CEOs europeos piden con urgencia que las empresas de Internet ayuden con inversiones en un discurso que lo mezcla todo

Los operadores europeos de telecomunicaciones, un total de 16, a través de sus respectivos CEO´s han vuelto a lanzar una carta conjunta en dirección a las autoridades de la Unión Europea (UE) y, de rebote, a los proveedores de servicios en Internet, léanse los Netflix, Amazon, Facebook de este mundo. En esta ocasión, los operadores lanzan un mensaje más adornado con problemas actuales de la humanidad —como si las civilizaciones anteriores y la actual no hubiesen enfrentado retos relacionados con los recursos y la salud— para poder poner en contexto el papel que juegan los operadores y por qué la cooperación privado-público-privado es más necesaria que nunca.

Y nos referimos a esta pseudo ecuación lineal, privado-público-privado, —ya sé, algunos de los ingenieros lectores me querrán matar tan sólo por sugerir que tal conformación de palabras formara algo que pueda llevarse al terreno de las matemáticas— porque los operadores piden a las autoridades la creación de un marco que obligue a las empresas de Internet a invertir en la construcción de las redes de siguiente generación; algo que me parece poco práctico y, por eso, me gustaría ver la propuesta concreta de los operadores. Porque dicho como está dicho, resulta difícil de ejecutar: no es concreto, ni conciso y, simplemente, pide contribuciones pero sin señalar cómo y quienes exactamente deben hacerlas.

La carta empieza fuera del esquema de discusión y con fuerza, pero en la que se apela a males mayores a los que deben enfrentar los operadores, sino que son justamente alegatos que podrían ser incluso usados por los propios proveedores de servicios en la nube para construir una justificación que niegue su contribución. Veámos ese primer párrafo y al acabar de leerlo, denle la vuelta e imaginen que fuera escrito por los proveedores de internet para justificar su posición.

“Vivimos tiempos sin precedentes (…) la UE está llamada a responder a desafíos históricos, incluida la trágica guerra en Ucrania, la crisis energética y el cambio climático (…). Nuestro propósito es empoderar a las comunidades a través del acceso a la infraestructura y los servicios digitales, al tiempo que permitimos una reducción drástica de las emisiones de carbono. Escribimos hoy con un sentido de urgencia, ya que la Comisión Europea analiza las prioridades para la última e importante parte de su mandato de cinco años. En una era de desafíos socioeconómicos y geopolíticos, la colaboración convergente y oportuna entre los actores públicos y privados es esencial, especialmente en asuntos digitales cruciales: por sí sola, ninguna empresa, ONG o institución puede ofrecer soluciones efectivas a los complejos problemas de hoy”, arranca el comunicado. Y es que los desafíos globales se llaman así porque nos afectan a todos y todos podemos agarrarnos a ellos para pedir ayudas al sector público.

El comunicado aborda algunas de las bondades de las decisiones que están tomando los operadores para reducir las emisiones y ser más amigables con el medio ambiente. Y es como si su alegato no fuese una corriente que se está implementando en todas las industrias. “La sostenibilidad ofrece un marco de referencia para nuestras decisiones empresariales. Nuestras empresas están trabajando para reducir drásticamente sus propias emisiones, y la mayor parte del sector ya se ha comprometido a alcanzar los objetivos de la UE antes de tiempo. Mientras Europa trabaja para abordar problemas extraordinarios, creemos que las redes y los servicios digitales también ofrecen soluciones concretas para el resto de nuestras sociedades y economías”, dice la misiva.

Y continúa: “Lo digital es un habilitador clave para aprovechar al máximo los escasos recursos de los que dependemos. La energía es un buen ejemplo: en la próxima década, la digitalización puede ayudar a unir la necesidad a corto plazo de lograr la independencia energética con el logro a largo plazo de una transición verde justa. Una adopción total de soluciones digitales hará que el uso de energía sea más inteligente y ayudará a acelerar la electrificación. Los informes han demostrado que la digitalización puede reducir las emisiones de CO2 hasta en un 20 por ciento. En este contexto, la UE debería intensificar sus esfuerzos para hacer que la red energética de Europa sea más inteligente y acelerar la adopción digital en todos los sectores industriales. Estamos listos para acelerar la implementación de soluciones basadas en conectividad para el medio ambiente, aprovechando iniciativas de la UE como Green Digital Coalition”.

Nuevamente, este argumento podría venir de parte los proveedores de Internet para hablar de la infraestructura de centros de datos o de la utilización de servidores más eficientes, entre otras cuestiones. Además, el relato de lo digital también le pertenece a los propios proveedores, ya que son empresas de software las que crean soluciones para hacer que las redes, de energía o de cualquier tipo, sean más eficientes. El problema de los operadores es que no son los dueños de la era digital, sino una parte de la película. Este intento de colocarse en el centro se puede ver, de algún modo, como una postura artificial.

