Era de esperar. Tras presentar el capítulo de bancarrota en Chile, Wom hizo lo propio en Colombia, casi en paralelo a cumplir su tercer aniversario en este país. En 2021 la operadora desembarcó con total desparpajo en el mercado colombiano a fuerza de marketing y precios agresivos, pero este lunes se presentó ante la Superintendencia de Sociedades de Colombia y presentó su solicitud voluntaria de reorganización empresarial.
Del mismo modo que sucedió en Chile, Ramiro Lafarga, CEO de Wom Colombia, aseveró a través de un comunicado que “este proceso no implica la liquidación de la compañía. Todo lo contrario, es la oportunidad para mejorar el ejercicio financiero en el corto plazo, mientras mantenemos la operación y el servicio a nuestros clientes”, tal como lo expresó El Mercurio de ese país.
Agregó que Deutsche Bank, el principal accionista de Wom Colombia, está evaluando “alternativas para lograr la financiación requerida y asegurar la sostenibilidad. Este es un negocio de futuro que seguirá aportando inversiones y el mejor servicio de telecomunicaciones a todos los colombianos”.
En uno y otro punto del continente, la operadora enfrente al mismo problema de liquidez, razón por la que no puede hacer frente a los compromisos asumidos con los diversos acreedores y, en paralelo, sostener el servicio para los usuarios, y la compañía para los empleados.
Desde su llegada a Colombia, hecho que generó una gran resistencia de parte de las compañías competidoras, Claro, Movistar y Tigo, la operadora invirtió unos 1.200 millones de dólares, y su servicio es utilizado por unos 6,4 millones de clientes. Con el comunicado emitido el lunes a última hora quiso llevar tranquilidad a sus usuarios.
Pero el capítulo que se abre ahora es si la operadora podrá hacer frente a las obligaciones contraídas en estos años, especialmente con los compromisos asumidos en la última licitación de 5G realizada en Colombia. De hecho, de las cuatro operadoras que se hicieron de espectro en diciembre pasado Wom es, junto con el nuevo entrante Telecall, el único que no ha lanzado sus primeros servicios 5G, pese a haberse hecho de 80 MHz de espectro. Tigo, Movistar y Claro ya encendieron las primeras antenas con esta tecnología, los dos primeros de forma separada desde lo comercial pero habiendo participado de manera conjunta en la licitación de espectro. De hecho, ya se contabilizan más de 1,6 millones de usuarios en 5G hasta el primer trimestre.
La situación acontencida la semana pasada en Chile motivó que las autoridades de la filial colombiana se reunieran con el MinTIC para analizar el panorama que, eventualmente, también se abriría en este país. El mismo Thor Bjorgolfsson, el hombre más rico de Islandia, y dueño del fondo Novator Partners, propietario de Wom Colombia, se tomó un vuelo hasta la capital de este país para reunirse con los funcionarios a cargo del sector. En esa oportunidad, el ministro TIC, Mauricio Lizcano, señaló que “el Gobierno, a través de las superintendencias de Sociedades y de Industria y Comercio, hará un seguimiento detallado de la situación. En los próximos días, se espera tomar decisiones que se darán a conocer oportunamente”.
Todo hace pensar que en ese encuentro Wom Colombia adelantó los pasos que seguiría. Lo cierto es que, tal como lo indicó el medio Impacto TIC, no está claro si la compañía pagó, por ejemplo, el 20 por ciento del total del espectro adquirido en diciembre de 2023, obligación que debía asumirse en el primer trimestre de este año. Se debe recordar que, en esta licitación, el MinTIC optó por dar facilidades de pago para favorecer, antes que nada, el despliegue de la nueva infraestructura. Razón por la que el resto de las bandas se abonarán en entre 2028 y 2044 con valores actualizados según el Indice de Precios al Consumidor (IPC).
Como parte de los compromisos adquiridos en el marco de la licitación 5G, Wom Colombia debía dar cobertura a las principales ciudades a partir de este año, además de cubrir con el servicio 14 rutas, y 318 escuelas distribuidas en 77 municipios.
La situación que atraviesa Wom tanto en Chile como en Colombia vuelve a poner en el centro de la discusión la conveniencia de obligar mediante la regulación la existencia de al menos cuatro operadores para mejorar la competencia y los servicios.
En Chile se está dando una profunda discusión entre los actores privados sobre la sostenibilidad de la industria dado que los valores de los servicios están en deflación, en un contexto de una inflación envidiable que se ubicó en el 3,9 por ciento en 2023, según el IPC de ese país, y creciente demanda de conectividad que no se traduce en crecimiento de facturación.
En Colombia, en tanto, la sostenibilidad de la industria es puesta en la agenda por los actores privados en un escenario donde el regulador sigue buscando el modo de limitar el poder dominante de Claro para que el resto de los operadores puedan tener finanzas más saludables. Bajo conceptos como “exceso de competencia” o discusiones en donde se busca finalizar con guerra de precios, la decisión de Tigo y Movistar de conformar una nueva compañía que les permite compartir la infraestructura móvil describe las dificultades de este mercado que, como cualquier otro, demanda conectividad pero los ingresos y, particularmente, el ARPU no acompañan la ecuación que requieren las empresas.
Chile y Colombia son los dos mercados donde, por el momento, se advierte más fuertemente esta situación. El tercer país con cuatro operadores es Perú, donde todavía este tema no adquiere el mismo nivel de relevancia. En el resto de la región, el mercado móvil es comando por tres operadoras, el número ideal para lograr la escala que cada compañía necesita para realizar sus inversiones. Al menos hasta ahora.
