El video es la nueva voz del trabajo híbrido, ¿y entonces hacia dónde vamos?

Puede parecer una locura, pero con el vértigo de los negocios, en la cabeza de muchos de nosotros la pandemia del covid-19 ya es una cosa del pasado. Un acontecimiento muy disruptivo que hace solo dos años parecía que iba a cambiarlo todo. Supongo que esto habla de nuestra flexibilidad, resiliencia, y del hecho de que tendemos a mirar hacia adelante más que hacia atrás. La cuestión es que la pandemia sí trajo cambios profundos, uno de ellos dentro del mundo del trabajo y la colaboración.

En nuestra última encuesta a tomadores de decisión en empresas de América Latina, encontramos que en el 78 por ciento de las empresas al menos la mitad de la fuerza laboral trabajaba desde su casa, ya sea a tiempo parcial o completo. De hecho, una de cada 10 empresas ya era completamente remota y no tenía oficinas físicas al momento de la encuesta. Si miramos en el espejo retrovisor, en promedio, el 59 por ciento de los empleados latinoamericanos trabajaron desde su hogar, full o part-time, durante el último trimestre del 2020 y el primero del 2021. Una cifra que es impresionante si tenemos en cuenta que a comienzos del 2020 se estimaba que solo entre el 3 y el 5 por ciento de los latinoamericanos trabajaban de forma remota (incluyendo a empleados en relación de dependencia y trabajadores independientes).

Desde el punto de vista de los empleados, vale la pena revisar cuáles son las herramientas con las que contaron para trabajar de forma productiva desde la casa. Si bien los servicios de conferencing y de meetings picaron en punta a partir de la pandemia, fueron provistos a sus empleados por solo el 60 por ciento del total de las empresas. Por otra parte, menos del 50 por ciento de los encuestados dijo haber proporcionado a los trabajadores remotos computadoras y/o dispositivos móviles, lo que significa que una gran parte de ellos utilizó herramientas tecnológicas personales para el trabajo. Aquí, por supuesto, estamos hablando de un potencial riesgo de seguridad. La mitad de los empleados tuvo acceso a webcams o dispositivos de video y apenas un 25 por ciento recibió un headset profesional. Estos números muestran claramente las oportunidades que existen en América Latina para profesionalizar a la fuerza de trabajo y dotarla de la tecnología adecuada que les permitan ser eficientes.

Recién miramos por el espejo retrovisor, pero ahora pongamos foco en el hoy. Para entender si el trabajo remoto llegó para quedarse también les preguntamos a los tomadores de decisión en nuestra región acerca de sus planes para el espacio de trabajo en 2022, y el 70 por ciento compartió que, al menos el 25 por ciento de sus empleados, trabajará desde su casa, part-time o full-time, mientras que solo el 2 por ciento de las empresas mencionó que no permitirá trabajo remoto.

Estos datos muestran de forma evidente que estamos migrando hacia un modelo de trabajo híbrido permanente, en donde los empleados tienen la posibilidad de elegir cómo, dónde y cuándo realizar sus tareas. Asimismo, el regreso a la oficina ya está sucediendo, aunque es gradual, tomará algún tiempo y dependerá del progreso de la pandemia en cada uno de nuestros países.

Ahora es el momento de tomar los binoculares para tratar de espiar qué nos depara el futuro. ¿Cómo se están preparando las empresas? ¿Qué cambios están planeando?

Además de implementar protocolos de seguridad, las compañías en América Latina están planeando reducir sus oficinas para acomodar el trabajo remoto e híbrido, implementar turnos escalonados y agregar más salas de reuniones dada la menor ocupación que tendrán de ahora en más. Pero lo más interesante es que los empleados que planean pasar más o menos tiempo en la oficina lo hacen por la misma razón: poner foco en el trabajo. En palabras de Satya Nadella, el CEO de Microsoft, «resolver esta paradoja del trabajo híbrido será el desafío de esta década». Y en todo esto, la tecnología juega un papel preponderante.

El nuevo lugar de trabajo no solo será hibrido, integrando tanto el espacio de la oficina como el remoto, sino que se volverá cada vez más flexible e inteligente. Tomemos como ejemplo las siguientes soluciones: sensores automáticos de ocupación para iluminación y pantallas; sensores en los asientos para informes en tiempo real sobre la ocupación; comandos de voz para controlar el flujo de las reuniones; uso compartido de contenido inalámbrico; más prácticas de Bring Your Own Device (BYOD); que consiste en teléfonos inteligentes, tabletas, micrófonos y auriculares de propiedad del usuario; controles basados en gestos; biometría e identificación digital.

En este nuevo paradigma, el video se ha establecido como la nueva voz. Como nunca antes, las reuniones de video son ahora una parte fundamental de nuestro trabajo. Y ya estamos viendo el nacimiento de los mensajes de video asíncronos, una nueva categoría que aspira a reemplazar algunas de nuestras reuniones y mensajes. Pero ¿qué implica todo esto para los proveedores de servicios de telecomunicaciones?

El principal impacto es en la conectividad, que soporta todo. Hace apenas 10 meses, Qualcomm pronosticó que el video en 2022 representaría más del 80 por ciento del tráfico en Internet. No hace falta mirar muy lejos para encontrar la evidencia: con videollamadas y streaming a la cabeza, muchas horas de nuestra vida cotidiana son video.  Además, luego de las primeras semanas de la pandemia en las que todo ascendía, la tendencia de crecimiento de la telefonía o voz fija volvió a la normalidad, en lo que algunos llamarían el “rebote del gato muerto”. Y lo normal con un gato muerto, luego de que rebote, es que siga cayendo. En promedio, la voz fija cae en torno al 10 por ciento año contra año, y para el futuro se espera que la caída continúe.

Claramente, la comunicación y colaboración en el ámbito empresario hoy pasan por otro lado. La voz queda en el espejo retrovisor, el video se vuelve el foco, pero tenemos que seguir mirando a futuro. Entonces, una estrategia diseñada para captar las oportunidades de crecimiento no puede dejar de prestar atención a estas tendencias. En consecuencia, debe posicionarse en conectividad, y también en la otra punta, donde los trabajadores usan herramientas cada vez más avanzadas, incorporando inteligencia artificial y analíticos para colaborar.

Ignacio Perrone es un experto de la industria con más de 15 años de experiencia en el sector de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Actualmente se desempeña como Gerente de Telecomunicaciones en el área de Transformación Digital de Frost & Sullivan en América Latina, cubriendo la gestión regional de los estudios de inteligencia de mercado y proyectos de consultoría estratégica, asistiendo a los proveedores de servicios de telecomunicaciones globales y regionales, así como a los participantes de la cadena de valor. Además de su papel de interacción con los clientes, Perrone también participa en los eventos más importantes de la región como conferencista, moderador y panelista, y contribuye con artículos y comentarios relacionados a la industria en prensa latinoamericana e internacional. Su experiencia en el sector Telecom abarca proyectos de consultoría relacionados con el tamaño del mercado en términos de Telecom y servicios de TI, tendencias de consumo, soluciones/servicios por vertical, movilidad empresarial, M2M y VAS. Anteriormente, Perrone trabajó para Logicalis (Argentina), AIM (Argentina), the Yankee Group (Estados Unidos) y Pyramid Research (Estados Unidos). Ignacio Perrone posee una licenciatura en Sociología de la Universidad de Buenos Aires, una maestría en Sociología Económica de la UNSAM (Buenos Aires) y un MBA de la Universidad Di Tella (Buenos Aires).

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