Cinco gigantes tecnológicos, Ericsson, IBM, Intel, Nokia y Vodafone, piden a los políticos europeos a tomar medidas inmediatas para estimular la competitividad digital del continente y asegurar su prioridad en la agenda de la próxima Comisión Europea (CE). Esta llamada a la acción se produce en vísperas de una reunión de los ministros digitales del D9+ en Dublín, donde se espera que se discutan temas clave para el futuro digital de Europa.
Los altos ejecutivos de estas empresas han expresado unánimemente que “Europa debe aprovechar la oportunidad de liderar a nivel global en el internet industrial, capitalizando el potencial de tecnologías emergentes como la IA, la computación cuántica y la conectividad 5G Standalone”. Argumentan que es crucial que los Estados miembros y la UE colaboren con la industria para fomentar el despliegue de una infraestructura digital de primera clase, la adopción de herramientas que aumenten la productividad y aseguren un entorno regulatorio adecuado para el futuro.
El anuncio ha sido recibido con una mezcla de optimismo y escepticismo por parte del mercado. Los puntos positivos destacados incluyen el énfasis en áreas cruciales que los responsables políticos europeos deben abordar, como la necesidad de un verdadero Mercado Único Digital y una mayor inversión en conectividad avanzada. La colaboración entre estas cinco empresas muestra un frente industrial unido, lo que podría ejercer más presión sobre los responsables políticos para que actúen y se centren en impulsar la competitividad digital de Europa.
Sin embargo, también existe cierto escepticismo. Existe preocupación sobre el interés propio de estas empresas, cuyas soluciones propuestas, como los cambios en la asignación del espectro, podrían favorecer a estos actores establecidos en detrimento de la competencia más amplia y la innovación. Además, el pedido de menos regulación podría verse como un freno a la innovación, ya que algunas regulaciones tienen como objetivo proteger a los usuarios y fomentar la competencia. Asimismo, el énfasis en la implementación más rápida de la red podría ir en detrimento del establecimiento de estándares sólidos de seguridad y privacidad.
A medida que Europa busca afirmar su posición en el panorama tecnológico global, la interacción entre las grandes empresas tecnológicas y los formuladores de políticas seguirá siendo un tema crítico para definir el futuro digital del continente.