El futuro de Telecom Italia suma capítulos para escribir una novela… de negocios claro. Este jueves se retomarán las conversaciones entre los ejecutivos de la operadora y el gobierno italiano para resolver los problemas de la compañía. Un problema que se centra en una diferencia de unos … 13.000 millones de euros.
El plan sobre el que se trabaja desde hace más de un año propone dividir a Telecom Italia en una empresa de red mayorista, por un lado; y una operadora de servicios, por el otro. Esto permitiría resolver parte de la deuda de más de 25.000 millones de euros que pesan sobre la empresa, además de mantener en planta a sus 40.000 empleados. Pero las opiniones sobre el mejor camino a seguir para resolver estas cuestiones entran en conflicto porque los involucrados tienen distintos intereses.
¿Qué quiere cada uno?
El gobierno de Giorgia Meloni, que tiró para atrás algunas decisiones de la gestión anterior, quiere asegurar el control de la red de telefonía fija de TIM y la unidad de negocios Sparkle, dedicada a los cables submarinos, además de mantener la planta de personal tal como está hoy. Una medida que se analiza, en este sentido, tiene que ver con una reducción del impuesto al valor agregado (IVA) en algunos servicios de conectividad, según aseguró la agencia Reuters.
La Cassa Depositi e Prestiti (CDP), la entidad financiera estatal que posee el 10% de Telecom Italia, quiere comprar el negocio de red que, en su criterio, vale unos 18.000 millones de euros, incluida la deuda. CDP tiene, a su vez, el 60 por ciento de participación en Open Fiber, la empresa que se podría fusionar a TIM para dar lugar al proveedor mayorista.
Vivendi, como tenedor del 23,9 por ciento de participación de la operadora, aunque históricamente se negó a que la compañía cediera su infraestructura, ahora ve con mejores ojos esa posibilidad. Aunque según su mirada, entregar ese activo a CDP cuesta unos 31.000 millones de euros.
La empresa francesa -sobre la que el Tribunal Supremo Italiano acaba de confirmar que no ejerce el control de facto de la operadora pese a tener casi 24 por ciento de participación- invirtió unos 4.000 millones de euros desde 2015 hasta la fecha para llegar desde un 6,6 por ciento de tenencia en aquel entonces al 23,9 por ciento actual, pero ya perdió 3.000 millones de euros a raíz del actual valor de mercado de TIM, totalmente deprimido.
Vivendi comparte la idea de dividir la empresa en dos, aunque ambas deberían cotizar en Bolsa, según su opinión. Todo indica que, una vez capitalizada, se retiraría del negocio de infraestructura para enfocarse en los servicios, incluyendo lo que brinda a través de la plataforma de contenidos TIMVision.
Aunque pequeñitos, los que también hacen lo suyo son los fondos KKR -que a finales de 2021 presentó una oferta hostil por 11.000 millones de euros por TIM pero no prosperó- y Macquarie. Ambos tienen participaciones minoritarias en TIM y Open Fiber, respectivamente. Ambos, junto a Global Infrastructure Partners, podría volver a efectuar una propuesta económica con el aval del gobierno italiano. Otro fondo que otea el horizonte es CVC que ya expresó interés por los activos de TIM en 2022 y que, en situaciones como esta, están más alertas y activos que nunca.
Todo esto sucede justo cuando la justicia italiana determinó que Vivendi no ejerce el control de facto de la compañía a pesar de su participación, postura que había presentado la Comisión Nacional Italiana de Mercado de Valores (Consob), en contra de lo argumentado por el gobierno italiano y el Consejo de Estado.
Definido esto, ahora se retoman negociaciones para definir el futuro de la operadora. No hay certezas sobre si se escribirán muchos más capítulos, y mucho menos, qué final tendrá.