Una vez hecho el argumento de cómo el sector es el bueno de la película, se pasa a enumerar los esfuerzos que se realizan para ayudar con la conectividad, en una frase que podría parecerse más a la de una ONG que a la de una empresa privada que opera con ánimo de lucro. Y que no se me mal entienda, la colaboración público-privada tiene muchas veces muy buenos resultados, pero como cualquier cuestión de esta índole requiere trabajar más con pincel que con brocha gorda, por eso, ser muy específico en el marco de la colaboración es imprescindible en estos caso. “Nuestras empresas han mostrado, y seguirán mostrando, determinación en el avance de los nuevos objetivos de conectividad de Europa (es decir, cobertura total de redes de muy alta capacidad, como fibra y 5G, para 2030). Alcanzar estos objetivos requiere un esfuerzo creciente de nuestro sector, que actualmente invierte alrededor de 50.000 millones de euros al año en Europa, pero debe ser capaz de hacer más y más rápido si se quiere alcanzar los objetivos en el momento oportuno. Esto es aún más relevante ya que, en tiempos difíciles, las herramientas digitales se convierten en un salvavidas para crear oportunidades socioeconómicas”.

La carta de los 16 CEO´s sigue con nuevos alegatos que podrían usar los mismos proveedores de Internet. Es más, no sería de extrañar que tomaran esta misma carta, su estructura, para responder a la misma en caso de una intervención directa de la Comisión, algo que parece acabará sucediendo de un modo u otro, creando, potencialmente, un nuevo roce geopolítico entre Estados Unidos y Europa —digo otro para Estados Unidos, que ya tiene una confrontación directa con China por temas relacionados con el sector telco—.

“La crisis energética actual, junto con los impactos posteriores a la pandemia en los mercados y las cadenas de suministro, está teniendo un profundo impacto negativo en nuestros clientes. Además, esperamos que genere importantes fricciones en nuestro camino para lograr los objetivos de conectividad de Europa. Los costos de las obras de planificación y construcción están aumentando. Los precios de los cables de fibra óptica, por ejemplo, casi se han duplicado en el primer semestre de 2022. De igual forma, las alzas en los precios de la energía y en los precios de otros insumos también están golpeando al sector de la conectividad. En este contexto, la cuestión de garantizar un ecosistema sostenible para Internet y la conectividad es más urgente que nunca”, abreva.

El problema del alegato anterior es que todo el planeta está sufriendo mucha presión relacionada con la inflación provocada por la falta de suministros, y no se trata de un problema exclusivo del sector de las telecomunicaciones; por eso, y sin ánimo de ser excesivamente cruel con los operadores, a quien este medio, aunque no lo parezca, intenta defender, la carta parece aprovechar la oportunidad para crear un relato fatalista que sólo padeciera el sector de las telecomunicaciones. Y este hecho, en mi humilde opinión personal, parece un error táctico. Ya que las telcos no son dueñas de este relato, hasta TeleSemana.com podría usarlo en su favor.

La carta continúa hablando de la pérdida de oportunidades pasadas y de la potencialidad de volver a repetir este error. Un “error” que no se resuelve con los operadores recibiendo dinero de las empresas de Internet de forma directa, sino al ser capaces de entrar en la era de los servicios digitales del metaverso. Si los operadores esperan capitalizar la innovación de terceros sólo por el hecho de tener las autopistas, van a tener complicado el poder sostener su negocio tal y como lo están concibiendo en esta carta.

“Un ecosistema de Internet próspero y sostenible redunda en interés de todos los ciudadanos europeos y depende de la consecución de los objetivos de la UE. Es imprescindible actuar a tiempo: Europa se perdió muchas de las oportunidades que ofrece Internet para los consumidores. Ahora debe fortalecerse rápidamente para la era de los metaversos. Para que esto suceda, y sea sostenible en el tiempo, creemos que los mayores generadores de tráfico deberían hacer una contribución justa al importante coste que imponen actualmente a las redes europeas. Debemos asegurarnos de que Europa no sufra escasez de infraestructura digital”, dice.

Nuevamente, caemos en el error vivido en el pasado. Quizá refrescar la memoria no esté de mas. Hubo un tiempo en el que los operadores, especialmente de telefonía móvil, tuvieron problemas para vender sus paquetes de datos 2,5G y 3G. El problema era simple, no existían aplicaciones interesantes para generar el tráfico que estimulara a los usuarios a adquirir estos planes. Una vez aparecieron las aplicaciones que justificaban pasar de 2G a 3G y de 3G a 4G, o de DSL a fibra —para juegos de alta resolución y series, por ejemplo— los operadores ya tenían lo que querían. El problema fue que canibalizaron los ingresos por servicios de voz en las redes fijas y móviles y mensajería en las móviles. Y esto, no lo vimos venir a pesar de las advertencias realizadas acerca de que dichos servicios iban a tender a valer cero. Y repito, las advertencias estaban ahí desde antes del año 2000 cuando un servidor entró a tiempo completo a cubrir este sector. Y, como en la adolescencia, hay cosas que nunca se olvidan.

