidos le ordenó a Apple flexibilizar las opciones de pago de su App Store, recuerda Cinco Días. Pero el dueño de Fortnite no pudo probar en esa oportunidad que se hubieran producido violaciones a las reglas antimonopolio. ¿Match podrá probarlo ahora? ¿Esta nueva presentación ampliará la discusión hacia adelante?

Es posible. Lo concreto hasta ahora es que, además de la batalla judicial, en Estados Unidos se votó la llamada Ley de Mercados Abiertos de Aplicaciones, orientada a ampliar la competencia en el mercado de las apps y ponerle límites a los controles que se establecen tanto en App Store como en Play Store. Norma similar a las que se vienen aprobando en Europa. Y si este texto avanza, las gigantes digitales no podrán exigirles a los desarrolladores que usen sí o sí sus sistemas de pago bajo el argumento de la protección de la privacidad y la prevención de la seguridad, un tema sobre el que, sin dudas, todo el ecosistema digital debe concentrar esfuerzos.

La discusión está abierta y planteada. Pero hay más. Un informe del National Bureau of Economic Research advierte sobre el impacto que las regulaciones como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) estarían produciendo en el ecosistema de innovación de aplicaciones. Y, en este punto, volvemos a los datos mencionados más arriba, sobre cómo ha ido decreciendo el volumen de aplicaciones en la tienda de Google y el impacto que eso genera a nivel de negocios, más allá de las comisiones que obtenga por el buen funcionamiento de las aplicaciones más populares. Pero esta parte de la historia será abordada en otro capítulo. Lo concreto es que Tinder también carga contra Google, y no con corazones ni crushes precisamente.

Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

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