Sobre la hora. Claro Ecuador firmó la prórroga del contrato de concesión de telefonía móvil a cuatro días de su vencimiento. Hace un mes, la ministra de Telecomunicaciones, Vianna Maino, había anticipado que se daría una prórroga para garantizar la continuidad del servicio. Se trata de una demanda que venía realizando la industria en un año en donde llegan a su fin los convenios sellados hace 15 años, y en donde el proceso para su extensión se suspendió en mayo pasado en medio de la crisis institucional de este país.
La prórroga se selló el lunes 21 de agosto entre la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel y el Conecel, la sociedad dueña de Claro Ecuador. Se conoció a última hora del martes y entrará en vigencia a partir del domingo 27 de agosto próximo. Como parte de esta determinación, la filial ecuatoriana de América Móvil pagará 3,3 millones de dólares por mes durante el período de extensión.
En el comunicado distribuido por el gobierno se enfatizó la necesidad de garantizar la disponibilidad de los servicios. “Es una medida necesaria para garantizar la continuidad y regularidad del Servicio Móvil Avanzado, así como para brindar seguridad jurídica a la operadora, tomando en cuenta que el contrato vigente se vencía el 26 de agosto de este año; y de acuerdo con la resolución de la Arcotel del 18 de agosto de 2023, se autorizó la emisión de la prórroga que tendrá vigencia hasta la suscripción del nuevo contrato de concesión”, expresó. El futuro acuerdo podría extenderse por otros 15 años.
Esta prórroga implica que la operadora móvil debe continuar cumpliendo sus obligaciones contractuales, legales y económicas hasta la finalización del plazo otorgado que vence cuando se firme el nuevo contrato. “La prórroga será válida hasta que se firme el contrato recién renegociado, que se estima demorará aproximadamente seis meses”, dijo a periodistas en Quito la ministra de Telecomunicaciones, Vianna Maino.
A partir de esta prórroga, y más allá de que la fecha no es precisa pero tiene un horizonte de concreción, está garantizada la continuidad de la operación. Fue un temor que se extendió hace unas semanas y sobre el que el gobierno debió salir a tranquilizar a la población.
Las entidades que nuclean a las operadoras que brindan servicios de telecomunicaciones vienen reclamando que se retomen las negociaciones suspendidas en mayo. La Asetel sostuvo que no hay razones para dejar pasar más tiempo puesto que las condiciones establecidas para la renovación de las concesiones están más allá de las coyunturas que atraviesa el país.
Claro Ecuador tiene una participación de mercado del 52 por ciento en este país, que se traduce en unos 9,2 millones de suscriptores. La otra parte del mercado está en manos de Movistar, cuyo contrato de concesión vence en noviembre de este año.
Ecuador acaba de efectuar las elecciones presidenciales, luego de la “muerte cruzada” definida por el presidente Guillermo Lasso en mayo pasado. Los resultados indicaron que habrá una segunda vuelta, el próximo 15 de octubre, entre Luisa González y Daniel Noboa, los candidatos más votados. Y que, en este escenario, la renovación de los contratos de telecomunicaciones terminarán definiéndose con la nueva administración.