“Una contribución justa se beneficiaría ante todo, ya que permitiría a los consumidores una implementación más rápida e inclusiva, brindando más cobertura, resiliencia y calidad. También beneficiaría a las pymes, que recientemente expresaron la necesidad de que las empresas de tecnología “contribuyan adecuadamente” al despliegue: 5G y la fibra son clave para la competitividad de las pymes. Además, una contribución justa enviaría una señal financiera clara para los streamers en relación con el crecimiento de datos asociado con el uso de recursos de red escasos. Esto podría generar ahorros de energía significativos y ayudar a lograr el cero neto, los cuales son tan importantes en este momento”. Aquí no estaría mal que se definiera quién es un actor que genera tanto tráfico como para tener que contribuir ¿cuáles serán los parámetros y sus límites de inclusión o exclusión cuando se trata de contribuir?

Por último, los operadores mandan un mensaje indirecto a los proveedores de Internet que, aunque no creemos que llegue a destino, sí intenta convencer a los reguladores de que con esta propuesta, hasta estas empresas que pagan acabarán saliendo ganando. Y, si fuese así, ya habría provocado su participación en la construcción de las redes. Y no es que no salgan ganando con las mejoras de las redes y la llegada a más personas, de hecho han creado proyectos para acelerar el acceso de personas de todo el mundo a sus servicios, sino que aún no han encontrado las cifras que justifiquen cuánto invertir y en qué redes que realmente ofrezcan un retorno sobre la inversión que sea medible que además resulte en un resultado positivo.

“Finalmente, esperamos que también beneficie a las empresas de tecnología, que dependen más de las actualizaciones masivas de la red, a medida que avanzamos hacia una era de metaversos abiertos y habilitados para la conectividad. Por eso acogemos con gran satisfacción las declaraciones del vicepresidente ejecutivo Vestager y la consulta anunciada por el comisario Thierry Breton. Sentarán las bases para una iniciativa legislativa sólida que aborde de manera efectiva el asunto. Apoyamos un calendario oportuno que permita a Europa cumplir antes del final del mandato actual de la Comisión. Además, somos respetuosos y apoyamos plenamente la necesidad de defender los principios de Internet abierta de la UE: los consumidores deben seguir disfrutando de todo el contenido y las aplicaciones legales disponibles en Internet”.

“Incluir el despliegue requiere que todo el sector de las telecomunicaciones se mantenga movilizado. Por este motivo, creemos que la contribución justa debe dirigirse a todos los proveedores de telecomunicaciones que estén comprometidos con el logro de los objetivos digitales de la UE, sin importar si son pequeños o grandes, tradicionales o alternativos. Estamos listos para continuar apoyando a las instituciones de la UE mientras trabajan para crear las condiciones para lograr una transición verde y digital exitosa, habilitada por una acción política oportuna”, concluye.

Así pues, un nuevo intento de los operadores para conseguir un objetivo muy difícil que tiene un abordaje, ejecución y gestión de difícil respuesta. ¿Quién debería pagar bajo este esquema y quien queda absuelto? ¿Cómo se reparten los fondos obtenidos? ¿Cómo impactaría este canon en los usuarios? ¿Subirían Netflix y HBO los precios de sus servicios para poder cumplir? ¿Qué entidad se encargaría de la recolección y redistribución del dinero? ¿Quién garantizaría que ese dinero fuera directamente a las redes y no a otras áreas de los operadores, como marketing o los salarios de los altos ejecutivos?

En definitiva, este “problema” que ven las operadoras no se ha resuelto porque su resolución es muy complicada. Es casi como intentar abordar el fin del racismo, cuando la ciencia ya sabe que todos somos racistas por ciertos rasgos de nuestra propia naturaleza. Evidentemente, nadie se atreve abordar al racismo bajo esta premisa porque supone tener que crear un esquema de trabajo tan complejo que nadie quiere abordarlo. Y es complejo porque implica que es muy caro y sale más barata la demagogia que las soluciones. Algo similar sucede con este problema entre operadores y proveedores de Internet, que no es el problema de base, que no es la generación de un tráfico necesario para la existencia de las redes, sino que es un problema de innovación, y ya saben quien en esta película necesita aumentar recursos en este departamento.

Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

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